Los ojos rojos de mis convertidos no se apartaban de los míos, ya que por alguna extraña razón cambiaron de color, a la distancia pude sentir la mirada de los dos lobos que me acompañaban.
- Allison, Aiden - los nombré.
- Stiles - contestaron al unísono al momento que se incorporaban de los ataúdes hasta quedar sentados con las piernas estiradas.
Sonrío, este es solo el comienzo de mi futura venganza, no soy de los que guardan rencores pero esta vez los que en el pasado fueron mi familia ya no merecen mi perdón, lo he hecho a lo largo del tiempo, pero parece que nunca aprenderán de sus errores y la verdad eso ya me tiene cansado.
Sentí mis ojos tomar su color natural y cuando eso pasó mis dos amigos saltaron fuera de los ataúdes lo cual me tomó por sorpresa, pero antes de que tan siquiera se alejasen, mi voz los detuvo.
- Alto ahí - mi voz salió tan fría y demandante, cosa la cual me sorprendió en demasía.
Los dos vampiros se detuvieron de espaldas ya que estaban a unos pasos lejos de mi. Girando sus cuerpos me miraron con sus iris rojos. De reojo pude ver como Alan bajaba la cabeza y mostraba su cuello en forma de sumisión mientras Evan se mantenía mirando todo en silencio.
- Si, majestad - contestaron al mismo tiempo los recién convertidos, dejaron caer una de sus rodillas en la tierra y bajando la cabeza mostraron respeto a mi persona.
Eso la verdad me desconcertó, no esperaba que hicieran algo así, salí de mi asombro para volver a hablar.
- Donde creen que iban - espeté con voz dura.
- Nosotros solo...
- Tenemos sed - finalizó la oración Aiden.
Claro, debí haber pensado en eso, debo alimentarlos antes de que hagan algo que pueda meternos en problemas, hice una señal a los dos lobos que custodiaban el lugar para que se acercaran.
- ¿Que pasa?- preguntó Evan una vez estuvieron a mi lado, Allison aun inclinada dejó salir un gruñido mirando por unos segundos a los lobos.
- Quiero que vayan a cazar algunos animales, debo alimentarlos - señalé a mis ex amigos - traten de no herirlos demasiado, no quiero que desperdician la sangre - manifesté - traigan lo que encuentren, no importa, solo no se alejen demasiado - ordené.
- ¿Por qué no lo hacen ellos? - indagó Alan confundido.
- No creo que puedan controlarse, ademas no quiero correr el riesgo de que algún humano ande por el bosque y termine siendo la cena de ellos dos - cuestioné.
Alan asintió entendiendo mi referencia por lo que sin mas comenzaron a correr hasta perderse entre las demás lápidas de las tumbas.
- Stiles - me llamó Allison - ¿Que nos sucede? ¿Por que tengo tanta sed? ¿Acaso no estábamos muertos? - lanzó las preguntas que parecían rondar en su cabeza.
- ¿Que nos hiciste? - esta vez preguntó Aiden.
- Estaban muertos, y aun siguen muertos pero en vida, los mordí y no, ya no eres un hombre lobo Aiden - respondí a la pregunta que formuló en sus pensamientos - ahora los dos son mas de lo que fueron antes de morir.
- ¿A que te refieres? - musitó la chica.
- Será mejor que se los diga en casa con mas calma - sentencié .
- Quiero ir con mi padre - dijo Allison antes de ponerse de pie, lo cual Aiden hizo igualmente.
- No puedes ir - respondí.
- Puedo ir...
- No Allison, tu padre aun no está enterado de tu regreso, ademas puedes terminar acabando con su vida, aun no sabes controlar tu nueva naturaleza - espeté .
- ¿Que soy entonces? - su mirada me exigía una respuesta.
- Eres...
Mi respuesta quedó al aire cuando el olor a sangre fresca me llegó al olfato, gracias a que ya puedo mantener el control no enloquecí por el aroma, aunque no puedo decir lo mismo de mis convertidos, ambos al oler la sangre, corrieron como desquiciados al encuentro de los lobos y arrebataron de las espaldas de ambos, los venados muertos que venían cargando.
Los lobos sorprendidos se apartaron de los dos chicos que en el mismo instante en que tuvieron a los animales clavaron sus colmillos en el yugular de ambos venados comenzando a succionar la sangre.
De verdad que estaban hambrientos.
- ¿Donde encontraron a los venados? - pregunté con los ojos puestos en los recién convertidos de rodillas al suelo tomando de la sangre de los dos animales sin vida.
- No muy lejos - contestó Evan - venían corriendo en nuestra dirección, parecía como si algo los hubiera asustado - mencionó pensativo.
- Espero que nadie los haya visto - los miré por unos segundos. Los dos negaron rápidamente.
- No te preocupes, nos aseguramos a que nadie nos viera o nos siguiera - aseguró Alan.
- Bien.
Tomé de la mano a Evan y lo acerqué un poco a mi cuerpo, sintiendo como su calor corporal estremecía mi cuerpo frío a través de la ropa y su mano calentara un poco la mía. Alan por su parte se posicionó a mi otro lado, quedando así yo en medio de ellos.
Allison y Aiden seguían alimentándose hasta que dejaron a los venados secos, sin una gota de sangre en sus venas. Se limpiaron la barbilla con el dorso de sus manos, ya que una línea de sangre bajaba desde su labios hasta ahí. Voltearon su cabezas al mismo tiempo para verme con los ojos abiertos por lo que acababan de hacer, parecían sumamente confundidos y a la vez temerosos.
- Stiles... - dijo en un hilo de voz mi querida amiga.
- Tranquilos no pasa nada - dije con calma.
- ¡¿Que no pasa nada?! - alzó la voz Aiden - terminamos por ingerir toda la sangre de esos animales sin estar conscientes - bramó molesto.
- Por que de ahora en adelante la sangre será el alimento que los mantendrá con vida - informé sin molestarme por el tono de voz que usó Aiden conmigo.
- ¿Que?- soltó con sorpresa el gemelo.
- Son vampiros - proseguí diciendo, ellos se miraron por unos instantes para volver a posar sus vistas rojas en mi ser - de ahora en adelante están bajo mi cuidado, les enseñaré lo que se sobre esto y también tendremos ayuda.
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Editado: 11.03.2020