Capítulo 6. Destino es...

N/A: he de decir que no estaba en mis planes un capitulo tan conclusivo. Ahora no estoy segura de si esta bien continuar o no.

N/A2: Estaba mi hermana quejandose de algunas cosas y en lugar de editar le dí a borrar e.é. De más esta decir que quedó igual.

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Capítulo 6. Destino es...

Contrario a la idea que tenía de cómo debe lucir una nave espacial sacada de alguna película de ciencia ficción, el cuadro que lo recibió al entrar tras Usagi fue bastante decepcionante y a la vez perturbador: el lugar no difería mucho de una sala de estar en cualquier casa que él hubiese estado ya.

No se escuchaban los típicos sonidos futuristas o había un robot atendiendo los sistemas de navegación ni nada parecido, en su lugar una habitación de paredes blancas y estanterías repletas de libros y algunas mesas pegadas a los laterales… En realidad todo, salvo un par de sillones al centro y una mesita enana, estaba soldado a las paredes.

Una habitación basta amplia y vacía que dejaba suficiente distancia entre Ryu y Usagi, y el resto de los presentes: Cho estaba sentada ahora luciendo un poco repuesta, y tanto ella como Takara y Takeshi hablaban con el extraño chico de nombre Air.

El chico de cabello azul lo observó un momento, breve pero que a Ryu le recordó cuando iba a las tiendas sin la mínima idea de qué comprar y analizaba todo lo que había en las vitrinas por su algo resultaba de su agrado. Así se sentía con los grises ojos del chico sobre él.

Después y como si nada, Air continuando con la conferencia privada que estaban teniendo sin el menor reparo en que Ryu estuviera ahí, y muy consciente que hablaban de él.

No muy seguro de si se sentía mejor o peor después de ser analizado por éste y con un diagnóstico inconcluso; Ryu se dijo que Air no le parecía la «buena persona» que Takeshi le aseguro antes.

— Es de mala educación murmurar —decía una chica que iba entrando por una puerta lateral en compañía de Azumi.

— Nadie está murmurando —respondió Takara, dejándose caer al lado de Cho.

— Disculpen, me dio esa impresión —terminó la chica con un sonrisita acercándose a Ryu.

El chico todavía parado como poste se quedó de piedra cuando la joven mujer se acercó a él para saludarlo. Y es que Ryu había conocido a chicas lindas —Cho con mucho era la más linda—, pero aquella delante de él lo dejo sin palabras. Ignorando por completo la mirada burlona que Azumi le lanzaba.

De piel clara y cabello negro al igual que sus ojos, sonreía con inocencia pero sin perder el porte de seguridad que no llegaba a la rudeza natural de Cho, sino que era más como la tranquilidad de saber lo que hace. Como sus pasos que no eran firmes y sin titubeos, ella caminaba calculadamente pero con una suavidad y gentileza.

— Mi nombre es Hitomi Aspan —se presentó amablemente, y a Ryu le costó bastante procesar lo que decía pues aún le dolían los ojos por forzarse a retirar la mirada y no verla tan fijamente como le habría gustado—. Ella es mi hermana mayor, Azumi. Aunque creo que ya la conoces —comentaba ahora viéndole ligueramente apenada, cosa que hizo enrojecer al chico, en parte por la bonita que Hitomi era, pero también por el recuerdo de su encuentro con la 9-Dan—. Discúlpala, por favor. Azumi y yo nos tomamos muy enserio los combates.

Parpadeo un par de veces, pues si mal no recordaba Cho le contó que tanto Azumi como la amable Hitomi eran practicantes de artes marciales, imaginó que era eso lo que les otorgaba esa aura de seguridad. Asimismo, quedo atónito de sólo imaginar a la chica de negros cabellos en un combate, ya fuera Kendo u otra disciplina.

Azumi se retiró hacia donde estaban Takara y los demás, no sin antes sonreírle con malicia. Y Ryu alcanzó a ver que llevaba consigo su espada ajustada al obi.

No pudo evitar comparar a ambas hermanas eran muy diferentes: mientras Hitomi tenía el cabello y ojos negros, Azumi era castaña y debía haber uno o dos tonos de diferencia en intensidad de su piel. No que fuera obligación que los hermanos se parecieran completamente, pero aún le hacía ruido el que poco antes acababa de contemplar la fotografía de su propio hermano, y ellos dos realmente se parecían.

Y eso le recordó la mirada de reconocimiento que Takara e incluso Cho y Usagi le lanzaran en días anteriores. Para cuando quiso darse cuenta ya estaba interrumpiendo a los otros sin haber escuchado una palabra de lo que decían:

— ¿Van a decirme cómo es que conocían a Ryo?

La reacción fue variada, Cho y Takeshi bajaron la mirada por un segundo, Azumi y Hitomi se miraron entre ellas y dieron un paso hacia el costado, Air ni se inmuto, y Usagi a su lado dejo de balancearse de un lado a otro. Reacciones que diferían y que terminaron al posar su atención en Takara.

Para Ryu esa reacción en cadena le gritaba que todos esperaban que Takara decidiera si contestar o no a la pregunta. El castaño no se había negado rotundamente, el único detalle era que parecía querer posponerlo tanto como fuera posible.