Me desperté a las 10:22 de la mañana, me vestí con mucha pereza y baje a desayunar con mis padres.
—Elizabeth: Toma, ya está el desayuno.
—Xavi: Diana se marcha esta noche ¿no?
Mi prima estaba en un bungaló al otro camping con mi tío, o sea su padre. Solo había venido para estar lo que quedaba de mes y como hoy era 30 de Junio, se iba hoy.
—Daniel: Si, se marcha esta noche—Dije terminando de desayunar.
Eran las 10:26 de la mañana y escuché el timbre de la bicicleta de Alex. Venía a recogerme, ya que íbamos a dar una vuelta con las bicicletas.
—Alexander: Dani, ¿listo?
—Daniel: Por supuesto, naci preparado—Dije saliendo de mi avance.
—Xavi: Dani, espera un momento.
—Daniel: ¿Qué pasa papá?—Pregunté montándome en mi bicicleta.
—Xavi: Encarga un pollo en el restaurante, a las 14:00.
—Daniel: Muy bien, a las 14:00, vale, vámonos Alex.
Empecé a pedalear y mi padre volvió a la avance, pensé que Alex me seguiría pero lo vi parado mirando mi avance, creo que estaba pensando en algo que yo no quería pensar ahora.
—Daniel: ¿Alex? ¿Qué pasa? ¿Te has olvidado de cómo pedalear?
—Alexander: Dani, tus padres, ¿les has dicho algo sobre lo que nos está pasando?
—Daniel: ¿A mis padres? No, ni siquiera lo sabe Diana.
—Alexander: ¿Por qué no se los has dicho? Todos lo hemos hecho.
—Daniel: He visto como han reaccionado los demás padres, prefiero no decirles nada hasta que sepamos que realmente saben algo de todo esto.
—Alexander: Pero… ¿no crees que se lo pueden contar mutuamente? Los padres quiero decir.
—Daniel: Bueno, si se enteran por otros medios ya hare algo, pero yo mismo no lo pienso decir, ¿vamos ya o tendré que esperar otro año?
—Alexander: No, vamos, vamos—Arranqué la bicicleta y nos fuimos al otro camping, eran las 10:30 de la mañana. No vimos a ningún miembro de nuestro grupo por el simple hecho de que fuimos por otro camino.
Eran las 10:55 de la mañana y ya habíamos dado una vuelta, incluso habíamos ido a reservar mesa en el restaurante, tal y como pidió mi padre.
—Daniel: ¿Una carrera?
—Alexander: ¿Sabes que vas a perder?
—Daniel: Tú sueñas, una carrera desde aquí hasta la playa.
—Alexander: Hecho. —Nos pusimos en nuestras marcas y salimos del restaurante como un rayo, no venia ningún coche así que seguimos con lo nuestro.
—Georgina: ¡No!—Escuché… De pronto, todo se congelo en el tiempo, incluso nuestras bicicletas. Solo podíamos movernos, Alex, Georgina y yo. Ella estaba en la otra acera con los demás.
—Alexander: ¿Qué está pasando?—Preguntó tras parar de golpe, tenía un coche rojo a pocos milímetros de él, yo iba detrás y vi perfectamente como estaba el coche.
—Georgina: ¡Alex! ¡Dani! Volved a la acera—Nos ordenó.
—Daniel: Georgina ¿lo has hecho tú?
—Georgina: No se cuanto tiempo estará así, por favor volved a la acera—Le hicimos caso y volvimos a la acera, al menos yo, pero Alex se quedó mirando el cristal del coche. —¡Alex! ¡No te quedes parado ahí!
—Alexander: Voy, voy…— La dirección de ese coche era muy clara, iba directo hacia nosotros, como si nos quisieran matar.
El tiempo volvió a funcionar y el coche siguió su rumbo, cosa que chocó contra un coche azul aparcado ahí.
—Alexander: Bien—Choque los cinco con Alex muy feliz, y toda la gente que observó todo lo ocurrido, se les pusieron unas caras de no entender nada. Como a todos. Vi a Aarón viniendo hacia ellos y Alex y yo también nos reunimos con nuestro grupo.
—Alexander: ¿Cómo has…? Ha sido increíble.
—Georgina: No es la primera vez que lo hago, pero la primera vez fue con muy pocos segundos, este al menos ha sido más tiempo.
—Daniel: Y menos mal.
11:15 de la mañana.
Estábamos en la parcela de Irati, Elisa y David, Georgina nos explico todo lo que pasó mientras lo asimilábamos, ahora sabíamos que no éramos normales, pero ¿sabéis que? Lo normal es aburrido, y siempre me he sentido como una persona incomprendido desde que nací, incluso no me sentía tan cómodo con mi familia que con ellos, sentía que con ellos podía con todo, supongo que porque estamos en las mismas.
—Leonardo: Entonces… ¿cada uno tiene algo especial?
—Daniel: No se puede explicar todo lo que nos está pasando, pero Gemus y Gémina sí que nos pueden decir algo.
—Aarón: Dicen que no.
—Daniel: ¿Que no qué? No podemos descubrirlo nosotros solos, necesitamos alguna pista.
—Aarón: Gemus me dice que para saber quiénes sois, solo necesitáis vuestra fe y creencia.
—David: ¿Nuestra fe?
—Georgina: ¿Nuestra creencia?
—Aarón: Es decir, nadie puede decir por nosotros, nosotros somos la clave de todo, cuando sepamos quienes somos de verdad, me dirá algo y os enviare un whattsap. Hasta entonces…tenemos que buscarnos a nosotros mismos.
—Irati: ¿Y eso como se consigue? ¿Como sabemos… eso?
—Aarón: … El destino lo dirá, eso ha dicho.
—Alexander: Eso es una pérdida de tiempo, yo me voy.
—Pamela: Pero Alex…
16:40 de la tarde.
Después de comer en el restaurante del otro camping junto con mis padres, mi tío y mi prima, nos fuimos a nuestra parcela, yo estaba listo para irme a dar una vuelta por el camping, no quería quedarme en el avance sin salir, pero como era su ultimo día aquí, decidí jugar con ella al domino… si un juego de mesa, pero era divertido, sobre todo porque a la pobre se les caía todas las fichas, no sé como lo hacía pero siempre tenía que verle alguna.
—Daniel: Aquí va el doble dos.
—Diana: Pues aquí está el uno/dos.
—Daniel: A con que esas tenemos ¿eh? Pues toma un tres/uno.
—Diana: Toma, ¡gane! Doble tres.
—Daniel: ¿Cómo?
—Elizabeth: Daniel, ¿podemos hablar contigo un momento?