*Narra Alice*
Legolas de un momento a otro se encontraba arriba mío cubriendo mi cuerpo con el suyo, tomaba su boca con tal ferocidad que demostraba cuanto le deseaba, su boca busco la mía con posesión, con deseo, el beso cada vez se volvía más intenso, cunado sus manos comenzaron a desnudarme no me opuse, ya que al igual que él, yo lo deseaba en ese momento y ahí mismo. Sin dejar de besarme fue quitando cada prenda que traía puesta, una de sus manos se mantenía en mi cintura haciendo que nos mantuviéramos juntos, mientras que su otra mano descendía de a poco hacia mi vagina, al llegar lo escuche suspirar de alivio, me acaricio el sexo haciendo círculos en él, me sentía tan húmeda y necesitada de sus caricias, por sus besos, por él.
Legolas llevo un camino de besos al cuello de Alice, mientras ella jadeaba por el nuevo mar de sensaciones. Legolas llego hasta los pechos de Alice y los devoró.
Cerró los ojos cuando Legolas mordió su abdomen para bajar y hacer algo tan incómodo pero a la vez interesante, que la obligó nuevamente a cerrar los ojos, articulando un gemido de sorpresa.
Escucho la risa de Legolas, haciendo que abriera de golpe los ojos, iba a renegar, cuando sintió la lengua de él, entre sus pliegues, Alice echándose hacia tras soltando un grito, en una mezcla de sorpresa y placer.
Para sorpresa de Alice, quería más de aquella sensación y término moviéndose contra la boca de él, deseaba que su lengua terminase en lo más profundo de ella como fuera posible. La agradable corriente se tornaba más y más fuerte, para llegar a tal punto tan desesperante donde casi se desfallece de lo tortuoso de aquella sensación. Alice sintió como sus músculos entre sus piernas se tensaban, para luego sentir como el fuego se expandía por su cuerpo, haciendo la gritar mientras se le nublaba la vista y estiraba sus piernas.
Legolas no le dio respiro, ni espero a que se tranquilizara después de sentir su primer orgasmo, se posiciona encima de ella, cubriendo con su cuerpo el de ella. Entonces Legolas la penetro de una sola estocada. Alice dio un grito de dolor y placer, dolía tanto que algunas lágrimas se le escapaban.
Alice: duele- se removió incomoda ante la unión de ambos- y no voy a permitir que te detengas.
Legolas se destenso y gruño devorándola, después de unas caricias, comenzó a embestirla de forma lenta y pausaba, haciéndolos gemir a ambos. Alice sintió placer y dolor, una sensación difícil de describir.
Alice temblaba tanto que le costaba seguir le el paso, pero Legolas se tomaba la molestia de colaborar le, colocando una de sus manos en el trasero de ella, anudándole de esta forma a seguir el baile de sus caderas.
Legolas y Alice se tocaban tanto como pudieran, no paraban de besarse, danzaban como la naturaleza les permitía en ese momento.
Cuando Alice llegaba a la cúspide de la consumación, sintió un placer doloroso, un placer que la hizo gemir en la boca de Legolas al tiempo que se aferraba a él; sentía como sembraba su semilla en ella, un placer que lo daría todo. Sentía como si hubiese corriendo en una carrera, no pida pensar, ni moverse, Legolas la tomo entre sus brazos fuertes y llenos de sudor, y los hizo girar para que ella quedara arriba de él.
Alice tenía una ligera capa de sudor sobre su piel, la boca entre abierta en busca de aire, no sabía cómo sentirse al respecto, puso su mejilla sobre el pecho de Legolas y escucho sus latidos de su corazón, latidos que le sorprendieron ya que parecieran al de un semental indomable.
Se estremeció al sentir como acariciaba su larga cabellera, y antes de caer en un profundo sueño murmuró.
Alice: quisiera que te quedaras a mi lado- susurró al borde del sueño, deteniendo las lágrimas que estaba en sus ojos.
Escucho la respiración intensa de Legolas mientras dormía, sin escuchar que le prometía.
*Narra Legolas*
Desperté antes que el sol se alzara en el cielo, sentí la respiración de Alice sobre mi pecho en un sueño profundo, el semblante que tiene es tranquilo, mientras está dormida acerco mi mano a su rostro siguiendo a su cabello y la acaricio; los recuerdos de anoche llegan a mi consiente haciendo me sonreír, por tener a la mujer que amo.
Escucho como unos pasos se acercan a la tienda, antes de que entre y pueda ver a mi amada desnuda, la cubro con las pieles, noto que se mueve un poco, vuelvo a observar su rostro para ver que sigue durmiendo tranquilamente.
Xy: Señor...- dijo un guardia de Gondor entrando a la tienda.
Legolas: Salgo en un momento -me levanto del lecho tratando de no despertar a Alice, que sigue en un sueño profundo.
Mientras terminaba de vestirme y comenzaba a tomas mis armas, la voz de Alice me saco de mis pensamientos; haciendo que guiara mi vista hacia la mujer que amo.