La madre de Evan no quitaba su mirada de mi, ya habían pasado unos segundos tras su pregunta y yo no sabía que responder.
- Mamá... Esto... Nosotros. - balbuceó Evan.
- Así es señora, estábamos en una sesión de besos - opté por decir la verdad.
Tanto Evan como su madre se me quedaron observando con los ojos abiertos. Obviamente no esperaban esa respuesta de mi parte, pero era mejor ser sincero a decir una mentira cuando ella ya había presenciado la escena.
- Vaya, un joven honesto, vas acumulando puntos - señaló la madre de Evan al mismo tiempo que caminaba hacia una de las sillas.
- Me alegra saberlo - contesté con una sonrisa mirando a Evan de reojo, mi hermoso novio mantenía la cabeza gacha observando los girasoles que le había regalado.
- Yo vuelvo enseguida, voy a poner mis flores en agua - a paso rápido mi lobo abandonó el comedor dejándome solo con su madre.
Suspiré antes de darme la vuelta y jalar la silla a mi lado para atrás y poder sentarme. Analicé el plato frente a mi, había algo caldoso, algo como sopa, o al menos es lo que e notado. Una jarrita de agua de guayaba natural estaba en medio de la mesa a un lado del plato de pavo.
Sentí la intensa mirada de la señora, Alcé las vistas hacia ella, sus ojos de un color marrón se mantenían analizando mis reacciones y acciones. Supongo que el padre de mi chico tenía ojos verdes, me hubiera gustado conocerlo.
- Y, ¿Como conociste a Evan? - lanzó la primera pregunta de la noche, apoyó los codos sobre la mesa para descansar su mentón en la palma de sus manos.
- En el instituto, él bueno... - mi mente viajó al día en que conocí a mi Evan y sonreí - por accidente chocamos, él se molestó y comenzó a decirme cosas de por que no miraba por donde caminaba, hasta que de repente invadió mi espacio personal agarrándome de los hombros para poder olfatear mi cuello, debo decir que me tomó por sorpresa que terminé empujándolo. Lo único que dijo después de eso fue "Eres tú" - le conté con una ligera sonrisa.
- Mi hijo me contó sobre ello, pero después de unos días en el que me dijo que había encontrado a su compañero de vida llegó llorando a casa. Balbuceando cosas sin sentido - ella se quedó pensativa por unos segundos, para no invadir su privacidad, me negué a leerle la mente - ¿De casualidad sabes que fue lo que pasó? Por que cuando se calmó y le pedí que me dijera lo que sucedía se negó a hacerlo - la preocupación se reflejaba en sus ojos.
Sinceramente no sabría que decirle, pues no creo ser yo el causante del llanto de Evan, a menos que... No eso es imposible, la única vez que lo hice llorar fue la tarde en los vestidores cuando le dije que me desagradaba su compañía, pero no creo que hable de ese día.
- Este la verdad yo...
- Mamá, Stiles no tenía que saber sobre eso - habló Evan al mismo tiempo que aparecía en el comedor y tomaba asiento a un lado mío - él no fue el causante de mis lagrimas.
- Quiero saber la verdad Evan - lo miré directamente a los ojos cuando él volteó hacia mi - y no quiero que me mientas... Esa tarde de la que habla tu madre, ¿Fue la tarde en la que te dije esas palabras en los vestidores?
Evan se mostró sorprendido por muy poco tiempo antes de negar con la cabeza rápidamente, pero sinceramente no le creí y él pareció notarlo ya que asintió poco rato después, con pena.
- Pero eso ya no importa - espetó en seguida, no obstante yo me sentía culpable, y me dolía saber que lo hice llorar.
- Evan, lo siento - me disculpé y tomé su mano que descansaba encima de la mesa - en verdad lo lamento, no creí que te lastimaría tanto mis palabras.
- Eso ya no importa, ya lo dije - declaró con sinceridad, pero aun así me seguía sintiendo mal.
Nos quedamos viendo a los ojos sin parpadear durante un buen rato, yo reviviendo la tarde en el que él llegó llorando a su casa, su mente me lo mostraba, tanto de él como de su madre, me sentí mas miserable.
- Basta, no sigas viendo - Evan rápidamente se imaginó otras escenas al darse cuenta de que me había adentrado a su mente.
- Yo...
- No digas nada - sus manos se posaron en mis mejillas y limpió con su dedo pulgar una lágrima que no sentí caer de mis ojos - No, no llores ¿Si?.
- Perdón - bajé la mirada, me sentía tan expuesto y vulnerable.
Jamás pensé que me dolería tanto algo así, al parecer el dolor de Evan pasó siendo también mi dolor.
- Disculpa - la voz de la señora Elisabeth nos llamó la atención - siento que soy la única que no entiende nada de lo que sucede aquí, ¿Alguien me explicaría que es lo que sucede?
Evan alejó sus manos y volteó hacia su madre.
- Nada mamá.
- En realidad si - dije yo al segundo, obteniendo la atención de los dos - la razón de que su hijo llegará llorando fue por mi culpa - manifesté.
- Stiles no...
- Voy a ser sincero, esa tarde le dije cosas algo terribles - ignoré a Evan y proseguí - yo en ese entonces no sabía que era la pareja destinada de su hijo, cuando me enteré llegué a intentar romper el lazo de pareja - la madre de Evan abrió los ojos impactada por mi confesión, mientras mi chico solo bajó la cabeza - pero gracias a Deaton, un druida al que considero como mi padre, me detuvo, y me dio dos opciones, la primera intentarlo con Evan para después actuar, la segunda fue que él mismo se haría cargo de romper el lazo si las cosas no se daban con Evan, al principio no estuve muy de acuerdo, pero aun así decidí hacerle caso a Deaton y gracias a ello me dí cuenta de la gran persona que es su hijo.
<Él me hizo ver las cosas de diferentes maneras, me hizo ver que a pesar de todo lo que había vivido aún tenía la oportunidad de volver a ser feliz, de vivir esta nueva vida que me otorgó la Diosa Luna junto a él. Ahora no hay momento en el que me recrimino por haber pensado en romper el lazo, incluso pensar en eso me hace sentir un ser miserable, viendo todo lo que e vivido junto a Evan y imaginarme una vida sin él me causa miedo, me atemoriza. Lamento si la e decepcionado pero no quiero mentirle, Evan ya sabía de todo lo que le acabo de contar, pero era necesario que usted también lo supiese, pues no me gustaría que se enterase de todo en boca de otra persona. >
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Editado: 11.03.2020