—Quise visitarte, eres mi única familia con Peter — Caminó hasta su primo y le palmeo el hombro, este no quitó sus ojos de mí. Me tensé.
—¿Por qué no has regresado a tu habitación? — me espetó. Evité poner los ojos en blanco, en qué momento se me dijo que regresara allí ¿acaso soy psiquica para leer mentes? Clarl me tomó por el brazo para llevarme de regreso.
—¿Así tratas a tu esposa? ya veo porque nunca te conocí una novia — el pelinegro se sitúa a mi lado — Vamos, es hora de desayunar, dudo que me vayas a negar de comer — miró a su primo, sutilmente me agarró por el antebrazo soltandome de Carl, para dirigirse a otra habitación que era el comedor. Wade lo miró con desagrado pero no dijo nada.
Nos situamos en la mesa, en cada conversación que tenían me pude dar cuenta que estos hombres solo se toleraban, había desprecio en sus palabras, incluso antes de comer uno de los hombres de Theo Black probó la comida que iba a ingerir. Lo que me llevó a pensar que si sabía jugar mis cartas podía usarlo para salir, aunque fuera tan peligroso como decían, había sido cortés conmigo, además desde que llegó lo habia sorprendido viendome varias veces con interés.
Cuando nos levantamos de la mesa Wade me tomó por el brazo, me tensé automáticamente —¿Quieres estar con nosotros?— susurró, en mi oído. No dije nada. —Vamos al patio —informó a su primo, este nos siguió.
Tenían a un hombre arrodillado y con las manos atadas detrás, tenía tantos moretones como le era posible en el rostro, salía un hilo de sangre de su boca. —Malcolm Fords, el traidor — murmuró él invitado mostrando interés. Desenfundó su arma e inmediatamente le disparó en la frente, los hombres que lo sostenían se hicieron a un lado mirandolo alarmados, el cuerpo cayó sin vida.
Solté un grito de terror al ver el rostro del hombre, sus ojos vacíos, sin vida. Por el ajugero de su frente salió sangre. Mis ojos se llenaron de lágrimas, los cerré evitandolas.
—¿Porque hiciste eso? — espetó, Wade.
Theo alzó una ceja a su primo — Ese hombre hombre no iba a hablar. ¿No viste la marca de su brazo? —Este lo miró —. Iba a morir antes de decir nada. — poso su mirada en mi y sonrió. —Monten el cuerpo a mi auto, quiero darle una sorpresa a Matthew — sus hombres hicieron lo que les dijo. Mantuve mis ojos alejada del cadáver todo lo que fue posible.
Retiro lo dicho, este hombre no iba a ayudarme, primero me mataría.
— Sube a la habitación — asi que sin esperar mas subí a la habitación con Carl, mi corazón latia desenfrenada ante esta situación, ahora era imposible que me dejaran ir, había presenciado un homicidio.
Me mantuve en la ventana esperando a que se fueran, habían gritos abajo, estaban discutiendo pero por lo lejos que estaban no lograba desifrar que decian.
Hasta que los gritos cesaron vi salir a Theo Black con sus hombres, todos llebaban las armas fuera, este se detuvo antes de llegar a su auto y miró por la ventana a mí.
Le sostuve la mirada, luego sonrío e hizo un asentamiento de cabeza para después ir al auto donde lo esperaba uno de sus hombres con la puerta abierta e ingresar, los vi irse así como vinieron con rapidez. No aparentaba que acaba de asesinar a alguien a sangre fría.
Momento después salió el que se hacía llamar mi esposo con varios autos.
No sé cuánto tiempo había pasado, pero se que tenía más de un mes en este csitoo, o por lo menos así lo sentía, mi vida antes de llegar aquí la sentía tan lejana, Wade había abusado de mí tantas veces que ya no podía contarlas, no oponía resistencia, porque la segunda noche traté de hacerlo y fue peor, me golpeó hasta cansarse y luego me violó.
Desde entonces solo dejaba que lo hiciera. Estaba tratando de mantener un perfil bajo mientras observaba cómo se manejaban las cosas aquí, había estado vigilando cómo se mantenía la seguridad y cada cuanto hacen cambio de turno para aprovecharme de eso y poder escapar. No pensaba pasar más tiempo aquí, prefería matar a Wade aunque eso implicase mi muerte, me sentía tan desgastada mentalmente que ya ni siquiera eso me importaba. Ese hombre estaba acabando contigo y no se lo iba a permitir. Mi cuerpo estaba lleno de moretones, hematomas y heridas. No creo que mi cuerpo soportará mucho más, desde hace varios días he estado teniendo dolores abdominales que iban en aumento. Ya no me sentía como yo.
Esta era la noche perfecta para escapar, estaba fuera del país según lo que me había dicho Carl, por lo que saldría de la habitación pasada la media noche, no podía ir en auto porque el ruido los alertará así que caminaría hasta el próximo pueblo por el bosque que estaba tras esta casa o hasta que mi cuerpo lo permitiera.
Me vestí con jeans y sudadera, esperando que la hora llegara, mi ansiedad estaba por los cielos, ya me había desecho de mis uñas o lo que quedaba de ella.
Cuando el reloj marcó la una de la madrugada salí con mucho cuidado, escuché como varios se reunieron en la cocina, como todas las noches, así que era hora de ir a la parte trasera, salí por la zona de lavado camino al patio trasero. Me escabullí en la oscuridad ya que no encendían las luces y corrí con el corazón latiendo desbocado.
#909 en Novela contemporánea
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Editado: 17.11.2024