CUANDO comencé a hacer este relato, no estaba sola, he tenido la fortuna de contar con un buen amigo al que llamaré ARLOM, en estos momentos donde una pandemia nos ha henido confinados y al parecer el internet es un medio que nos salva de la locura, he tenido la fortuna de contar con gente linda que ha hecho mi trabajo mas llevadero, hemos podido crear un relato estando lejos, no nos conocemos fisicamente pero se que sus letras y las mías podrán transportarlos a un sítio donde podemos imaginar que son distintas todas las cosas ahora.
Nuestro propósito era crear un relato corto para saber si hay un buena química, juzguen ustedes mis respetables lectores, hagannos llegar su opinión mediante sus comentarios e interactuen con sus servidores, nos interesa mucho su opinión, y asi mejorar.
POR SU TIEMPO,
POR SU ESPACIO,
GRACIAS INFINITAS...
GABYS RHEY, Y ÁRLOM SUAREZ.
PRÓLOGO.
ISABEL JONES, es una mujer independiente, vive sola, su mayor anhelo es encontrar el amor en un buen hombre, "no se dejará llevar por un hombre guapo" esa es su etiqueta, pero el destino le tiene una sorpresa para continuar el camino que la vida le ha puesto de frente.
KEVIN LANSON, hombre de muchos misterios que pretende conseguir el amor a través de su encanto, se busca si mismo en la soledad, pero con la fiel convicción de querer amar a la mujer que le ha robado el sueño cada noche desde hace más de seis meses viajando en el mismo tren, no sabe quién es, no sabe si es sola, pero sin duda él la ha visualizado a su lado, quiere emamorarse, no teme el fracaso, su temor es el de los enamorados a primera vista, no saber que decir, imagina cada viaje al verla subir en contarle mil historias, recitarle mil poemas, todo lo que su corazón le guarda.
Cada día la mira abordar el tren, sabe que estará ahí cada día, no duda de su presencia en el mismo vagón, se han hecho compañeros de viaje como él lo imagina, toma su mano cada que la ve subir apurada y la recibe con un abrazo y al cierre de la puerta su mente regresa a la realidad para indicar la siguiente estación; Respira y nota que faltan cuatro estaciones más para de su decenso, puede hacerlo, está vez no lo pensará mucho se acercará a ella, de nuevo imagina cederle un asiento, los pasajeros confabulan a su alrededor para que esta vez todo salga perfecto para poder cortejarle, escucha una voz, de nuevo es sacado de sus pensamientos.
"- Me permite, voy a bajar en la siguiente estación.- Una señora regordeta le habla para poder bajar en la siguiente."
Se ha quedado en blanco, pierde de vista a la mujer de hermoso cabello color de la noche, la busca con la mirada y ahora su objetivo ha quedado en la puerta siguiente, ésta vez no podrá acercarse, de nuevo el gentio la ha llevado como una ola más lejos de él.
Ella lo busca con la mirada, se atraen, pero ninguno se atreve a dar el primer primer paso, estan vulnerables sus miradas por fin han coincidido, quieren hablarse ambos buscan el momento perfecto, sus labios tienen las palabras perfectas para por fin conocerse, y de nuevo la estridente alarma de salida en la siguente estación, esta vez, un hombre maduro le ha cedido el asiento a la bella Isabel, ella se sienta y faltan aún tres estaciones más para decender, de nuevo pierde la esperanza de que su hombre misterioso la salude de frente y entierra su cabeza en un pequeño libro que saca de su bolso, hace algunas anotacciones en el, mira su reloj de pulso y enseguida su celular suena.
Kevin la mira sentada, de nuevo su oportunidad de ser el galán del asiento la a perdido, no tiene más oportunidad en el vagón, solo mirarla y grabarse su silueta a la perfección, por tres estaciones más, la mira al teléfono, se pierde una vez más entre sus cabellos, se imagina de nuevo cerca de ella cuando su cabello se eleva al viento con la apertura de la puerta, su aroma es exquisito, lo percibe en su mente y cierra los ojos para adentrarce en su olor, de nuevo la alarma para cerrar las puertas lo saca de su trance, y quedan dos estaciones más para armarse de valor y acercarse a saludarla, pero ¿cuál es la excusa?,¿con qué pretexto?, solo cierra los ojos y regresa a su mundo le ofrece su mano para ayudarle a bajar del vagón, ahí todo es perfecto, la saluda cordial y no teme a su rechazo.
¿Qué ha pasado, la chica se ha bajado ya?
La mirada no miente, esta vez Isabel no dudó en voltear para ver alejarse el tren con él a bordo.
¿Cuántas estaciones más se bajará? se preguntaba, Ella solo desea conocerlo y tal vez surja algo entre los dos, lo pensaba mientras miraba en la ventana del tren a su hombre que la mira desde adentro con el anhelo de verla mañana en el mismo vagón...
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Editado: 09.04.2021