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Mi vecino pregunto ¿Estas lista para dejar ir?... ¡No! ¡No lo estoy! Ni creo que lo este. Fui sincera en esa respuesta pero su consejo me golpeo profundo. Necesito mi paz y seamos razonables...
¡Nuetra paz mental y psiquica es primordial en el cambio! ¡No hay vuelta atrás! Todo esta game over... Mi novio me dejo y se va casar con alguién más. Queda tan claro como el agua que ya no hay nada más que hacer. Muchas creerán que debería luchar por mi derecho. Sin embargo yo no fui la que se rindió en la relación, sino mi supuesta pareja... entonces es metar grano en un saco roto.
Además cuando la verdad esta a la vista no importa como lo vea. Ese hombre que ame... ya se fue hace mucho tiempo y yo estaba tan ciega que no lo ví.
Debo sentirme feliz que me mostrara el garrafal error que iba cometer. ¡Mujeres! No luchen por algo que no vale ni la mitad de un centavo partido. Todos evolucionamos para bien o para mal. No necesitamos a alguién que no va dar el 100% o el mil por nosotras.
-¡Señorita! ¡Aquí debe firmar!-
El chico de uniforme tipo chico scout color azul negro me enseña su hoja de recibo. Yo firmo lo más rápido que puedo para que se lleven las cajas.
-¡Todo será entregado hoy! ¿Verdad?- Intento no mirar las cajas.
-¡Puede estar segura, todo llegará en perfectas condiciones!-
No estoy interesada si llegaran en perfectas condiciones, estoy preocupada en que ahí dentro van recuerdos que le estoy diciendo adios... El cerebro racional dice ¡Excelente! Mientras el corazón sentimental dice ¡Te has vuelto loca! ¡Son tus últimas reliquias! ¡Exacto! Son las reliquias de algo que sucedio... ya no habrá más.
-¡Genial!-
Le digo y entrego su tabla con los papeles y se retira llevandose algo más que cajas. Dentro de ellos va un anillo que representa a mi forma de ver, mi corazón roto, mis lamentos y mi último adios... Con una pequeña nota. Pensé mucho es escribirla o no. Es complicado querer comunicar todo en unas pequeñas palabras.
De: Srita. Andrea
Para: Sr. Aníbal
No quiero tener más lazos que molesten mis días ni incomoden los tuyos, te regreso todas tus cosas y el anillo familiar. Quedo en paz contigo y no te deseo ningún mal en tu nueva vida. ¡Cuidate Aníbal!
Cuando logro quedarme sola en mi departamento pase en mi mente todas las imagenes de cada recuerdo que pasaron en este departamento. Es contradictorio sentir un vacio y también liberación... Mi vecino tenía razón... dejar ir deja espacio para nuevos pensamientos y proyectos..
Tomo a Pom Pom y le acaricio... Ahora Andrea eres totalmente libre de cualquier atadura, sigo viendo mi pared y espero al cerrajero porque no quiero recibir visitas inesperadas como la última vez. Al final del día me digo a mi mísmo. ¡Eres fuerte! ¡Vamos a salir de esto! ¡Ya estas caminando Andrea!
¿Quién dice que uno no puede renovarse? Uno puede recrearse una y otra vez si es para mejor... Siempre Reviso mi guardaropa y pienso que siempre he sido entre recatada y sencilla pero elegante. Yo quería verme bien al lado de Aníbal sin exagerar... la moda nunca ha sido mi fuerte. Pom Pom me abandona y se va al cuarto...
Regreso a mi espejo... está semana empezare una nueva rutina para relajar mi mente... el ejercicio será un nuevo comienzo... mientras iré escogiendo poco a poco ese nuevo guardaropa que me estoy imaginando. Preparo la cena y como siempre hago demás... No veo nada de malo compartir como un agradecimiento a mi vecino. Voy a tocar su puerta llevandole un plato de comida y cuando abre parece que está ocupado con alguién más y me siento apenada. ¡Mierda! ¡Acabo de interrumpir una cita!
-¡Andrea!- Me dice sorprendido. De seguro penso que estaría abstraída por lo de ayer.
-¿Quién es? Hert...-
Una chica rubia con un vestido amarillo muy lindo aparece tras de él. Me observa levantando su ceja. Yo estoy que me muero de pena porque estaba en mis pantuflas y mis pants más comodos con una camiseta suelta. Ante ella me siento ridícula pero recuerdo que estaba en mi casa cómoda y no tengo que dar explicaciones a nadie de mi vestimenta y sonrío con confianza.
-¡Buenas noches! ¡Yo le traje un poco de comida!- El doctor toma mi plato y lo huele -
-¡Gracias!- Recuerda a la chica al lado de él que sigue mirandome despectivamente. Y una mujer sabe cuando la estan viendo mal. Admiro su determinación y su figura es impresionante. Alta y delgada con una piel de leche y ojos miel. ¡Es preciosa!
-Karina, ella es mi vecina y...- Se hace a un lado para que la vea completa.
-¡Si! ¡Gusto! Soy Karina y ya casi saliamos...-
Aclara con esa cara de chica que quiere marcar su territorio. Le admiro eso aunque no estoy tras los huesitos de él. Me aguanto mis ganas de reirme de eso... Sí supiera que la existencia de los hombres en este momento esta en mi último en mi lista. De quién debería de preocuparse no esta aquí, sino en la clinica.
-¡Claro! ¡Feliz noche!- Digo
Y me voy antes que digan algo más porque no quiero que piense que me meto donde no me llaman. La verdad juntos se ven muy bien. El doctor estaba con un conjunto informal que le acentuaba mucho su cuerpo.