T/N
— No entiendo que haces aquí, cuando las cosas están mejorando... ¿Tienes que aparecer? —dije evitándola.
— T/N, te dije que volvería cuando lo lograras —me seguía— ¡Y lo hiciste! —me di vuelta bruscamente.
— ¡¿Ah?! Hasta ahora volví a hablar con Hoseok, fueron prácticamente cuatros años sin dirigirnos la palabra ¿Y ahora me estás diciendo que es feliz?
— ¡Si, T/N! Hoseok ya es feliz, se reconcilió contigo y lo pude ver sonriendo como siempre —expresó con alegría. Yo solo agaché mi cabeza para evitar llorar, no podía aguantar la idea de separarme de Hoseok otra vez, solo que ahora...Sería para siempre— No estés triste, T/N. El Destino se encargará de unirlos nuevamente.
— Tu eres El Destino.
— Ah, sí es cierto, pero era un decir. Hay veces en la vida donde suceden cosas que yo no hago y terminan siendo más buenas que malas —la miré confunda—...Lo que trato de decir es que~ si ustedes realmente están destinados a estar juntos, yo no puedo hacer nada, seguiré haciendo mi trabajo mientras que El Tiempo hace lo suyo.
— Tú eres El Tiempo, también —dije y ésta quedó en silencio y nos reímos luego de unos segundos, si entiendo lo que quiere decir, pero al parecer no me lo sabe explicar, espero que ese camino de la vida nos una más adelante.
— T/N, en realidad no vine para irnos, solo a felicitarte de que estás haciendo lo correcto...Y como el tiempo se está acabando, haz lo que quieras, diviértete lo más que puedas con los chicos, corre, grita —tomó aire y se dio vuelta para hacer un portal—; Sé feliz — exhaló, dicho y hecho, cruzó para irse.
Mi corazón se siente tan apagado como mis ojos, en algún momento esto pasaría y lo sabía; sin embargo, no creí que fuera tan pronto, los meses para mí pasaron como horas en un instante, parecía que hace unos días llegué aquí con el mejor propósito de la vida. Quién diría que cuando me sentía atraída por J-hope era por algo, y ese algo es esto que vivo ahora mismo, El Destino y Tiempo tiene razón, debo aprovechar lo poco que me queda para recordar lo que me hizo feliz.
— T/N, hija —dijo mi padre entrando— Te escuché hablando con alguien.
— Oh, no era nadie, solo yo, ordenando ideas —entró y se sentó conmigo en la cama.
— ¿Te he dicho cuánto te amo? —negué con la cabeza y es que, en ningún momento recuerdo que me lo haya dicho. Empezó a reír y sobar mi cabeza— Pues~ te amo, hija. Espero que siempre estés con mamá y conmigo, eres nuestra única y preciosa bebé, si tu te vas ¿qué sería de mamá y yo? —sonreí.
— Yo también los quiero, tanto que cuando me vaya los dejaré en un asilo —reí, éste me dio un leve golpe en la cabeza y reímos.
— Tonta...Bueno, vamos a cenar —se levantó y se fue.
Un pedazo de papel cayó de mi mesa, era la caligrafía del Destino: "T/N, hay algo que no pude decirte de frente, me iba a sentir triste con solo ver tu cara. Si quieres recordar esto para toda la vida, tienes que convivir con cada uno de tus amigos por semana, cuando finalices con Jung Hoseok...Iré a buscarte lo más pronto."
— Y yo pensando que esto no podía ser más triste —dije para mí, arrugando la hoja que terminaba con la poca positividad que conservaba. Bajé a la cocina y lo que encuentro me hace querer romper en llanto como nunca antes.
— Hola, T/N —decía Hoseok levantándose para cederme el asiento. Su sonrisa era lo que más me dolía de todo esto, ver como me mira, es tan mágico que no quiero que esta oportunidad se vaya, me senté y le devolví los ánimos que no tenía—. Disculpa por no decirte.
— No te preocupes, Hobi —reí—. Tu no necesitas decirme cuando vengas a visitarme ¿Qué hay de cenar, mamá?
— Pues~ Hoseok y tu padre hicieron —dijo yendo al horno y sacándo algo—...¡Pizza!
— ¿Pizza? ¿En qué momento? —miraba a todos y solo reían.
— Estabas tan sumergida en tu habitación que Hoseok propuso darte una sorpresa —dijo mi madre mientras repartía, con solo ver la rebanada sabía que se trataba del día que nos empezamos a conocer, fuimos a comer pizza y a hablar demasiado, giré para verlo y ahí estaba, con su mirada llena de brillo y alegría.
— ¿Y cómo sabe? —preguntó mi padre y ambos hombres esperaban una aprobación de mi parte, así que para darle un toque de suspenso seguí comiendo.
— ¡T/N, dinos, no hemos comido esperando tu respuesta! —expresó desesperado Hoseok. Lo vi seriamente y con asco, éstos se miraron algo decepcionados y empujaron su plato hacia adelante. Reí como loca por esa acción, se veían tan conectados.
— ¡Está deliciosa! ¡¿En serio creyeron que estaba asquerosa?! —decía entre risas.
— ¡No vuelvas a hacer eso más nunca en tu vida, T/N T/A! —comía, Hoseok.
— ¡Si, es más! Estás castigada.
— ¡Papá, eso es injusto! —musité comiendo más.
— ¿Ah si? ¡Hoseok! —miró al mencionado— ¡¿Es injusto!? —éste me miró negando su cabeza.
— ¡No, no lo es! —gritó.
— ¡Ese es mi chico! —chocaban los puños como dos ridículos.
— ¡Hoseok! se supone que eres mi amigo y me debes defender —dije y le tiré un papel. Éste colocaba su cara de angustiado y lo tomó.
— ¡¿Yo?! ¡Tu fuiste quién destruyó mis sentimientos con tu actuación! —me tiró otra vez el papel que lancé y yo se lo devolví, cuando me lo iba a lanzar mi madre nos detuvo y lo guardó en su bolsillo.
— Cenemos en paz ¿Okay?...Pero le doy la razón a los caballeros presentes —confesó mi madre llevando un poco de jugo a su boca, le grité indignada y todos reían...Reíamos, quería que esta ocasión no terminara jamás, quería que todos mis días fueran así, Hoseok escapándose para convivir conmigo, mis padres jugando y yo sonriendo como lo llevo haciendo desde que llegué.
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Editado: 23.10.2020