Narrador Omnisciente:
Lance entro en casa de su primo, ya que él había venido unos días para visitarlo, entro en la habitación de invitados y se tumbó en su cama con las manos detrás de la cabeza, cerró los ojos y suspiro.
--No has podido decirle la verdad, ¿verdad?-- Dijo su primo que lo había observado desde que llegó a la habitación
--Cómo se lo voy a decir, me he comportado realmente como un estúpido que parece ser que lo único que se hacer bien es criticar a los demas-- Sin abrir los ojos continuó-- Además como quieres que me perdone? Son dos años, dos años que la mantuve engañada--
--Diciéndole la verdad, se que al principio era parte de un juego, tus amigos te manipularon para que hicieras la apuesta, pero a que precio?... Le hiciste mucho daño, será difícil convencerla de la verdad, pero nada es imposible--
--Nada de lo que le diga, le va a cambiar de opinión, lo que siente ella por mi ahora mismo, es puro odio y frustración, solo eso--
--Pues tendremos que hacer que cambie de opinión, pero nosotros solos no podremos, necesitamos ayuda extra--
--¿Sus amigos?--
--Exacto--
--Pero como? Ellos también me odian, aighx! ¡Odio el día que les dije que haría la apuesta!--
--No me extraña, estas perdiendo la chica que te gusta por una simple apuesta retorcida y manipuladora--
--Gracias, no ayudas--
--Lo se, pero lo tenia que decir. Como tienes el morro de decirle que yo soy igual que tu, eh?--
--Em... pues...--
--Por tu culpa, a mi tampoco me habla, lo tendríamos muy fácil si no le hubieras contado una mentira tan grande como tu nariz--
--No la tengo grande--
--Tu espera y veras, si sigues contando mentiras, acabarás teniendo la nariz tan larga como pinocho--
Aarón enfadado con su primo, se giró y se fue de la habitación donde estaba, Lance reflexionaba sobre lo ocurrido.
En otro lado de Skaneateles, en la casa de la famosa diseñadora de moda, Cristina estaba durmiendo en su habitación, era muy extraño porque eran más de las doce y todavía no se había despertado, en cambio, su primo Alex, estaba despierto y vestido hace horas, cuando realmente era siempre al revés.
--¿Qué le habrá pasado? Ella siempre se levanta temprano, que extraño, ¿le ha pasado algo? ¿Tu sabes algo, Alex?--
--No mama, no se nada, seguramente no ha podido dormir bien con la calor, ¿no tienes que ir a una reunión o algo así?--
--Sí pero...--
--No te preocupes, yo cuidaré de ella, es mi prima ¿no?, no te preocupes y pasatelo bien--
--Esta bien, como quieras, ¡cuidala eh!--
--Sí, sí, tranquila, adiós--
Clara, la madre de Alex y tía de Cristina, se tenia que ir a una reunión de diseñadores de toda la ciudad de Nueva York, así que estaría fuera un buen rato, no llegaba hasta la noche, era Miercoles 10 de Julio, las 12:28 del medio dia.
Alex llegó hasta la planta alta, donde iba a tocar la puerta para poder pasar cuando sono el timbre de casa, bajo las escaleras y abrió la puerta, "si, la abrió sin decir ¿quien es? antes".
Eran Alberto, Ivy y James que habian venido a hacerles compañia tanto como a Alex como a Cristina.
--¿Donde esta cristina?-- Pregunto James
--Esta...-- Alex hizo una señal con su dedo indice, señalando arriba, e interpretando de que Cristina aun seguia durmiendo
--¿Aún? Esa no es ella, ¿no te parece Ivy?-- Le pregunto Alberto
Ivy se sento en una silla, cerca de donde estaban ellos, se la veia un poco preocupada y desanimada
--Dejemos-la dormir, seguramente ha sufrido mucho--
--Ivy, ¿sabes que eres una persona realmente muy buena?-- Le Dijo Alex. --En serio, no es broma, ocultas tus sentimientos para que Cris no sufra, y esta bien, pero...--No termino
--¿Pero...?--
--Pero tienes que ser un poco más egoista, y arriesgarte un poco más, se que mi prima te gusta, pero no sabras si a ella también le gustas si no le dices nada--
--¿Es lesbiana?--
--No lo se, yo diria que no, pero oye, todo es possible, realmente creo que ella no lo ha probado nunca--
--Y que sugieres que haga?--
--lo primero es Tranquilizarte, cada vez que la ves te pones roja, no eres así--
--Es verdad, cuando estas con ella, pareces otra persona-- Añadió Alberto
Ivy se puso más roja de lo normal...
--Dejad de decirme eso-- se notaba que estaba algo incómoda y avergonzada.
En un instante Cristina se levantó, parecía algo sueñolienta, hizo un bostezo tapándose con la mano mientras bajaba por las escaleras.
--¿Aún estas con el pijama?-- pregunto con gracia Alberto
--si, ¿que pasa? Necesito un día de relax, todo lo que me está pasando me supera--
--¿pero que te pasa? No nos has contado nada-- Dijo preocupado Alex
--Lo se, pero esta información la reservaré para más adelante, y si me atrevo a contarlo--
Se la veía muy afectada, aunque ellos no supieran la verdadera historia, parecía que la comprendían, pasaron el día juntos en el mismo banco de la primera vez, pasaron las horas y ya eran las 21:19 de la tarde noche.