Verano del 85'

"La Cosa del Sumidero"

Pasaron un par de días sin mucho apuro en Cumberland. Los días iban y venían, brillo solar, gente divirtiéndose y refrescándose constituían la imagen cotidiana del lugar. Por las noches, la brisa cálida complementaba perfectamente al cielo estrellado que, junto a las luces de la calle, formaban un pintoresco marco de esta pequeña ciudad al norte de Montana. Los jóvenes recorrían las calles, en busca de alguna nueva aventura y más anécdotas que llenaran su verano; todos ignorando los extraños eventos que venían ocurriendo. 

Lo cierto es que el verano había sido todo menos normal; una noche cualquiera, eventos atípicos se desencadenaron: un grupo de chicos ingresaron a una casa abandonada, no cualquier casa, se debe remarcar, y removieron oscuras cosas que se encontraban congeladas en el tiempo dentro de aquel lugar. Lejos de llegar a un final, aquellas misteriosas cosas estaban recién entrando en calor, con un desconocido ente buscando liberarse del largo confinamiento. 

El timbre de la casa de la familia Stinson, hogar del bravucón de la escuela, pronto resonó repetidamente. Alguien yacía del otro lado, con evidente prisa y necesidad de alcanzar a uno de los miembros de esa familia. Bryan corrió hacia la puerta, apurado por la intensidad con la que sonaba el timbre, y la abrió de golpe, correspondiendo la urgencia. Ahí, al otro lado del marco de la entrada, se encontraba Tammy Johnson, visiblemente consternada. 

- ¡Stinson! – exclamó - ¡¿Qué diablos le hicieron a Harry?!

- ¿Ah? – respondió Bryan, sobrecogido por la forma en que Tammy lo había abordado. 

- ¡¿Qué rayos le hicieron a Harry Ellis?! ¡La noche de mi fiesta! – contestó energéticamente. 

Bryan pronto comprendió la situación, miró hacia ambos lados de la entrada para asegurarse que no hubiera nadie cerca oyendo u observando la escena. 

- Pasa – dijo con tono seco.

Tammy entró a la casa de inmediato. Las luces de la sala estaban encendidas y las voces de los padres de Bryan podían escucharse venir desde la cocina. Tras escuchar el sonido de la puerta cerrarse, la señora Stinson emergió desde donde se encontraba y se acercó a recibir a Tammy.

- ¡Hola Tammy! – saludó alegremente la madre de Bryan.  

A diferencia de su hijo, Greta Stinson era una persona realmente agradable. Siempre muy educada y amable, dispuesta a recibir con los brazos abiertos a quien llegara a su hogar. Era también muy considerada y atenta, todas cualidades que resultaban muy difíciles de asociar a Bryan. 

- Buenas tardes, Señora Stinson – respondió Tammy

- ¿A qué debemos esta agradable sorpresa? – preguntó Greta, mirando de reojo a su hijo. 

- Mamá, necesitamos un minuto a solas – contestó inmediatamente Bryan. Su tono cortante permitió a su madre entender que no era una visita placentera.

- Oh… de acuerdo – respondió sorprendida su mamá. Acto seguido, se dirigió de vuelta a la cocina para reunirse con su esposo, quien reía a carcajadas de lo que veía en la televisión. 

Bryan guió a Tammy hacia un pequeño sofá al lado del estante de libros de la sala, lejos de cualquier ambiente contiguo. Ella estaba extrañada por el curioso comportamiento de Bryan, pero intuyó que era su pregunta la causante de tal reacción. 

- ¿Qué quieres? – preguntó Bryan.

- Quiero saber qué le pasó a Harry aquella noche 

- ¿A qué te refieres? ¿Sabes algo? – contestó Bryan, mostrando un poco de ansiedad.

- Bueno, mis padres son amigos de los señores Ellis… así que-

- ¿Qué es lo que sabes EXACTAMENTE? – preguntó Bryan, interrumpiendo a Tammy

Tammy frunció el ceño e intentó volver a tomar distancia de Stinson, quien ahora se encontraba sentado al borde del sofá. 

- Bueno, sé que enfermó severamente desde aquella noche – respondió ella, con la voz algo temblorosa

- Ah, eso es lo que todo el mundo dice 

Bryan se hizo hacia atrás y suspiró en alivio al escuchar que la información de Tammy eran solo habladurías que él ya había oído. 

- No, me refiero a que, REALMENTE sé que está BASTANTE enfermo. 

Stinson levantó las cejas. Las noticias sobre el estado de Harry aún le resultaban más una controversial suposición más que un hecho corroborado. Sin embargo, la insistencia de Tammy cambió en algo su perspectiva; ella aducía saber del real estado de Harry y parecía confirmar aquellos rumores que eran moneda de cambio en la ciudad. 

- Bryan, ellos saben que tienes algo que ver – añadió la rubia, en tono serio.

Él golpeó el sofá con fuerza, asustando a su amiga, e intentó contener la ahora creciente e incesante furia que sentía. 

- Esos idiotas dijeron mi nombre. ¡LO SABÍA! Estúpido Anderson, estúpido Carter… - dijo Bryan entre dientes y con las manos cubriéndose el rostro 

- ¿De qué hablas? – preguntó extrañada Tammy

- Tobías! Tobías, James y los otros idiotas de sus amigos. Ellos nos vieron. ¡Después de que los botaste de la fiesta nos siguieron!

- Lo sé, pero no fueron ellos quienes dijeron tu nombre…



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En el texto hay: adolescentes, paranormal, 80s

Editado: 28.01.2021

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