El sonido fastidioso de una alarma estaba molestando los oídos de una de las personas que estaba en aquella cama, en su cabeza lo más sencillo era tomar ese teléfono, apagar la alarma y seguir durmiendo, pero de un segundo a otro algo hizo click y le hizo recordar que solo tenía alarma para los días de clase. Y si su mente no le estaba fallando, ese día era lunes.
—Mierda.
Trató de pararse pero su cuerpo pesaba, pero no era el peso del suyo, sino el cuerpo de otras personas que tenían encima suyo sus brazos o piernas. Trató de apartar a aquellas personas rápidamente para poder alcanzar su teléfono que estaba tirado en una de las esquinas de la habitación e inmediatamente buscó su ropa.
Una de las personas, la primera primera tal vez, que se llevó a la habitación, se despertó y se sentó en la cama tratando de tapar su cuerpo desnudo mientras miraba fijamente los tatuajes de la espalda del otro durante el tiempo que buscaba su polera entre el suelo del lugar con los pantalones y cinturón desabrochados.
—¿Se te perdió algo? — Le dijo sin mirarla.
No recordaba muy bien su nombre pero pensó que quizás se llamaba Paty o algo parecido.
—No nada, solo me preguntaba si podría saber tu nombre.
«—Bingo.» Pensó cuando encontró lo que estaba buscando.
—Te voy a decir lo mismo que dije hace unas horas atrás, — caminó hacia la puerta, pero antes de irse por ahí volteo a verla, — No es necesario que lo sepas.
Salió de ese lugar con sus cosas en la mano acariciando su abdomen tratando de así calmar un poco el dolor de cuerpo que sentía en aquel momento, y apenas pisó el pasillo vio a Frank saltando en un pie tratando de ponerse sus calcetines.
—Veo que también te despertó tu alarma.
Con calma se vistió en el pasillo mientras veía a Frank aun agitado tratando de ponerse toda su ropa.
—Mierda, Eros necesito ir a tu casa a bañarme para ir a clases.
—¿Viniste aquí con tu auto?
—Vine en taxi hasta aquí porque sabía que tú ibas a venir en vehículo.
—Entonces apresúrate, no tenemos todo el tiempo.
Fueron casi corriendo hasta su auto, quizás parecían unos locos por lo desarreglados que iban y por la hora que era, pero necesitaban urgentemente un baño, ambos apestaban a fiesta; alcohol, cigarros y sexo.
El cuerpo le dolía, demasiado, no debía esforzar su cuerpo después de los golpes que tuvo, y Lilith si se llegaba a enterar de que sobre exigió su cuerpo, seguramente le iba a dar una charla demasiado extensa, pero lo más importante es que no se le debían infectar las heridas que tenía, así que pensó que apenas pueda iba a limpiarlas para estar fuera de peligro.
Llegaron al hogar de Eros y se bajaron del auto y corrieron hacia la casa para tocar la puerta y que les dejaran entrar porque el chico había olvidado totalmente llevar sus llaves con él. Frank iba a tocar la puerta, pero antes de que su puño rozara la puerta, esta se abrió repentinamente dejando ver a una figura femenina bastante conocida para ellos y también se podía ver que tenía un aura bastante enojada.
—Son las seis de la mañana.
«—Mierda.» Ambos repitieron en su cabeza.
—Lilith, solo déjanos entrar.
Quiso ingresar a su hogar pero ella no se quitó de su lugar.
—Eros, no deberías estar en fiestas los días domingos cuando el día siguiente tienes clases.
—Lilith, diré esto una vez y no quiero volver a repetirlo, — La miró con un poco de enojo, — esta es MI puta casa, y yo salgo y entro de esta las veces que se me dé la gana ¿Entiendes?
Ella iba a alegar, pero ¿Qué sacaba con eso? ella solo era una sirvienta ahí, le pagaban un jugoso sueldo solo para servir en la casa de sus jefes y vivir en uno de los cuartos de la casa de atrás donde también vivían dos sirvientas más y un guardia. Ella no tenía derecho de negarle la pasada a él, su jefe.
—Si, señor Eros. — Dijo bajando la cabeza en señal de sumisión.
Eros caminó hasta adentro con el chico de cabellos oscuros siguiendo sus pasos, pero pudo escuchar un “Lo siento” de parte de él a Lilith y se le adelantó para subir al segundo piso y fue hasta una de las habitaciones para invitados donde tenía ropa, incluso su uniforme, y fue a darse un baño en esa habitación, mientras que él en su habitación fue a hacer lo mismo. Dentro de la ducha toda la realidad había caído encima de él. Había tomado tanto alcohol y estaba tan drogado que olvidó por completo qué día era, y justo ahora su cuerpo y cabeza dolían tanto como para no ir al instituto, pero no podía faltar, incluso sus padres podían llegar a casa a esa hora ahí y encontrarlos no era algo que quería hacer exactamente.
Mientras limpiaba su cuerpo con la esponja pensó en las disculpas que le debía a Lilith, normalmente él no se comportaba así con ella, para él ella es como la hermana mayor o incluso la mamá que nunca tuvo, era todo lo que quería de ejemplo, siempre limpió cada herida y lágrima que venían de su propio cuerpo, jamás lo miró mal, le levantó la mano o quiso insultar por más que la situación lo ameritaba, al contrario, ella era la que le animaba cada vez que eso pasaba con su verdadera madre, se escabullía entre los pasillos para consolarlo en su habitación.
«Si, definitivamente le debo una disculpa. » Se dijo a sí mismo mientras terminaba de limpiar su cuerpo que ya se sentía un poco mejor después de que el agua caliente lo tocara relajándolo automáticamente, pero el dolor de cabeza aun no se iba, y esto, a pesar de que era algo normal, no le pasaba a menudo, excepto cuando algo andaba mal en él, incluso con su alimentación, así que de ahora en adelante pensó en alimentarse de mejor manera, porque últimamente, con suerte comía.
Salió del baño con una toalla en su cintura, y gotas de agua cayendo de todo su cuerpo, con la intención de vestirse en su habitación, pero como siempre ahí estaba Frank para molestarlo, pero este estaba viendo detenidamente las heridas y moretones en el cuerpo del menor, y aunque sabía que muchos de esos eran por peleas con distintos tipos, otros eran de su madre.
Editado: 21.06.2021