—Nunca creí que me reuniría con usted, señora Kim— sonrió tímidamente.
—Ohh hija nada de señora Kim, dime Yoora o... mamá — le guiñó.
—Señora Kim... digo mamá — bajó la mirada —, esto es vergonzoso.
—Yang Mi, tienes que acostumbrarte a llamarme así o al menos dime Yoora.
—Si hija, tienes que acostumbrarte, muy pronto será oficial — añadió su madre.
—¿A qué se refieren? — enarcó una ceja confundida.
—Hablé con tu madre y creo que sería perfecto que te casaras con mi hij... con Taehyung — se aclaró la garganta.
—¿Qué? — un mohín de disgusto apareció en su rostro, pero rápidamente desapareció cuando sintió el leve golpe de su madre. Hubo un silencio muy incómodo en su mesa, el ambiente había cambiado drásticamente con la noticia de una boda arreglada y no era necesariamente la boda arreglada lo que fastidiaba a Yang Mi, sino era quien iba a ser el novio, tan sólo de imaginar que "el hijo bastardo de los Kim" sería su esposo le daba vergüenza.
—¿Desean ordenar algo? — dijo el mesero haciendo que la situación se calmara.
—No, solo estaré por un momento — respondió Yoora algo fastidiada, cosa que notaron las 2 mujeres sentadas frente a ella.
—Lamento si fui descortés — hizo una reverencia una vez que se fue el mesero.
—Entiendo que para ti debe ser algo bajo casarte con Taehyung — esta vez Yoora mostro un mohín al mencionar a Taehyung —. Tan solo con decirte que a mí me da vergüenza que sea un Kim... no sé qué hice mal — suspiró
—Yoora, usted no hizo nada malo, fue esa mujerzuela que se metió en su matrimonio — Yang Mi le tomó de sus manos —. Me encantaría ser su nuera.
—¿En serio? Eso nos beneficiaria a las 2 — sonrió ilusionada.
—Lo digo muy en serio. Solo espero que él acepte.
—De eso me encargo — se levantó de su asiento —. Quisiera estar con ustedes, pero tengo que ir a otro lugar. Hasta luego — ellas asintieron y vieron como esta se marchaba.
—Al menos disimularías que no te agrada la idea — le dio un leve golpe en la cabeza de su hija.
—Tsk! ¿Por qué debería disimular? No me agrada tener que ser esposa de un bastardo — bufó
—Ese bastardo hará que tengamos más dinero, ¿al menos viste cómo es?
—No y no me interesa — rodó sus ojos —. Tan sólo hablar de ese tipo se me quitó el apetito.
Al salir del restaurante, el tono del móvil de Yang Mi hizo que se detuviera por un momento para revisar el mensaje. Cuando terminó de leer el mensaje tiró su móvil dentro de su bolso de mano para luego dirigirse al auto con su mamá.
—El secretario Oh acaba de mandarme un mensaje — dijo con fastidio al subir a su auto.
—¿Qué quiere? — enarcó su ceja sentándose en el asiento copiloto.
—Parece que el abuelo quiere vernos.
—Ahora que tonterías querrá, espero sea algo de su testamento o que se morirá de una buena vez — ambas se rieron.
*
—Ya era hora de que llegaran — dijo el señor sentado en el sofá de su despacho —, ¿no se cansan de perder el tiempo comprando?
—¿Para eso nos llamaste, abuelo? — frunció su ceño.
—Les tengo una buena noticia — sonrió de lado. Ellas se sentaron desconfiadas frente a él.
—La buena noticia para ti, debe ser mala para nosotras — la mamá de esta enarcó una ceja al decir eso.
—Eso depende de ustedes... Solo quiero advertirles que no permitiré que hagan algo en contra de ellas...
—¿Ellas?, ¿Quiénes? — Yang Mi se puso de pie alterada.
—Cuando mi hijo murió me confesó que tenía una nieta — la cara de ambas al escuchar eso se palideció —, después de buscar mucho al fin la encontré.
—¡¿Cómo pudo hacerme eso su hijo?! — exclamó Su-Ji mientras se ponía de pie al igual que su hija.
—Su-Ji debiste ser una actriz — bromeó el sr. Park—, lástima que nunca te haya creído. Como sea, ellas vienen a vivir conmigo y no quiero enterarme que las maltraten porque después de todo (TN) también es la heredera de todo esto.
—¡¿Qué?! ¡YO SOY LA ÚNICA HEREDERA, NADIE MÁS! — gritó y caminó enojada de un lado a otro — ¡ESA MALDITA SOLO ES EL RESULTADO DEL AMORÍO DE SU HIJO! — le señaló.
—Cuida tus palabras Yang Mi — advirtió su abuelo quien se ponía de pie y se acercaba a ella — o no responderé por mis actos — ella retrocedió temerosa al entender las amenazas de su abuelo.
—No permitiré que ellas vivan en mi casa — dijo su madre interponiéndose entre su suegro y su hija.