Dejé los pedazos de mi titulo universitario en el piso para luego salir de la habitación.
Me acababa de llegar dado que no asistí a la graduación, no tenía sentido ir por allá. Ingresé a la cocina arrastrando mis pies puesto que tenía una fuerte resaca por haber bebido tanto el día anterior. Me ubiqué en la mesa de la cocina para desayunar o almorzar los cereales que encontré en la alacena.
—Tu padre necesita hablar contigo. —alcé el rostro para ver a mi madre con los ojos rojos que asumo es por llorar, por lo que no le dije nada y solo fui a la oficina de mi padre, con los años he aprendido a entender que esta es la vida que ella eligió.
Ingreso a la oficina de mi padre sin toca —Tu dirás— masculló, sin mirarlo.
—Siéntate —Ordenó
—Estoy bien así — murmuré, sin querer alzar la voz por el dolor de cabeza.
—Que te sientes maldita sea —espetó, para no hacerlo gritar hice lo que me dijo.
—Como veo que no quieres hacer nada con tu vida por lo menos espero que ayudes a tu familia —suspiré, lo miré atenta esperando que me ofreciera un empleo ya que no iba a irme al extranjero como tenía previsto—. Necesito un cuantioso préstamo. —Fruncí el ceño —No me mires así que se que tú no tienes ni donde caer muerta, solo te estas gastando el mío—
—Entonces que quieres— mascullé, mal humorada.
—Necesito que te cases con Wade Black — lo miré con una sonrisa incrédula.
—¿Es una broma? —mi padre negó, su rostro estaba muy serio.
—Eres tu o tu hermana. Pensé que aceptarías dado que ya estas grande y no querrás que tu hermana de apenas diecisiete años se salga de la escuela para casarse — añadió. Mi hermana era una niña, pero yo no iba a casarme, lo más seguro era que lo decía para presionarme.
—Papá, acaso me quieres vender? — pregunté, incrédula.
—No, solo quiero que me devuelvas todo el dinero que he imvertido en ti o que voté que es lo mismo. — Mi corazón empezó a latir rápidamente ante sus palabras por la seriedad que usó
—Papá, por favor...— titubeé. Aclaré mi garganta —Yo no me quiero casar sabes por lo que estoy pasando...
—¡Por Dios, Blue. Eso pasó hace tanto tiempo ya debes superarlo! —Gritó, histérico.
—¡Mi novio murió, papá! — respondí, de igual manera perdiéndo la compostura.
—¡Hace cinco meses! Y sino quieres pues lo hará tu hermana — espetó.
Mi hermana tenía diecisiete años, por Dios como puede ser capaz de pendar siquiera en hacer eso.
—¡Louis! –Gritó, al verme en silencio. De inmediato su asistente ingresó a la oficina. —Tráeme a Anne — este lo miró extraño puesto que mi hermana se encontraba en un internado en Inglaterra —Si, sacala de la escuela y traela aqui — este asintió para luego salir de la oficina, yo lo miraba anonadada ante su actuar.
—Ahora, ya que no puedo contar contigo. No veo porque deba seguir pagando tus gastos. —me mira con seriedad —.Será mejor que te vayas de mi casa, no sacaras absolutamente nada. Tampoco quiero que vuelvas a comunicarte con tu madre y hermana — añadió, lo miré atónita ante sus palabras. Se estaba pasando con todo lo que estaba diciendo.
—Papá, lo que me pides es absurdo, se trata de matrimonio — susurré con desesperación.
—Ya te di las dos opciones que tienes. Necesito ese dinero— se aclaró la garganta —. Necesitamos ese dinero —corrigió, nos quitaran todo sino lo tengo. Prefiero entregarte a ti antes de que eso pase — termina, y mi corazón se rompió ante sus palabras, es mi padre y prefiere venderme antes de tocar un poco de pobreza. —se puso de pie y se paró frente a la ventana.
—Tu madre no podrá soportarlo cuando se entere...— suspiró.
—Está bien, lo haré— una lágrima resbaló por mi mejilla.
#897 en Novela contemporánea
vendida celoso posesivo controlador, mafia casamiento y dolor, vendida y obligada
Editado: 17.11.2024