Ups Corazon Roto

EL CLAVO QUE TE CLAVAN

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Cuando uno pone pie firme en su convicción, debe mostrar temple. No quiero que me vea como una mujer pérdida llorando por su ausencia. Si lo he hecho pero tampoco es para darle gusto de ello. Estoy ansiosa de saber que lo traer por aquí pero al mismo tiempo me queda claro que no estaba preparada para su intromisión.

-¿Qué haces aquí? No recuerdo haberte invitado...- Respira Andrea... respira

Camino hacia la cocina y me sirvo un vaso con agua para digerir que Aníbal vino. Desde mi cocina lo observo que viene hacia la desayunadera.

-Andí- 

Sale de su boca... pero mi mente se nubla porque ese diminutivo que ya no le pertenece en absoluto. 

-Mi nombre es Andrea.. Aníbal...-

Le aclaro porque no quiero escucharlo otra vez que lo diga como si todo fuera normal, como si nada hubiera cambiado y él no me hubiese traicionado. ¿Espera amabilidad o algo por el estilo?

-Andí o Andrea es lo mismo...- Dice sin emoción como si aclarara un simple  palabra y eso me molesta.

-¿Cómo tienes el descaro de decirme eso? ¡No es lo mismo y lo sabes! Te agradecería que digas lo que viniste a decir y vete. Estoy aprovechando nuestro tiempo de alejamiento-

-No tienes porque ponerte así... tú deberías ...-

-¡Escucha ben Aníbal! Yo puedo ponerme como quiera. Estoy en mi casa y tú no eres bienvenido. Eres tú el que no entiende que entro a un lugar a donde ya no pertenece. Me traicionaste de la manera más cruel y que esperabas... una cena de felicitación... Que te sonría como los mejores amigos..

-Sería lo mejor...- Me dice serio...

-Lo mejor dices...- Decido irme a la sala y le señalo- Lo mejor sería que hubieras terminado conmigo de buena manera considerando nuestro historia. Sin embargo me queda claro que te valio una madre y como ya no me necesitas me dejaste... y ahora esta a punto de casarte.

-Andi ¿Quién te dijo?- Repite Aníbal

-¡Andrea! Yo me di cuenta sola Aníbal, el día que te comprometiste... tus mentiras al mundo y a mí- Le digo friamente. Mientras él se sacude su cabeza intentando decir algo...  Yo levanto la mano obligandolo a callar y tomo aire.

-Ahorremonos el drama Aníbal ¿Qué quieres?- Entonces se pone serio.

-¡Necesito el anillo de la abuela!... ¡Yo te lo dí en su momento! Pero mi familia es tan tradicional...-

-¡Jesús, María y José! Veniste porque quieres que te dé algo que me regalaste... -Aníbal ¿Quién eres? La persona que conocí respetaría mi dolor... ¡Tu novia ya tiene un anillo!  ¿Qué te pasa?-

Entonces me doy cuenta que las cajas fueron abiertas... Vino a mi departamento y cuando no me hallo simplemente lo busco y lo más seguro es que si lo hubiera encontrado no me esperaría para avisarme. El muy descarado pensaba llevarselo así... Cómo un vil ladron... intentando tapar el sol con un dedo.

-No entiendres Andrea es importante para mi familia...- Yo no lo escucho más..

-Me lo regalaste... no tengo porque regresartelo.. ¡Dejáme en paz! ¡Aníbal!-

-¡Ese anillo es mío! Me pertenece ahora qué...- Yo no dejo que siga con su chacharra.

-¡Disculpa! Ahora que terminamos... Qué no somos nada. Entonces devuelveme los dos años de mensualidad que te regale antes de tu graduación ¿Me los darás? Sí es así, tal vez podamos llegar a un acuerdo.

-¡Tú me lo diste yo no lo pedí!-

-¡Ahí lo tienes Aníbal! Tú también me lo diste sin que yo te lo pidiera. ¡Es lo fantástico del libre albedrío! ¡Vete o llamo a la policía!-

-¡Entraste en propiedad ajena! ¡Puedo mandarte unas horas a la cárcel! Dudo que quieras eso en tu historial de gran arquitecto ¿Cierto?

-¡Eres una perra!-

Yo lo veo muy enojada. El clavo que te clavan en la espalda es horrible, pero es más horrible ver que un hombre te engañara por tantos años. Ver su verdadero ser me da vómito y alegría.

-Aníbal, verás lo perra que puedo ser si no te vas. Y te agradezco por dejarme claro el tipo de persona que eres..- Me muevo hacia mi bolso y saco mi célular.

Lo enciendo y marco un número simulando que estoy llamando a la policía, Aníbal tiene ojos lleno de ira y se va dando un fuerte golpe a mi puerta. Cierro con el seguro y Sonia contesta...Apenas y puedo respirar mi alma está acongojada.

-¡Alo! ¡Andi! ¿Estas ahí? ¡Pendeja estas borracha y sin mi presencia!- ¡En verdad la extraño!

-¡No! ¡Cómo podría sin tí aquí!- Susurro y mis lágrimas se derraman como una cascada. 

-¿Qué sucede?¡Dime algo no me mates de la preocupación vieja!-

Yo intento hablar pero las palabras no me salen, como explicar esto que siento ahorita... Mañana llamaré al cerrajero para que asegure mis dos puertas.



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En el texto hay: humor, superacion personal, amor ciego

Editado: 27.09.2021

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