Narra Alice
Han pasado ya cinco días desde que Gandalf se fue a Gondor, durante este tiempo he tratado de permanecer en las sombras lejos de Legolas y Aragorn, ya que ambos hombres permanecen en juntos en algunos momentos, en estos momentos estoy ayudando a Éoewyn con algunos asuntos del pueblo, en ese momento veo pasar a Aragorn corriendo a la sala del trono, seguido por Legolas.
Alice: ahora vengo- dije yéndome sin esperar su respuesta.
Cuando entre al salón todos miraban atentos entre el rey Theoden y Aragorn, me acerque a Gimbli, para preguntar que sucedía, pero eso un sucedió; ya que el rey hablo, dando a todos una respuesta a lo que se iba a venir en unos días o en unos momentos.
Theoden: ¡Y Rohan contestara!- y con ello todos los hombres del palacio que servían al rey en batallas, salieron del salón para preparar a todos.
Alice: iremos a la guerra verdad- hable mirando al enano.
Gimbli: por supuesto joven elfa- dijo dándome una media sonrisa, en eso llegaron Aragorn y Legolas, ambos tenían un semblante serio.
Aragorn: preparen sus cosas- ordeno mientras giraba sobre sus talones y salía de la habitación, para prepararse.
Una vez que todo guerrero estuvo listo, subieron a sus monturas y partimos a todo galope del fuerte siguiendo los senderos de las montañas, sin atravesar las llanuras, para llegar a Edoras para llegar a la Sagrario, donde sería el punto de encuentro donde nos estarían esperando los otros ejércitos, para brindar ayuda a Gondor.
Después de un día a galope todos llegamos al punto de reunión, por todos lados se podían ver guerreros, solo se podía diferenciar por sus estandartes, armaduras y escudos, a donde se mirase todos eran hombres, ninguna mujer se veía entre las filas, a parte de mi la única mujer que iba en las filas del Rey Theoden era su sobrina, todos instalaban las tiendas para descansar, mientras que otros ayudaban a prender el fuego para hacer la comida, atender a los caballos, ya que en el amanecer del siguiente día saldríamos con todo hacia Gondor, en el trascurso del día pude observar en pocas ocasiones a Legolas, no quería aceptar que todavía mirarlo, estar a su lado o pasar donde él hacía que mi corazón palpitara como un caballo desbocado.
Una vez caída la noche me puse a montar guardia, mirando hacia el camino de la montaña se podía ver que una sombra se movía por el camino, tome mi arco y una flecha de mi carcaj, apunte a la sombra dejando a que llegase a donde nos encontrábamos, una vez que estuvo arriba iba a disparar sin darme cuenta que era un elfo por su vestimenta.
Xx: ¡Que sorpresa Alice!- hablo el elfo que se encontraba debajo de la túnica negra.
Alice: ¿Quién eres?- pregunte todavía apuntándole.
Xx: Soy Elron, señor de Rivendell - dijo bajando de su montura.
Alice: lo siento mucho mi señor- me disculpe mientras guardaba la flecha en el carcaj, y hacia una reverencia.
Elron: descuida pequeña- hablo mientras caminábamos a la tienda del Rey Theoden, en ese trascurso me hablo sobre, lo que tenía que hacer Aragorn para evitar que Sauron ganase la batalla final.
Al llegar a la tienda del Rey entramos a está, él señor elfo le hablo del porque se encontraba ahí, el rey le indico a uno de sus guerreros que fuera en busca de Aragorn, e indicarle que le buscaban; pasaron unos momentos hasta que ingreso a la carpa, se le fue entregada Andúril, la llama del Oeste, forjada por los fragmentos de Narsil y se le explico a Aragorn que tenía que hacer para que los hombres obtuvieran la victoria contra Sauron.
Mientras ayudaba a Aragorn a prepararse llego Éoewyn cuestionando.
Éoewyn: ¿Por qué se está yendo?- seguí acomodando la montura, mientras que Aragorn le prestaba atención- la batalla se encuentra al este, no te puedes ir antes de una guerra.
Aragorn: Éoewyn.
Éoewyn: no los puedes dejar, tienes que quedarte.
Aragorn: ¿Por qué has venido Éoewyn?- cuestiono.
Éoewyn: ¡Porque todavía lo ignoras!- contesto.
Aragorn: tu amas una idea de una tenue sombra- le dijo mientras tomaba las riendas del caballo- no puedo darte lo que vos quieres.
Después de eso acompañe a Aragorn al sendero que lleva al Bosque Negro, en el camino nos cruzamos con Gimli.
Gimli: ¿A dónde vas voy con vos?- hablo mientras se levantaba de su lugar.
Aragorn: esta vez no amigo mío- contesto.
Legolas: no has escuchado la obstinación de los enanos- hablo mientras llegaba a donde nosotros y se colocaba a un lado mío, por un momento me miro y sonrió; ese gesto hizo que mi corazón se acelerara.