Los primeros días fueron los peores sumergida en un despacho, intentando encontrar un hilo de congruencia entre las tripas de aquel caos donde docenas de expedientes se mezclaban con montones de folios escritos de dos caras, con cientos de paquetes de cuartillas amarillentas y un número infinitos de escritos, todo esparcidos por el suelo, arrumbado en montones contra la pared, en estantes que amenazaban con desplomarse y en pilas desequilibradas al borde del tambaleo.
El paso de la primera semana me trajo una cierta confianza. Aun con lentitud, el miedo ante aquel tumulto se fue diluyendo progresivamente, hasta que comencé a moverme con una mínima seguridad entre esa masa de expedientes judiciales. A penas tenía tiempo, sin embargo, para lanzar mucho más que una ojeada fugaz a cada documento: lo justo como para instruir su contenido asociado a la categoría correspondiente según mi rudimentario plan de organización. Críticas judiciales, y varias historias muertas en un expediente. Correspondencias personales, correspondencias privadas. Toda tenía acomodado entre los escritos del difunto Juez.
Establecer aquella distribución en tribunales fue una tarea compleja que me llevó jornadas enteras en ese terrible despacho, pasé la noche entera, decidí quedarme para poder todo en orden, una noche de fríos tenebrosos y de ruidos sin sentidos que llegaban a mis oídos de repente. Hasta que exactamente logro mirar mi reloj y eran tres de madrugada, mi vista cansada, mi cabeza explotaba y me recosté a un sillón, y de repente sentí un acompañante poco usual. Y era el Juez Eduardo Ramírez, quien se había quitado su vida en ese despacho y en ese mismo sillón, observando su rostro y con miedo que me aterrorizo por su aspecto malo, decidí preguntarle. ¿Dr. Porque todavía está aquí en este plano terrenal? El sin medir una sola palabra hizo caer unos expedientes arrumados en la pared, haciendo que se abriera y así poder tener respuesta a lo que pregunte. Desapareciéndose de inmediato. Pero mi mente cansada no me permitía ver más allá de lo que él quería decirme. Empecé a recoger todo apartando en una gaveta, ese expediente y así lograr terminar para irme a darme una ducha para volver.
Al terminar tome mi cartera y abriendo la puerta entrando Luis Manuel, saludándome con una amable sonrisa, dándole paso a un poco más de confianza. ¿Buenos Días Dra.?, yo lo mire y con una sonrisa le respondí Buenos días Luis Manuel. Discúlpame voy de salida a mi apartamento decidí quedarme aquí y quiero ir a darme una ducha, Luis Manuel. No puede ser Dra. paso la noche aquí?.. Dios mío y no le paso nada extraño, aquí nunca ningún personal tiene el valor de quedarse no más de las ochos de la noche. Tifany ---bueno después te cuento, lo único que quiero es quitarme todo esté polvo de expediente de mi cuerpo. Luis Manuel de una vez se ofreció la llevare Dra. Tifany le respondió Gracias y con una sonrisa se fueron.
No cabía duda de que a Luis le gustaba hablar y yo interesadamente, aproveché la coyuntura y le dejé hacer. Al llegar a mi apartamento me despedí pero Luis me dijo la esperare aquí en la recepción para así invitarle un café, me lo permite Dra. Tifany—claro que si con gusto.. Tratare de no tardarme tanto. Continuo caminando y de repente volteo y lo miró y le dije gracias. Luis Manuel solo sonreí, siento una bonita ganas de conocer más a Tifany. Pensé, tome un periódico y empecé a leer las noticias esperando a la Dra.
Tifany-- Dios mío que me pongo, de verdad que no sé qué pasa, cada vez que veo a Luis Manuel, perdóname Dios porque lo único que puedo sentir es como si él fuera mi esposo y siento eso, mi corazón me grita . Y me da a la vez pena porque estoy segura que Luis Manuel cree que es por su persona mi amabilidad, tengo que hablar con él y ser sincera. Bueno tratare de hablar algún día con el de ese tema. Ya estoy lista bajaré, tomé mi bolso y bajando las escalera sentí su mirada una mirada que mi amado esposo utilizaba para decirme que mujer tan hermosa eres mi amor, lista Luis Manuel ya podemos irnos. Luis Manuel Dra. Con todo el respeto que se merece que mujer tan hermosa es usted. Tifany ¿qué me dijiste Luis? , llorando le volví a preguntar ¿qué me dijiste? Luis Manuel, Dra. No fue mi intención ¿porque llora? Tifany – tranquilo no pasa nada, Luis Manuel entonces me acepta un café? , Tifany si claro vamos.
El flujo de los días me llevó a conocer más de ti. Luis Manuel, Gracias `porque de verdad eres uno de los que me han ayudado a estabilizarme aquí en esta ciudad, en este trabajo que me hace olvidar en momentos de lo que me apena en mi alma y corazón. Creo que es primera vez que me siento con un hombre desde hace meses a compartir un café. Luis Manuel—Dra. El gusto es mío, gracias a usted, de verdad que nunca me da por expresar lo que siento, y con usted me siento como si la conociera de años. Tifany---Bueno te pido que en las afueras del tribunal, me hables de tu, así no me siento tan señora, además tengo tu misma edad, sin embargo entiendo que en trabajo si tienen que existir una relación más formal. Luis Manuel—claro que si así será Tifany.
Tifany—cuéntame <<< ¿vives aquí con tu familia?, Luis Manuel Si Vivo desde que nací en este país , mi vida entera esta junto a cada calle, me case con una hermosa mujer , rubia así como usted , de ojos miel, tengo un hijo maravilloso de 5 años , Albert es un niño muy cariñoso, y muy amado. Tifany--- que bonito nunca me imaginé que estuvieras casado, nunca escuche que de t familia, ya veo que en ese tema eres muy reservado. Luis Manuel----No Tifany lo que pasa es que hace 5 meses perdí a mi esposa en un accidente aéreo, y su perdida la tengo viva en mi corazón, no hablo con nadie de mi dolor, y en casa trato de darle mucha fuerza a mi hijo para que no esté tan triste. Ella se dirigía a los ángeles por motivos de trabajo, salió su bueno de México, por escala. Tifany --- ¿Qué día fue el accidente donde tu esposa murió? Luis Manuel—el 09 de marzo, ¿porque pasa algo? .Tifany llorando mira a Luis Manuel, y le dice ese fue el mismo vuelo donde perdió la vida mi esposo y mi hijo de 5 años. Perdón por no deja de llorar Luis, pero esto no lo entiendo. Luis Manuel—estoy impresionado, no sé qué decirte tifany de verdad, nunca me imaginé que tú también estarías pasando por este dolor, y tu más fuerte que el mío, porque también perdiste a tu hijo. llorando ambos puede que este dolor sea un poco más llevadero , Tifany-- te puedo abrazar Luis , lo abrace sin poder dejar de llorar, sin poder sentir que quien estaba abrazando era mi esposo en otro cuerpo, y esta extraña sensación de poder y querer conocer a su hijo de 5 años.
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Editado: 11.07.2020