Vacaciones de verano

Armarse de valor

Cuando regresé esa alma generosa estaba colaborando en la limpieza y me volví a unir al grupo, yo había regresado con una vieja pala que encontré en el taller de mi padre, pero mi alma gemela se centraba en recoger algunos trozos de madera ideales como leña, por lo que le di la pala a alguno de los participantes del grupo y comencé a recoger las ramas junto a esa mujer totalmente misteriosa para mí. Se llamaba Alma, o al menos así la llamaré para no revelar su verdadera identidad, porque ciertamente uno se enamora de un Alma y no solo de un ser humano con mente y cuerpo, es el alma, el espíritu de esa persona, la que le da los gustos, esas experiencias que le tocó vivir y que se van albergando en su mente pero yo diría que también en su corazón, y cuando digo corazón también me refiero a eso a el espíritu de una persona, a su alma.

Cuando escuché por primera vez que su nombre era Alma, pensé que era una segunda casualidad, pues tenía una familiar llamada Alma también, lo que se me hizo como que una posibilidad de entablar una conversación en base a su nombre, pero cuando las persona están más en su mundo, no quieren hacer una conversación de su nombre, sino más bien estar pendiente de sus asuntos, pero esa era mi única oportunidad de conocerla, pues yo era lo bastante tímido como para evitar hablar con la gente, con la gente nueva sobretodo y más si me ponía nervioso cuando era una mujer atractiva que me llamaba la atención. Así que por el amor de Dios o por el amor a esa mujer, podría decir hoy día que hasta por miedo de quedarme solo, decidí hablarle mientras trasladábamos algunos trozos de leña entre un pasillo y el patio de la universidad.

Yo: ¿te llamas Alma verdad?

Ella:

Yo: “Tengo un familiar que tiene ese mismo nombre”. Insistí

Ella: A si, ese es el nombre que me pusieron

Creo que me contestó por educación, lo que hoy día veo, como que desde el primer momento me había querido hecho ver, que yo no le llamaba la atención,

Pero pensé yo cuando se trata del amor de la vida uno no se puede rendir tan fácilmente, pensé equivocadamente, porque el amor de tu vida debería ser algo con más armonía, pero como hay tantas historias de historias, podría decirse que pensé que esa era una de esas historias que no empiezan con un buen pie.

Además de regreso la escuché hablar con alguien que pensé podría ser su esposo, o su novio, al que pude escuchar cuando le preguntó que quién era yo, y creo haberla escuchado a ella responderle “no sé, alguien que se me pegó detrás” como queriendo decir que solo era alguien que la había molestado.

En todo caso viendo que la jornada había terminado y ella se centró en escribir en su celular, decidí que no había más nada que hacer, su novio o esposo era el hombre que la acompañaba o el que estaba al otro lado del celular… Total si no me hacía caso, no era la indicada por Dios. Aunque no lo había pensado exactamente así para entonces.

Tal vez me llamó mucho la atención no solo su físico de ahorita, sino que ya me había gustado mucho tiempo antes, cuando yo era un adolecente de 15 años, apenas salía a la calle pero la había podido ver un par de veces, también un amigo me la mencionó como una de las chicas más bonitas de la zona en esa época, con el tiempo la vi ya con un novio, luego con una mascota, luego con su primera hija en su barriga, en fin la vi muchas veces incluso cuando iba al karate, pero nunca tuve la buena suerte de conocerla, tal vez porque no tuve la suerte de ser más extrovertido, o tal vez porque ciertamente parte de la suerte está en las acciones que tomamos y si para entonces nunca tuve el valor o la intención verdadera de conocerla, podría echarle la culpa a mis circunstancias de entonces, que son limitaciones y barreras reales, pero los hechos son los hechos, sino lo hice entonces, pues no habrían consecuencias de esos actos, sino consecuencias de lo que dejé de hacer, aunque realmente no pudiese haber hecho otra cosa en ese momento… Allí tal vez podría culpar al destino, a un destino que no tiene la culpa de nada, ni de las limitaciones mías, ni de las decisiones que tomé o de las que no tomé.



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En el texto hay: cuento, romance, ficcion

Editado: 19.02.2022

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