Capitulo 6

Una semana, solo tenía una semana para estudiar, así poder dar mi examen de admisión. Debo confesar que estaba muy nerviosa ya que deseaba con todo mi corazón entrar a esa universidad y no solo porque mi abuelo estaría orgulloso, sino también porque sería una nueva experiencia.

Nunca creí que estaría a un paso de volver mi sueño realidad, ya había conocido a mi abuelo, aunque lamentablemente no pude conocer a papá, me hizo feliz que mi abuelo haya entrado a mi vida, solo faltaba entrar a la universidad y estaría viviendo mi sueño... Ahora mi vida estaría repleta de personas, ya sean conocidas o no y quizás... tal vez... llegue a tener mi primera amiga. Mi sueño de estar rodeada de personas a quien amo se cumplía, aunque en lo profundo de mi corazón anhelaba siquiera haber podido pasar segundos al lado de mi papá. ¿Cómo puedes extrañar a una persona que nunca conociste?

—Señorita Park — escuché que la voz de mi instructora que me llamaba, parpadeé repetidas veces y dirigí mi mirada a ella — Señorita Park, necesita concentrarse o no aprenderá lo necesario.

—Lo siento mucho, profesora — hice una reverencia en mi asiento.

—No es necesario que te disculpes, pero presta atención falta 3 días para el examen — asentí comprendiendo.

Mi abuelo había contratado una instructora para que me enseñara todo el día y realmente apenas lograba dormir o comer, pero sé que esto era necesario ya que necesitaba reforzar mucho. Por lo que sé, la instructora es la mejor que puede existir, confío en que me ayudara; además, me cae bien porque tiene mucha paciencia conmigo.

*

—Bueno es hora de que almuerces, así que cuando termines vuelves inmediatamente — asentí y vi que ella sacaba su almuerzo de su bolso.

—¿Usted almuerza aquí?

—Oh, lo siento señorita Park— guardó nerviosa su tupper —. Creí que no sería problema si comía aquí, no sucederá de nuevo.

—¿Eh? — incliné mi cabeza sin comprender porque se disculpaba —No comprendo — arrugué mi nariz.

—Señorita Park, en verdad no sabía dónde podía comer — hizo una reverencia —. Lamento si la incomodé, pero por favor no me despida.

—¿Despedirla? — abrí los ojos desmesuradamente — ¡Por qué lo haría! — exclamé —Usted no debe disculparse. Fue descortés de mi parte no invitarla a comer, lo lamento.

—No se disculpe, por favor — movía sus manos, nerviosa por mis palabras. Aun no comprendía porque algunos se comportaban así conmigo.

—No puede comer aquí — sonreí y le tomé de su mano —. Vamos, coma conmigo.

—Señorita Park, esto no es correcto — quitó su mano e hizo una reverencia.

—Usted es mi profesora y es muy maleducado de mi parte haberla hecho comer sola — tomé nuevamente su mano y la jalé levemente —. Vamos, por favor, no me gusta comer sola.

—¿Segura? — asentí y ella tomó su bolso para luego seguirme. Estos 4 días había estado comiendo sola y la verdad no me gustaba, me deprimía mucho que ni siquiera terminaba de comer, a pesar de que pedía a las sirvientas que se sentaran conmigo a comer se negaban, ni siquiera los de limpieza o los guardaespaldas.

No sentamos frente a frente y vi mi plato con mucha felicidad, al fin ya no comería sola.

—Profesora, ¿usted que trajo de comer? — sonreí emocionada ya que siempre quise decir eso a alguna compañera.

—No es mucho — sacó su tupper y apareció una deliciosa comida. Me recordó cuando mamá cocinaba, ahora no lo hacía porque no se lo permitían.

—¡WOW! ¿Me invita un poco? Y yo le invito el mío — señalé mi plato. Ella se rio nerviosa para luego asentir.

—Es la primera vez que un alumno me invita comer en mis horas de trabajo — mordió su labio inferior —, espero no me despidan.

—No permitiré eso — arrugué mi nariz enojada —. No entiendo como pueden ser descortés al no invitarla a comer, hablaré con las chicas luego — hice un puchero, molesta.

—Por favor, no les despida — rogó juntando sus manos.

—¿Eh? Solo les iba a decir que para la próxima la inviten a comer, ¿por qué las despediría? Además, ustedes trabajan para mi abuelo, yo no tengo porque gritarles o despedirles y si tuviera la autoridad tampoco lo haría, porque no hicieron nada y no se debe gritar a las personas.

—Usted es difícil de entender.

—Yo creo que es al revés. Yo no les logro comprender — ambas nos reímos.

NARRADORA

Mientras tanto Su-Ji había estado pensando en cómo poner a Yung-Hee en la palma de su mano para que hiciera lo que quisiera. Después de pensar tanto logró utilizar el odio que le tenía a su favor.

—Yung-Hee — entró a su despacho sin avisar.