Al no saber que decir, decido mencionar lo poco que recuerdo de aquel sueño. No era mucho, solo detalles aislados, fuego, caos, cosas destruidas, gritos, ruinas, nada nuevo comparado a los sueños anteriores que he tenido. Al parecer fue suficiente para ellos, ya que dejaron de interrogarme y dejar claro que fue algo que ellos ya sabían.
Luego de convencer a mi madre que me encuentro mejor, sale de mi cuarto con Peter detrás de ella. Decido darme un baño y dejar la sensación de debilidad detrás. Pero hay algo que no puedo dejar en el pasado así como así y son aquellas escenas que nunca antes he tenido en mis sueños y que no se los quise mencionar.
El comienzo del sueño fue exactamente igual que todos, pero lo que me inquieta fue el final, generalmente termina con aquel grito del soldado que pide que me disparen, lo distinto en esta oportunidad fue lo que vi antes. En esta oportunidad, tras recorrer el lugar, encontré los restos de lo que pudo haber sido un gran espejo al puro estilo rococó, tenia un gran marco dorado, con diseños de ramas, flores que en el centro de estas tenia unas incrustaciones de perlas y hojas entrelazadas entre ellas. Lo más notable del espejo era que en la parte superior, semejaba lo que era la copa mas alta de un árbol y entre el marco y las ramas de dicho árbol, había lo que se podía asemejar a un escudo real, se podía distinguir un león, una corona, flores y si lograba ver bien, un castillo. El vidrio estaba muy dañado, se podía distinguir en las partes que fue golpeado ya que se encontraba con más fisuras en esa parte y a medida que se alejaba del epicentro, las roturas en el vidrio eran cada vez más largas y alejadas.
A pesar de todo eso, al momento de verme en el reflejo, en un momento era yo con la ropa que llevaba en mis sueños, pero al segundo después, la que se reflejaba era otra Ali, esta llevaba el pelo a medio recoger con una tiara sobre su cabeza, vestido largo que me hacia una reverencia con las manos entrelazadas entre ellas y me sostenía la mirada cuando el grito del soldado se hacia escuchar, me gire hacia donde provenía el grito y al volverme me pude ver que el reflejo era el de mi yo real y el sueño volvía a ser el de siempre.
Seguía pensando en aquella escena que decía mucho pero al mismo tiempo no me decía nada, me decido por un conjunto de ropa para quedarme en casa, es fin de semana y así logro ponerme al día con los deberes, no es propio de mi faltar a clases y saber que me estoy quedando atrás me desespera, en el momento que salía del baño le había mandado un mensaje a mi amigas para que me dijeran que era lo que teníamos que hacer y tras decirles que estaba bien, me las mandaron junto a las fotos de sus apuntes para yo copiarlas en mis propios cuadernos.
Tras ponerme al día y a la visita número diez de mi encantadora madre, decido ya poner el grito sobre el cielo.
~ ¡Mujer para ya! ¿cuántas veces más vas venir para quedarte en paz de que ya estoy bien? — Era la décima visita de ella en menos de 30 minutos y no me dejaba concentrarme y cuando lo lograba, ella ya estaba llegando de nuevo a mi cuarto.
~Lo siento Ali, pero es la primera vez que te vi tan enferma y no es propio de ti, es por eso.
~Entiendo má, pero en verdad que estoy bien, desde que desperté esta mañana que no he vuelto a tener temperatura y realmente necesito terminar estos deberes.— mientras hacia énfasis con mis manos señalando mis cuadernos, textos aun por leer y aun imagines de los apuntes de mis amigas que tenia que traspasar. No quería hacer sentir mal a mi mamá, pero en verdad me estaba desesperando. Es por eso que en vez de seguir gritándole y cuestionando sus deberes maternales, le ofrecí un trato que era para un beneficio para ambas— que te parece si vuelves a tu trabajo ya sea en tu oficina aquí en la casa o vuelves a la empresa y yo me quedo terminado mis tareas, si me llego a sentir mal o a tener algún malestar te busco o te marco al instante, así, cada una hace lo que tiene que hacer y estamos tranquilas que si me pasa algo, te aviso. ¿Te parece?— Al parecer la convencí ya que en cuanto termine de hablar me quedo mirando como si por sus ojos saliera visión de rayos x ya que marco al chofer para que la recogiera en la puerta de la casa en 10 minutos, al parecer se le acumulo muchos proyectos y revisar muchos tratos y los tenia que finiquitar lo ante posible. Me dejo al cuidado de Peter quien hoy iba a tener turno en el centro de seguridad así que, nada de hacer tonterías.
Me rindo con seguir con esa tortura de las ecuaciones y no se que más, con las matemáticas nunca nos íbamos a llevar bien, decido dejar eso para el lunes y pedirle ayuda a Ems que es una diosa con los números.
Decido ir a buscar algún bocadillo, me estoy aburriendo y si sigo en lo mismo por unos segundos más, terminaría loca. Bajo las escaleras y choco con una pared de músculos que responde con un gruñido.
~¿Adonde piensas que vas?
~Pero si es cabeza de músculo en personas, muévete que muero de hambre.— Lo dejo ahí plantado como Dios manda y camino si no que corriendo para abrir el refrigerador y ver que maravillas hizo Gous para el día de hoy. Como no pude decidir por uno decido tomar todo, eso que dicen que las mujeres tiene un doble estomago para lo dulce pues se equivocan, nunca pero es que nunca hay espacio suficiente para lo dulce, sobre todo si son los postres que el mismo Gous ha cocinado, podría alimentarme a base de ellos de ser necesario.