Las lágrimas en algún momento pararon, aun cuando quise alejar mi mente de lo que estaba sintiendo mi cuerpo me fue imposible, ya que sentí el dolor en mi partes intimas al sentir la intromisión y luego el vaivén, mientras besaba y mordía mis senos, mientras tanto yo solo mantenía los ojos cerrados luchando por mantener la calma puesto que si hacía resistencia seria mas doloroso y violento. Aun así incrementó la violencia con la que se movía tratando de obtener respuesta de mi parte, pero no había nada, solo era mi cuerpo, siendo usado pagando una deuda de mi padre.
Volví a pensar en Dreck, esta vez con más ahínco que dejé todo esta situación en segundo plano y solo veía al que era mi novio sonreirme y tomarme por las mejillas para que dejara mi vista en él; estábamos en esa playa que habíamos visitado juntos donde me propuso matrimonio antes de que pasara el accidente. Al volver en mí había acabado, todo se sentía tan irreal. Me observaba con tanta rabia contenida desde el otro extremo de la habitación, inmediatamente que vi su ceño fruncido supuse que sería.
—No me digas que mi padre te vendió a una virgen — reí. — Lo siento, pero fuiste estafado. Porque este producto te salió defectuoso— estaba actuando como una loca, porque de mi interior salió una carcajada. ya no me importaba nada, observé mi desnudez, tenía moretones en el cuerpo, más que todo en los senos. Mi bagina dolía, pero seguí riendo porque aunque no había usado preservativo estaba segura que no podía quedar embarazada lo agradecí internamente cosa que él también desconocía.
—-Tu padre me dijo… —- dudó.
—Vendió a su hija no esperes mucho de él — volví a reírme más de él, hasta que sentí otro golpe en mi mejilla. Recogió sus cosas y salió de la habitación. Me puse en pie para luego ir al baño darme una larga ducha, tratando de quitar su olor de mi piel, con coraje.
Con Dereck habíamos decidido no tener relaciones hasta después del matrimonio esto se lo había contado a mi madre que estaba preocupada por que quedara embarazada sin terminar la carrera, claramente se lo contó a mi padre lo que agrega una razón más a mi lista de porqué dejar de llamarla mamá. Lo que no sabían era que cuando iniciamos nuestro pequeño viaje de celebración por terminar la universidad días antes de su muerte hicimos el amor y tampoco sospechan es que yo ya no puedo tener hijos porque cuando el accidente ocurrió estaba embarazada y tras el trauma que sufrí perdí a mi bebé lo que me creó graves consecuencias como la incapacidad por tener hijos. Su ignorancia en el tema se debe a que cuando sucedió esto estaban en Londres visitando a mi hermana y no regresaron sino tres semanas después y ya yo estaba fuera del hospital, así que no tuvo caso contarlo.
Al salir del baño, fui en busca de mi maleta para vestirme, pero no estaba no había nada en la habitación lo que empezó a inquietarme porque no tenía que ponerme y estaba solo envuelta en toalla.
La puerta fue abierta e ingresó el mismo hombre que me había traído comida.
—¿Dónde está mi maleta?— pregunté, escondiéndome tras el sofá al fondo. Me informó que su jefe se la llevó porque había perdido el privilegio. ¿privilegio? Ese tipo era un psicópata. — ¿Qué espera que use? — solo se encogió de hombros y se dirigió a la puerta del baño, la cual quitó de su lugar.
—También perdió el derecho — dicho esto salió de la habitación cargándola. Me quedé en mi lugar sentada en el piso, llorando toda la madrugada hasta que el sol brilló. Estaba desnuda sin nada que usar salvo una toalla para cubrir mi desnudez, en cualquier momento podría volver el desgraciado que se hacía llamar mi esposo y yo no podría defenderme.
Me asomé por la ventana que daba al frente de la casa, se podía ver hectáreas de verde pasto con árboles florecidos y una carretera empedrada. Eso no hizo más que inquietarme debido a que podía deducir que estábamos muy alejados de pueblos o ciudades, debía robar un auto para escapar de aquí, ¿pero hacia dónde? No tenía la menor idea de donde estaba, algo se me ocurriría porque esta no podía ser mi vida de ahora en adelante.
Cuando estaba en mi debate interno vi como se acercaron cuatro camionetas grandes a toda velocidad por esta carretera por lo que levantaron el polvo a su paso, estás se situaron frente a la casa sin ninguna delicadeza. Bajaron varios hombres trajeados, uno de ellos fue hasta la puerta trasera del auto que se encontraba en medio de todos para abrirla, donde bajó un hombre, lo poco que se lograba observar era que ese hombre era alto, guapo, con rasgos muy definidos y su vez masculinos con una barba incipiente negra al igual que su cabello. vestido; con camisa blanca, corbata y un chaleco, en la mano llevaba su saco, usaba lentes de sol.
Inmediatamente la puerta de la habitación fue abierta abruptamente por el hombre que siempre ingresaba, llevaba un vestido en la mano y zapatos en la otra.
—Colóquese esto, acaba de llegar el primo del jefe debe verse bien — murmuró, nervioso. Yo lo miré, estuve a punto de soltar un comentario irónico, pero me detuve.
—¿Por qué? —
—Es el próximo jefe de toda la organización — me lanzó la prenda, pero no la atrapé, cayó al piso. El hombre la miró con desagrado— Si piensa que el señor Wade Black es de temer, con el señor Theo Black se queda corto, ni se lo imagina — susurró, su rostro reflejaba temor. Miré al sujeto tratando de descifrar la mentira en sus ojos, pero no. —Por algo será el próximo jefe de la organización cuando muera el viejo Black si es que él lo espera — ¿estaba queriendo decir que este sujeto mataría a un pariente para obtener su cargo o lo que fuera esto? ¿Y qué era eso de la organización? ¿Dónde me había metido Robert? Tomé el vestido para usarlo, cuando el hombre vio mis intenciones salió de la habitación para darme privacidad, cinco minutos después abrió la puerta ya me encontraba lista.
#900 en Novela contemporánea
vendida celoso posesivo controlador, mafia casamiento y dolor, vendida y obligada
Editado: 17.11.2024