La mañana una de las mejores tanto para Derek y Sofía, sería la mejor que nunca hubiera tenido y por primera vez en mucho tiempo Derek había roto la rutina de todos los días. Esa de levantarse a las cuatro de la mañana, para ir al fondo del parque a lanzar piedras al rió, volver a casa bañarse e ir al colegio a cumplir con su trabajo. Esta mañana era diferente estaba recostado en la cama sintiendo el cuerpo de Sofía el calor que emanaba de ella, sentirla entre sus brazos, respirar su aroma había encontrado lo que quería después de tanto tiempo. Sofía se movió un poco despertándose, encontrándose con la mirada atenta de Derek sobre ella.
—Buenos días —saludo Sofía acomodando su barbilla sobre el pecho de Derek mirándola con un gran brillo.
—Buenos días. Hermosa —respondió Derek. —¿Cómo amaneciste?
—De maravilla —respondió acercándose a los labios de Derek —después de una gran noche —lo beso. Derek la rodeo con sus brazos profundizando el beso —por cierto. ¿Qué hora es?
—Pues… —Derek dirigió su mirada al reloj de pared.
—¡Ay Dios mío! —se levantó de la cama alarmada al ver que ya eran las cuarto para las once —ya es muy tarde. ¿Por qué no me despertaste? —reclamo.
—Me acabo de despertar unos minutos antes que tú. Además —se levantó jalándola del brazo dejándola debajo de él —por un día que faltemos, no le haremos daño a nadie —se acercó pícaro a ella.
—Alto ahí muchacho —detuvo Sofía —¿Acaso este es el Derek del que me habían comentado?
—Talvez. Deberías descubrirlo por ti misma.
—Ya es algo tarde para el mañanero. ¿no crees?
—No lo veo así —refuto Derek.
—No estoy de ánimo.
—Si eso es cierto. ¿Por qué tus ojos brillan? Y tus labios me piden que los bese.
Sofía de un movimiento ágil se colocó sobre él con su cabello castaño cayendo sobre sus senos —eres un chico malo sabes.
Derek sonrió colocando sus manos en los firmes glúteos de Sofía apretando con algo fuerza —claro que no Sofía —presión un poco más fuerte —soy un hombre malo. Muy malo —estiro sus dedos sujetando sus firmes glúteos. Levantándose apoderándose de sus labios.
La cama se balanceaba con esmero, sus rostros pegados compartiendo besos, mientras ella movía su cadera de manera sublime, con movimientos rápidos en los momentos que sus labios se separaban Sofía abría la boca gimiendo sintiendo cada intromisión aumentado más la intensidad. Derek se levantó para besarla, sus mansos se enredaban su cabellera castaña y la jalo hacia atrás apoderándose de su cuello y ella volvió de nuevo para besarlo con sus manos recorriendo su espalda y sus uñas clavándose en la piel de Derek al llegar hasta el final.
Recostados sobre la cama Sofía tomo la palabra —eras terrible Derek —él la miro sin entender —si te hubiera conocido en mi adolescencia, seguramente estaría pringada de ti.
—Aunque te resulte increíble. Cuando me enamoro, solo tengo ojos para esa persona.
—Parece que ya estoy pringada de ti. Porque te creo lo que has dicho.
—Créelo hermosa. Estoy seguro que te contaron sobre mí y no solamente ese lado rebelde.
Sofía se acercó a sus labios para besarlo —sí, eras malo, pero también tierno y amoroso.
Estaban compartiendo un beso cunado el celular de Sofía escucho —tu celular —dijo Derek.
—Ya empezaron las llamadas. —contesto —rector. Buenos días —saludo fingiendo estar dormida, cuando estaba más despierta.
—Nada de buenos días Sofía. ¿Qué sucede? ¿Por qué no has venido a dar clases? —pregunto.
—Lo siento. Ayer me quede despierta hasta muy tarde haciendo algo importante. Ya sabe —respondió Sofía y Derek se cubrió la boca conteniendo la risa.
—Está bien. Entiendo. Descansa —dijo el rector colgando.
—Fue muy importante —dijo Derek sonriendo enarcándose sus hoyuelos.
—Es tu culpa, por mantenerme despierta casi toda la noche.
—Pero bien que lo disfrutaste —mantenía una leve sonrisa levantándose de la cama —bueno y si me ayudas a preparar el almuerzo.
—¡Ay, no puede ser! Mi mamá me ha escrito un montón de mensajes.
—No le dijiste nada cuando te fuiste.
—Solo le dije que iba a llegar tarde.
Derek rió y tomo su celular notando que también tenía mensajes del rector, preguntando ¿Por qué no había venido en la mañana? Y le respondió que lo sentía pues estaba algo cansado debido al rescate de ayer y que en la tarde iría a dar mantenimiento al colegio.
—¿Te gusta la sopa de lentejas con carne? —pregunto Derek.
—Claro que si —respondió Sofía.
—Muy bien. ese será nuestro almuerzo.
Derek se acercó hasta la cocina solo cubierto la parte inferior, acompañado de Sofía cubierta con una camisa de magas largas de Derek —¿en qué te puedo ayudar? —pregunto ella.
—Puedes sacar el pimiento, una cebolla y el ajo. Ah también la carne —respondió Derek.
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Editado: 30.01.2024