7 años antes…
El sonido del móvil se confundía entre los jadeos de los jóvenes, Andrés movía sus caderas, aprisionando el cuerpo de la pelirroja con quien hace más de un año mantenía una relación extramarital. Su esposa estaba cada día mas ocupada entre sus prácticas y su pequeño hijo de 4 años y era precisamente Adriana, quien le proporcionaba el placer y la lujuria que necesitaba. Sabía que la excusa para su comportamiento era realmente patética, pues Gabriela le cumplía en todo sentido, la amaba más que a nada en el mundo, solamente era que Adri le satisfacía en sus más oscuros deseos. Le gustaba el sexo duro, la ataba y penetraba como a él le complacía, eso sin contar las veces en las que se la había follado junto a otro hombre u otra mujer.
Se vació en el condón con un grito que amortiguó el de la joven, sabía de las aficiones de Adriana, por lo que jamás correría el riesgo de hacerlo sin preservativo y contraer alguna enfermedad o en su defecto de un embarazo. Para Andrés los únicos hijos que tendría serian con su mujer, la mujer que había elegido para ser su esposa y formar una familia.
Se giró para tomar un cigarrillo, cuando su móvil volvió a sonar, Adriana no comprendía la obstinación de Andrés por prolongar un matrimonio que al fin de cuentas ella lo veía en ruinas, más aún el hecho que Andrés decía amar a su esposa, cuando cada dos por tres se metía entre sus sabanas. Ya hastiada de esta situación se levantó de la cama, cubriendo su desnudez con la bata de seda que había quedado en el suelo de la habitación, luego de que Andrés se la había sacado, demandando su cuerpo.
-puedes contestar el maldito teléfono de una vez- Le dijo más enfadada de lo normal, ya que cada vez que el aparato sonaba, Andrés corría a contestar, pues los problemas domésticos de su familia eran mucho más importantes que ella.
-podría contestar si tan sola te quedaras callada- soltó el hombre, pues no quería que Gabriela se enterara que el turno del que le había hablado era una farsa para encontrarse con su amante.
-Ándate a la mierda Andrés, esta es la última vez que te lo digo… arregla esta situación o de lo contrario tu mujer se va a enterar de todo-
Para Andrés el ultimátum de la mujer le cayó como un balde de agua fría, avanzó raudo hacia Adriana, justo cuando esta entraba al cuarto de baño, la tomo por la rojiza cabellera y la empotró contra el azulejo de la pared, Adriana no podía moverse, el cuerpo del joven le presionaba la espalda, cortándole la respiración...
-escúchame puta de mierda… de verdad crees que voy a dejar a mi mujer por ti… mírate por dios, no le llegas ni a los talones a Gabriela…
- y tú te crees lo que dices?... apostaría lo que fuera que tu adorada Gaby está revolcándose ahora mismo con sus compañeros de universidad.
-NO VUELVAS A DECIR ESO- Andrés le grito a Adriana, empujándola de tal forma que la chica cayó de bruces contra el piso.
-te lo digo porque es así… tu mujer se cree la gran dama, pero no es más que una vulgar mujerzuela, que se tira a cuanto hombre se le cruza… es que acaso le crees tú que se pasa el día entero en sus clases… DESPIERTA ANDRES… SAL DE LA BURBUJA EN LA QUE GABRIELA TE TIENE VIVIENDO…
Andrés no daba crédito a lo que Adriana le decía, no era más que una mujer celosa, tratando de enlodar lo más puro que tenía.
Se vistió con prisas y abandono el departamento de Adriana, comprobó su móvil al darse cuenta que tenía varios mensajes de Gaby.
Gaby. -19:31 Amor… llego un poco más tarde, ¿puedes pasar por mi cuando te desocupes?
Gaby. -20:02 Andrés, te llamo al móvil y no contestas… todo bien?
Rápidamente marco su número, pero la llamada se fue al buzón de mensajes, intentó dos veces más y sucedió lo mismo, optó por enviarle un mensaje.
Andrés. -20:55 ¿dónde estás Gaby, por qué no contestas el puto móvil?
Gaby. -21:03… perdona Andrés, no escuche el móvil, debido a la música del club… ya salgo.
Las palabras de Adriana se filtraron en sus pensamientos ¿y si eran verdad las acusaciones de la pelirroja? Y si Gaby le había estado viendo la cara todo este tiempo… respiró profundo para calmarse… Gaby no era así, ella era una esposa y madre ejemplar.
La melodía de su móvil lo sacudió de sus pensamientos, soltó el aire que había contenido y contestó.
-donde carajos estas Gabriela...
-tranquilízate Andrés, estoy con Carmen en el club cerca de la biblioteca…
#49157 en Novela romántica
#4804 en Novela contemporánea
romance, mentiras y traición, amor misterios secretos revelaciones
Editado: 23.05.2019