*EL LUGAR DE TU RECUERDO*

Era una noche tranquila demasiado para mi gusto porque mis pensamientos me estaban consumiendo poco a poco, gotitas saladas resbalando por mis mejillas una tras otra, estaba cansada de todo quería darme por vencida ya no aguantaba más, la tristeza y el dolor me estaban consumiendo día a día y no sé cuánto más podría soportar estar así.

Mire la hora en mi celular apenas el reloj marcaba la media noche. Entre tanto silencio solo se percibía el pequeño chapoteo que ocasionaban las olas del mar al chocar contra las rocas, me recosté un poco más quedando con mi mirada hacia el cielo, la luna brillaba con tanta belleza y majestuosidad que era imposible no contemplarla.

Mi respiración era pesada y sentía que me faltaba el aire, cerré mis ojos tratando de controlar mi llanto pero mis pensamientos llegaban a mí como ráfaga de fuego que destruye todo a su paso, como de costumbre comencé a hablarle al viento manteniendo esa pequeña esperanza que al mencionar lo que sentía, desde el lugar que te encontrarás me podrías escuchar.

– Te extraño tanto. * mencioné con mi voz entrecortada.

– te dije que te necesitaba y tú me lo prometiste. Prometiste que regresarías, pero no fue así.

Me puse de pie y pase la palma de mi mano por mis mejillas bruscamente  tratando de Limpiar mis lágrimas, pero entre más lo hacía sentía que más era el llanto. Comencé a gritar sabiéndome sola necesitaba desahogarme.

–LO PROMETISTE, QUIERO QUE ESTÉS AQUÍ, NO PUEDO SIN TÍ, NO SOY FUERTE COMO TÚ, NUNCA PODRE SERLO… POR FAVOR REGRESA... POR FAVOR...*mi voz se fue apagando con cada palabra, caí de rodillas al suelo, para ese momento mi voz salía más como un susurro casi imperceptible.

–ayúdame a no ser tan débil, siento que ya no puedo más, pero yo también te hice una promesa y no te fallaré, lo siento... Lo siento mucho... TE AMO MAMÁ no sé si de verdad me escuches o nada más soy patética al hablar sola, pero TE AMO MAMÁ, y voy a luchar para hacerte sentir orgullosa de mí.

Me quedé en silencio luego de esto tratando de respirar controlar mi respiración, este lugar es algo triste, pero es el único lugar en el que siento que puedo hablarte y es algo tonto pensar que me responderás, comienzo a olvidar el sonido de tu voz de tu risa, lucho cada día con mis demonios internos para lograr todo aquello que me propuse y la venganza que planeo cumplir. No pude protegerte, pero si te prometo que acabaré con todos y cada uno de los que te hicieron daño, lo juro.

Con esas últimas palabras me marché de ese sitio rumbo a mi casa, necesitaba entrenar que era lo único que lograría sacarme de este estado tan deprimente que mostraba debilidad.

★HORAS MÁS TARDE★

Mis músculos ardían, mis manos goteaban sangre y el cansancio se hacía presente, golpe tras golpe eran recibidos por aquel saco de boxeo, me sentía bien, tan fuerte e imparable, necesitaba descargar toda esta tensión de mi cuerpo y relajar mi mente, que mejor que hacerlo con un entrenamiento a mi estilo.

Minutos después detuve los golpes considere que ya era suficiente, me sentía cansada tome mi botella de agua y me senté en mi cama...

Un ruido en mi habitación me hizo despertar algo desorientada, mire la mesa al costado de mi cama viendo de mal humor el despertador lo apague algo fastidiada, ya era hora de arreglarme para ir a la estúpida escuela, tome una larga ducha limpiando las pequeñas heridas de mis nudillos los cuales tenían ya la sangre seca porque me quedé dormida y no limpie mis manos anoche.

Enrolle una toalla a mi cuerpo y otra en mi cabello, me coloque mi ropa interior y fui a buscar la ropa de hoy.

Me coloqué unos joggers negros, unas botas militares negras, una camisilla ajustada en color blanco y mi chaqueta de cuero color negro, solté mi cabello peinándolo dándole forma a mis rizos, hoy no quería usar maquillaje, pero debía esconder un poco mis ojeras así que solo use mi base, mi hidratante de labios  y mi pestañina, me eche un vistazo en el espejo y estaba bastante bien o eso me decía a mi misma.

Baje a la cocina encontrando a mi padre sentado en la encimera, pase de largo y solamente tome una Coca-Cola del refrigerador.

– Buenos días para ti también, yo amanecí de maravilla. *Únicamente rodeé los ojos ignorándolo ni siquiera se porque sigue viniendo a mi casa sin avisar y entrar sin permiso tendría que encargarme urgentemente de eso, no me apetecía hablar y no quería hablarle tampoco sumándole a eso el mal humor que me cargo hoy, me limite en hacer un asentimiento con mi cabeza y pase de largo, saliendo de mi casa rumbo a la escuela.

Sentía la adrenalina apoderarse de mí cuerpo, amaba la velocidad y la sensación que me producía el andar en mi motocicleta, es toda una belleza. Entre al estacionamiento de la escuela dejé mi moto un poco alejada de los demás vehículos por precaución porque no me apetecía pelear con alguien si algo le pasaba a mi moto sé que el modelo no es tan reciente, pero es toda una máquina digna de aprecio, es una KAWASAKI NINJA H2R.

Me asegure que todo estuviera en orden y me lleve el casco conmigo para guardarlo en el locker saque mi MP4 y coloque una canción buena para alivianarme un poco antes de entrar a clase, pero todo rastro del buen humor que tenía desapareció al cruzarme a Nick y sus perros falderos aunque compararlos con perros sería un insulto para los pobres animalitos.

– ¿Qué quieres imbécil? * Le dije fastidiada por su repentina aparición* 

–wow, tranquila fiera que solo vine a saludar, pero solo una cosita para aclarar mi nombre no es imbécil me llamo Nick, pero por ser tú, puedes decirme cariño * menciono esto último en un tono coqueto, yo solo pude rodar los ojos por su estúpida actitud, me dispuse a caminar e ignorarlos, pero un grito algo fastidioso llamo la atención de todos.

–¡HOLA AMOR! * Llegó la novia de Nick gritando, me fastidiaba su horrible voz era irritante y más su actitud fastidiosa.