1 mes y 3 semanas desde que mi madre entró en estado de coma, no había ni un día de la cual no iba a visitarla, muchas veces me quedaba a dormir en el hospital ya que no quería estar lejos de ella. Quiero aprovechar cada momento para visitarla, porque cuando inicie mis clases voy a tener menos tiempo para verla.
A pesar de que trato de ser fuerte me es imposible, siempre que entro a su habitación y la veo en ese estado, mi corazón me duele y comienzo a llorar. Es difícil para mí, ya perdí a mi padre y si llegara a perder a mi madre, me sentiría muy sola.
—Mamá — me acerqué a ella tomándola de sus manos —, no te lo dije antes, pero me casaré — acaricié sus manos esperando alguna respuesta, pero no hubo ninguna reacción, ella seguía inmóvil —. Debes despertar para que estés presente en todo esto — sonreí, aunque mis ojos reflejaban tristeza —, tenemos que hacer los preparativos como elegir el lugar, las flores, el vestido de novia y no sé qué cosas más mencionó la sra. Yoora — me reí mientras caía una lágrima por mis mejillas —, será divertido o eso creo... —guarde silencio por unos minutos mientras lloraba — ¿Sabes? Tengo miedo de casarme, pero es la única forma de pagar o mostrar mi agradecimiento a mi abuelo y a la sra. Su-Ji, ya que ellos nos han estado cuidando mucho, hasta el abuelo me ha brindado tarjetas para poder comprar cosas que me faltan, aunque no lo uso porque siento vergüenza. Mamá necesito que me digas si hago lo correcto... — sorbí mi nariz — mamá, por favor tienes que despertar antes de la boda — le sacudí levemente su brazo —. Tienes que levantarte y decirme que todo estará bien, no soy fuerte, tengo miedo de esta decisión... tengo miedo de perderte... — sollocé como una niña arrodillándome en el suelo — Mamá extraño tu voz, tus abrazos, no soportaría perderte... ya perdí a papá — me recargué al borde le cama tomando su mano —. Despierta, por favor y dime que todo estará bien... dime si tomé la decisión correcta al aceptar este matrimonio... Por favor, por lo que más quieras, no me dejes más tiempo sola...
Lloré por mucho tiempo tanto que quedé agotada de tanto llorar, el sonido de una llamada entrante hizo que me despertara de donde estaba. Aún somnolienta me dirigí a mi bolso y contesté sin fijarme de quien era.
—Señorita (TN) — suspiró aliviado el secretario Oh —, me alegra que, al fin conteste, me tuvo preocupado.
—Lo lamento, secretario Oh, es solo que me quedé dormida en la camilla de mi madre.
—Señorita, no quiero inmiscuirme, pero últimamente no ha estado alimentándose correctamente y eso no es bueno para su salud.
—Lo sé, pero no tengo apetito — me senté en el borde de la cama fijando la vista en mi madre.
—Su madre no estaría feliz sabiendo que no se alimenta — añadió.
—Mi mamá sigue en coma, ¿cómo podría comer sabiendo que ella está de ese modo? — dije con mi voz quebrándose.
—Lo siento, señorita (TN), si fui demasiado lejos, pero me preocupo por usted.
—Gracias por su preocupación, trataré de comer más — di una media sonrisa.
—Señorita (TN), cambiando de tema... — dijo inseguro —la razón por la que le llamaba es que su abuelo le preparó una cita con el joven Kim Taehyung.
—¡QUÉ! — grité haciendo que él se quejara — ¿Por qué no me dijo nada?
—Es que se me olvidó avisarle con tiempo — escuche una risa nerviosa de su parte —. La cita es dentro de unos minutos, por favor no se lo diga a su abuelo — imploró.
—No se preocupe a cualquiera le pasa y, ¿qué tengo que hacer?
—El chofer le está esperando en la entrada del hospital, sólo vaya a la cita y diviértase. Usted lo necesita, después de todo no ha salido más que al hospital.
—Trataré de divertirme, gracias por su preocupación, secretario Oh.
—Cualquier cosa me avisa, no lo dude — dicho esto colgó. Me despedí de mi madre y bajé a la entrada del hospital, estaba nerviosa y no sabía si estaba vestida para la ocasión, ya que estaba con un polo holgado y pantalón jean acompañado de unos tenis.
Al llegar al parque donde era la cita ya estaba retrasada 30 minutos de lo acordado, bajé del auto buscando con la mira al ángel caído y lo encontré recargado sobre su auto ignorando a todas las personas de su alrededor, no parecía de buen humor.
—Hola — susurré, pero este ni me escuchó, así que aclaré mi garganta llamando su atención —. Disculpe la tardanza — dije incomoda ante su mirada.
—Al fin te dignas a aparecer — comenzó a caminar dejándome atrás —, ¿planeas quedarte ahí? — se detuvo unos segundos alcanzándome el tiempo para llegar hasta él.
—¿A dónde iremos? — pregunté al llegar hasta él.
—No sé y no me interesa — respondió indiferente.