Ya no había nadie afuera del edificio que alguna fue el primer laboratorio del proyecto “Biovida”. Solo había un profundo silencio.
La lluvia apagaba las últimas llamas del carbón destrozado. Lo que una vez formo parte del pasado de Rose, de Malcolm y de su hermana ahora solo eran escombros. Una luz roja comenzó a parpadear debajo de los escombros.
Unas pequeñas gotas de lluvia se filtran por el edificio en ruinas, cayendo sobre la luz roja que parpadeaba con fuerza.
Algo empieza a moverse por debajo de las ruinas. Una mano polvorienta y llena de sangre, emerge.
Una silueta oscura comienza a ponerse de pie y acomodar cada una de sus partes. Cada circuito, cada parte del sistema, comenzaban a reconectarse.
La luz parpadeante del poste eléctrico, bota unas pequeñas chispas. Un pedazo del concreto que pertenecía al edificio en ruinas, sale disparado. Destrozando el poste y la acera de la calle.
Una muchacha que pasaba por ahí, cae al suelo del susto al ver que casi muere por el pedazo de concreto que salió de la nada volando por los aires.
Algo nerviosa comienza a acercarse.
Una silueta termina de darse forma. Unos ojos rojos carmesí brillan con intensidad, al notar la presencia de la joven. Una sádica sonrisa se muestra en su rostro.
La muchacha cae al suelo, temblando de miedo. La silueta esta ahora cerca de ella con una luz roja parpadeando apuntándole la frente. Ella comienza a llorar con desesperación, mientras la silueta sigue con esa misma sonrisa en su rostro.
Un cuervo se posaba en el hombro de la silueta.
Resuena un sonido ahogado… es un disparo de protones.
El cuerpo de la muchacha se extiende por el suelo con un gran agujero en la frente y la sangre salpicada por todos los lados.
El cuervo desplegando sus alas, desaparece entre la oscuridad.
-Nos volveremos a encontrar. –susurra Malcolm con satisfacción. – A través de mis ojos……