Capítulo 12. Trazos y trozos

Capítulo 12. Trazos y trozos

Ryu estaba parado frente a la puerta de Air. Era de noche ya, y desde que regresaran todo estaba de cabeza, e incluso desde antes de dejar de Apan:

     Al salir de lo que fuese el Templo Kibo, ahora reducido a un montón de escombro y montañas de polvo, Ryu no supo cómo —aunque intuía que Air o Cho tuvieron algo que ver—, salieron del lugar sin ser notados a pesar de pasar junto a la multitud y al presentador que estuvo narrando los encuentros de Azumi. Todos ellos siendo auxiliados por Soldados la Sección Iota de Mizu.

     En el muelle se encontraron con la doctora Xóchitl y Momo, quienes les dijeron que se había informado de un derrumbe en la sede del Torneo. Ella había alquilado un bote privado que era conducido por Takeshi, y cerciorándose de que sólo estaban ellos; Takara les contó lo ocurrido.

     De inmediato Xóchitl le mencionó a una comitiva de CraTers que unos días atrás estuviera por la ciudad y que habían ignorado lo suficiente para que fuera posible que los Itzuno estuvieran entre ellos. Takara no dijo nada, dándole a entender a todos que eso no era una duda para él. La doctora le pidió que dejara la ciudad hasta que pudieran confirmar las intenciones de Itzuno, pero el muchacho se negó rotundamente.

     En el camino de regreso Cho le dedicaba una que otra sonrisa a Ryu pero no cruzaron palabra, la chica se abrazaba a sí misma y era celosamente resguardada por las Ko’nexo. Ryu tuvo que recordarse que ella era la princesa de Las Valkirias y cuando Usagi le dijo que no se acercara a ella para después lanzar una dura mirada a donde estaba Air, no pudo hacer más que aceptar que para ellas, Air no era de confianza y Ryu lo había «protegido».

     Aprovechando el traslado, Ryu llamó a sus padres ya que prefería ser él quien les avisara de lo ocurrido y no que lo vieran por televisión a la mañana siguiente y le exigieran que regresara a casa de inmediato. Su madre sí que le exigió que lo hiciera, pero pudo escuchar a su padre intercediendo por él. Le pidieron hablar con Takara y este le devolvió el teléfono varios minutos después sin decirle nada.

     Su curiosidad por saber lo que habló con sus padres se esfumaron con la fría brisa, y más frio sintió percatándose lo distanciados que estaban unos de otros en esa pequeña embarcación. Especialmente Air, a quien rara vez había visto solo.

     Y haciendo una mueca de pesar, Ryu se preguntó si Hitomi habría dicho algo en ese momento, o si habría repartido más galletas de nuez que claramente ni a ella le habían gustado.

Ya en el departamento de Takara, y tras casi cuatro horas de camino, Ryu no tuvo oportunidad de hablar con Cho y para terminar con broche de oro; encontraron un trozo de papel en la mesa del centro. Se trataba de una nota dejada por Hitomi donde les explicaba que ella y su hermana iban a estará hospedándose en un hotel, mientras encontraban otro departamento. Se disculpaba por irse así pero no escribió nada más.

     Su escritura era bastante bonita, pero se notaba que lo escribió con premura. Y ante aquello nadie dijo nada, aunque definitivamente todos tuvieron sentimientos al saber que las Aspan no estarían cerca.

     Cho fue acompañada por las Ko’nexo a su habitación, mientras Takara y Xóchitl salían a encontrarse con Tetsuru en algún lugar, no sin antes pedirle a Takeshi que cuidara de los chicos y finalmente le lanzo una larga mirada a Air que Ryu no supo identificar.

     Ryu no puso si iban a buscar a Azumi y Hitomi, o información de CraTers e Itzuno o si Takara quería hablar con ella a solas sobre lo que Yomi les contó de Ryo.

     Takeshi subió al segundo piso acompañando a Air, probablemente también queriendo hablar a solas con el chico. Pero no resulto bien, pues pocos minutos después el hombre bajo resignado y dándole una sonrisa de pena, les preguntó a Ryu y a Momo si querían cenar algo. Este se negó y Takeshi le dijo que estaría haciendo café.

     Murmuro algo de que cocinar a las brasas le tranquilizaba.

     El silencio que dejo la puerta de cocina cerrándose le provoco a Ryu una sensación de que su cuerpo estaba bañado en imaginaria agua fría, y su sangre se congelo todavía más si era posible cuando Momo le que él no creía que Itzuno hubiera aparecido para irse sin nada.