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Capítulo 4: Nuestros Colores.

Siento la garganta seca cuando despierto en medio de la noche, miro el reloj del celular y gruño resignada, son las 3am, faltan tres horas para que amanezca, yo no tengo nada de sueño, me levanto de la cama arrastrando los pies hasta la cocina, mi casa está sumida en un profundo silencio, se siente vacía pero en realidad no lo está, mi hermano Lean debe estar profundamente dormido, después de  haber tenido un lío pasajero con alguna chica fácil o irse de copas.

Me sirvo un vaso de agua, recordando que debo ser más consciente de la hidratación de mi cuerpo, además, ayer fui muy descuidada con las personas a mi alrededor, en especial con Marcus, quien ha decido declararme la guerra sin derecho a tregua, podría mover algunos hilos empleando el poder de mis padres y así mantenerlo a raya, pero eso significaría mostrar interés por las exigencias de ellos, lo último que haría es asumir responsabilidades precipitadamente.

Salgo al jardín trasero abriendo la puerta corrediza, huelo las fragancias de distintas flores ocultas en la oscuridad, me siento en un mueble de madera pulida ubicado debajo del sauce llorón que hice plantar hace muchos años, observo el cielo estrellado a través de la apertura de sus hojas frondosas, un sentimiento de fascinación me embriaga mientras los recuerdos de mi niñez se construyen delante de mis ojos, este patio conserva las risas de mi familia, los momentos de juegos infantiles, las tardes de picnic y también, la llegada de malas noticias, discusiones, llantos. Niños convirtiéndose en adolescentes, padres absortos por sus trabajos, círculos viciosos difíciles de superar para ambos bandos. Aun así, me permito apreciar este lugar porque aquí hice muchos de mis dibujos favoritos, los cuales ahora están guardados en el fondo de cajones polvorientos. Mis manos comienzan a entumecerse, señal suficiente para indicarme que vuelva al interior de la casa, el frío de mayo no está teniendo piedad conmigo, tampoco la sociedad.

***

—¿Prefieres música o libros?—vuelve a interrogarme mi peculiar compañero en clase de psicología.

—Música.—me limito a ser cortante.

Presiona sus lentes rectangulares y negros sobre el puente de su nariz, haciendo que sus ojos azules sean más notorios, ese color estaba comenzando a cansarme.

—¿Tienes algún pasatiempo...?—lee la siguiente pregunta del cuestionario.

Ruedo los ojos.— Ninguno.

—Creo que esto no nos llevará a ninguna parte.—se aclara la garganta incomodo—Tus respuestas son demasiado vagas como para hacerte análisis y entregarlo a la profesora.

—¿Para qué querría ser analizada? Ni siquiera te conozco.—puntualizo aburrida.

— ¿Por qué es necesario para nuestras calificaciones? No te has interesado en preguntar mi nombre o de llenar alguna cosa de tu cuestionario.—toma mi hoja vacía inspeccionándola por ambas caras.

Me hace cierta gracia su dedicación en una actividad tan estúpida, sencillamente podríamos llenar las hojas a nuestro antojo, y la profesora Marline ni se molestará en contradecirnos, no tiene tanto tiempo libre para conocer profundamente a sus estudiantes, pero el chico nuevo desconoce ese hecho, está enfrascado en hacer todo al pie de la letra.

—¿Por qué eres tan serio? No concuerda con tu apariencia.—me fijo en su cabello negro peinado hacia atrás, dejando un leve copete parecido al de actores de los 90’S, también su vestimenta está relacionada un poco con esa época, en el buen sentido, lleva una chaqueta negra abierta, debajo una camiseta roja, jeans rasgados y zapatos de vestir clásicos.

Encoje de hombros sonriendo—¿Qué esperabas? ¿Alguien como yo no puede tratar de aprobar al menos?

—Nada realmente, Naguell Callwer, sólo que eres demasiado persistente con pequeñeces. Escuché tu nombre cuando la señorita Marline nos escogió en parejas, no tengo memoria a corto plazo.—digo dejando en evidencia mi fastidio—Hagamos lo siguiente, yo responderé por ti esa hoja y tú te encargas de la mía, así será menos tedioso.

Considera unos segundos mi propuesta como si no estuviera acostumbrado al camino fácil, en serio tiene mucho por aprender si quiere ganarse la aprobación de Brack Marshall. Al final accede, me pongo a contestar sin lujos de detalles las inoportunas preguntas, mantener la discreción es mi prioridad, me resulta más sencillo escribirlo que decirlo, debo parecer lo más corriente posible para que olvide pronto haber interactuado con una chica tan “simple”.

Luego intercambiamos nuestros escritos, me permito leer un poco la descripción del sujeto antes de entregarla por simple curiosidad, su letra es decente, algo inesperado considerando que la mayoría de hombres que conozco escriben horrible, también tiene buena ortografía, un pokemon legendario ha aparecido, señores.

1. ¿Cuáles son las cosas que más les gusta hacer?

Comer pizza y leer.

2. ¿Qué cualidades aprecia en una persona?

Control de sus emociones y lealtad.

3. ¿Cuáles son sus colores preferidos? Explique la razón.

"Gris, porque los colores son la impresión producida por un tono de luz en los órganos visuales, o más exactamente, es una percepción visual que se genera en el cerebro, si fuéramos incapaces de percibirla, el mundo sería gris, el color original de las cosas"




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