-Verde y azul son los colores predominantes. Se respira paz y armonía. Ha pasado mucho tiempo desde aquel suceso terrible que tantas vidas apagó y tierras devastó. Una tragedia global que mermó considerablemente la vida humana, animal y vegetal en el planeta tierra. En este nuevo mundo imperan nuevas costumbres que consiguieron y consiguen evitar la destructiva evolución que nuestro planeta tuvo en el pasado. Unas costumbres que dieron y darán a la humanidad estabilidad hasta el fin natural del mundo, porque en este nuevo mundo no existen leyes, solo existen las costumbres. Los seres humanos vivimos en grupos familiares. Cada familia tiene su gran extensión de tierra donde creamos nuestros hogares, cultivamos nuestros frutos y criamos nuestro animales. No existen las invasiones ni expropiaciones de tierras porque las personas de este nuevo mundo no conocen ninguna de esas dos acciones. Nuestro medio de transporte para visitar tierras vecinas son nuestras piernas y animales. El aire es sano y limpio. No existe contaminación alguna y las cuatro estaciones del año fluyen con temperaturas adecuadas creando un hábitat que nos cuida como especie y nos mantiene sanos y libres de enfermedades extintas. No existen trozos de metal, papel o plástico porque intercambiamos y nos ayudamos justamente. No hay fronteras ni división de razas, con lo cual, tampoco existe la política ni codicia. No hay cárceles. Nadie hace el mal porque no es necesario ni aprendido. Vivimos con demasiada paz, también aprendida. Los niños crecieron y crecen en un entorno tranquilo y con valores de humanidad. Fueron los supervivientes de la tercera gran guerra quienes vieron una oportunidad en intentar cambiar un mundo insostenible en aquellos tiempos y proyectado hacia la destrucción total. Una guerra que sirvió para conseguir el propósito de aquellos hombres y mujeres conocedoras de su pasado y soñadoras del futuro.