DÍA 9
-Haremos ejercicios de confianza, así que ¡formen parejas! –Margo se acerca a mí y me toma de mi brazo.
-Lo siento, pero hoy haré este ejercicio con Margo, lo siento Amara-pero que… ¿Mateo y Margo?... ¿Margo y Mateo? ¿Están saliendo? Tendré una charla seria con mi amiga, pero a pesar que no me lo haya dicho estoy feliz por ella.
-Entonces yo haré este ejercicio contigo Amara-asiento y Diego se pone a un lado mío y miramos al profesor que hace el primer ejercicio con un compañero.
-Bien háganlo… ¡Mcvey ven! –me sobresalto al escuchar al profesor llamarme. Confundida camino hacia él dejando a tras a Diego.
-Si profesor.
-El preceptor me ha informado que…tienes… ¿cáncer? –suspiro y bajo mi cabeza. Ay mamá.
-Sí, sí, estoy…enferma-seguramente todos los profesores saben, sólo espero que nadie más se entere. No quiero que me vean con lástima justo y como lo está haciendo ahora el profesor de educación física.
-¿Puedes hacer actividades? –obvio que no genio.
-Hoy asistí porque las actividades no eran nada aeróbicas.
-Entonces ve, y cualquier problema dime… ¡Diego! –Diego trota hacia nosotros- necesito hablar contigo ven-él se gira y me mira, con un susurro silencioso le digo que está bien, este asiente y se va detrás del profesor.
En serio, solo espero que nadie más aparte de mis profesores, sepan que tengo cáncer.
-¿Tienes pareja? –me estoy empezando a acostumbrar a la presencia repentina de Skyler.
-No, Diego se acaba de ir-escucho el rechinar de los dientes de Gael, me rio internamente por hacerlo molestar a propósito.
-Ven, haré contigo-sin protestar lo sigo hasta ponernos en medio de la cancha de vóley, basquetbol, etc.-Date vuelta-lo obedezco en silencio, siento como toma mis dos manos entrelazando nuestros dedos, ahora sí sonrío. – Ahora inclínate hacia adelante-confío en él y sé que no me dejará caer. Una exclamación de sorpresa sale de mí, cuando me empezaba a hacer para delante, Skyler tiró de mí y me hizo chocar con su torso.
Giro mi cabeza para tratar de mirarlo, pero al darme cuenta que su rostro está a milímetros del mío me separo rápidamente de él soltando sus manos. Confieso que me asusté por su cercanía, recordar que ya no estamos juntos hizo que me alejara de él, como si su contacto me quemara.
-Amara…-niego y le doy la espalda, estiro mis manos hacia él esperando a que vuelva a tomarlas. Cuando él las toma yo entrelazo nuestros dedos.
Razón N°9
Te amo por la forma en que tu mano encaja perfectamente con la mí.