• SEIS •

Ivy

Me preparo tanto emocional como físicamente para volver a la empresa. Tengo que seguir investigando más sobre los mercados porque hay ciertas cosas que no me cuadran.

Mi estómago gruñe del hambre porque olvidé comerme el sándwich esta mañana y voy demasiado apurada como para comer algo ahora.

No he llegado muy bien a la oficina cuando me intercepta Jake.

—Hasta que por fin te dignas en aparecer, yo acá todo preocupado por ti y tú quizás en donde andabas, pero bueno, así son las personas.

—Deja el drama, solo fui un rato a mi casa. Necesitaba procesar un par de cosas.

—Entiendo.

Caminé hacia mi oficina mientras pensaba cómo había cambiado mi vida en la última semana, en cómo el chico que decía odiarme se sentía atraído por mí y eso es un poco abrumador en cierta forma.

Al sentarme frente a mi computadora, me di cuenta de que necesitaba despejar mi mente antes de abordar las tareas del día. Tomé un momento para respirar profundamente y recobrar la compostura. No podía permitir que las distracciones interfirieran con mi objetivo de comprender a fondo los movimientos del mercado.

Después de un breve lapso, me sumergí en la investigación, determinada a desentrañar los misterios que rodeaban ciertas tendencias. A medida que revisaba los datos, una serie de preguntas comenzaron a formarse en mi mente. ¿Qué factores podrían estar influyendo en estos patrones inusuales? ¿Había algún elemento que se me escapara? Me sumerjo en los informes financieros en busca de pistas que puedan explicar las discrepancias que he notado.

Mi estómago volvió a recordarme su presencia con un gruñido, pero decido ignorarlo. 

De repente, recibo un correo electrónico de uno de mis contactos en el extranjero con información relevante sobre los mercados que estoy investigando. Parece que finalmente estoy cerca de desentrañar este misterio.

Justo cuando estoy a punto de sumergirme en la lectura del correo, John entra sin siquiera tocar la puerta.

—Señorita Blake, me mandaron a traer estos documentos para su investigación sobre los mercados.

Respiro profundamente y asiento. 

—Muchas gracias.

Empiezo a revisar documento por documento y observo que hay unas cifras que no concuerdan con la información dada.

Tomo mi teléfono y le envío un mensaje a Dereck.

Puedes venir un momento a mi oficina
3:27 PM
 

Enseguida vio el mensaje.

Dame tres minutos y estoy allí
3:29 PM

Al cabo de tres minutos Dereck hace acto de presencia en mi oficina.

—¿Me necesitas en algo? —cuestiona.

—Pues sí, encontré unos fallos en unos documentos y pensé que lo mejor era informarte sobre eso.

—¿Qué encontraste? —dice mientras se acerca a mi escritorio.

—Es un desbalance que puede afectar a la empresa en el futuro y lógicamente no queremos eso, queremos que la empresa siga en pie para cumplir con el objetivo que tiene.

—De acuerdo, podemos resolver esto juntos - dijo— A ver, ¿puedes enseñarme los documentos en cuestión? Quiero ver exactamente lo que está ocurriendo.

—Por supuesto —le digo, dándole a Dereck una pila de documentos.

Él comienza a revisarlos con atención, poniéndose los lentes para ver mejor. El silencio se hizo más denso mientras Dereck continuaba revisando los documentos. Sentí mi estómago dar vueltas con preocupación mientras esperaba su respuesta.

Al cabo de unos minutos, Dereck levantó su mirada hacia mí, con una expresión seria en su rostro.

—Me parece que estamos en una situación muy delicada, Ivy. La cosa no pinta nada bien —se repitió, con un tono de voz preocupado—. Hay unos errores en la información y si no los resolvemos, podrían tener un efecto adverso en la empresa.

—No hay tiempo que perder —le digo, con la sensación de estar casi en crisis—. Tenemos que encontrar una solución a esto lo más pronto posible.

—Estoy de acuerdo —respondió, con una expresión grave—. Hagamos una lista de todas las acciones que podemos tomar para solucionar  esto.

Jamás llegué a pensar que un día, de la nada, estaría de acuerdo con Dereck.

—Muy bien —asiento, tomando una hoja de papel y un lápiz—. Veamos, lo primero que necesitamos es comprobar si hay un error en la información original o si es un problema de cálculo en el sistema.

—Sí, ese sería un primer paso —responde Dereck—. Podemos hacer un análisis a fondo de la información original y luego corroborarlo con nuestros datos para ver si hay un desajuste.

—Además, podríamos verificar la información de nuestros proveedores y clientes —sugiero—. Asegurarnos de que todos están dando la información correcta y que no hay ningún error en sus informes e inventarios.

—Excelente idea —dice Dereck—. También podríamos revisar nuestros procesos internos, ver si existe algún problema en la forma en que procesamos la información. Podría ser un problema con un código, un archivo mal almacenado o algún problema en la base de datos. Hay que investigarlo a fondo.

Hace una pausa mientras dice eso y prosigue:

»Al mismo tiempo, podemos crear un plan de contingencia en caso de que no podamos resolver el problema en el tiempo esperado. De esa forma, aunque tarde un poco en resolverse el problema, no tendremos interrupciones en los procesos de la empresa.

—Excelente pensamiento preventivo —respondo, con un tono alentador—. Eso nos dará una gran ventaja. Podremos mitigar los efectos del problema, proteger nuestras relaciones con los proveedores y cualquier efecto colateral que ocurra.

—Mañana seguiremos trabajando en esto, tengo un par de asuntos que resolver.

Y sin más salió de la oficina.

Me pongo en pie para ir a rellenar mi botella de agua y un mareo me hace agarrarme del escritorio, trato de estabilizarme, pero no puedo así que me siento otra vez, mi frente está fría y tengo la vista nublada. Cierro los ojos y empiezo a respirar profundamente.