Victoria no quiere casarse

PARTE 05

 

 

ANDREW

 

—Ya estoy haciendo, lo que me dijiste ¿Qué más quieres?

 

—Que trates bien a tu esposa— Esposa, esposa, qué horrible palabra, todo lo hago, porque ya nada me importa. Las mujeres son todas iguales, unas interesadas, solo buscan al mejor postor, a quien venderse a cambio de seguridad. Esa mujer ni se imagina el infierno que vivirá a mi lado, ¿Fidelidad? ¿Respeto? Son solo estupideces, me voy a encargar que se arrepienta de pretender arreglar su vida con este matrimonio.

 

—Por lo menos, me la conseguiste, bonita. ¿Me imagino? Necesitaré algo con que entretenerme en mi noche de bodas.

 

—No seas tan estúpido, se trata de una persona, no de una cosa. No puedes ir por la vida tratando a las personas como objetos, esa mujer es perfecta para ti, es lo que necesitas, una mujer que a un hombre como tú le hace falta.

 

—Escucha a nuestro padre, por favor, él tiene mucha razón.

 

 

Dice mi hermanita, la niña dorada, pero son patrañas, Palabras van y palabras vienen, y me da igual. Esa mujer verá su karma casada conmigo.

 

Unas horas después, estoy aquí, haciendo el papel de idiota, con este traje que me asfixia, me da urticaria. Luego suenan las campanas, música del diablo, diría yo. Por fuera no se ve tan mal, tiene una cintura pequeña y caderas como para agarrar, puede ser que, después de todo, me entretenga un rato.

 

El padre dice algunas ridiculeces, que ni le presto atención, cuando dice bese a la novia, doy un fuerte suspiro y debo quitarle ese horrible velo, es bastante anticuado, pero ¿Qué estoy viendo?

 

—Eres, eres —No puedo ni terminar la frase, su piel ¿Es negra? Además, es una payasa, ¿En qué mierda me ha metido mi padre?

 

—Hija, ¿qué estás haciendo? —Yo retrocedo unos pasos, cuando una mujer se acerca al altar, sujeta del brazo al que se supone sería mi esposa, cuando más bien parece una payasa, su cara pintada de esa manera, como si esto fuera un chiste, un acto de circo, me está haciendo quedar en ridículo, me siento furioso.

 

—Tú y este matrimonio, muy bien, se pueden ir a la porra, porque no te desmayas o te da un ataque.

 

Todos quedamos sorprendidos, sin mover ni un músculo, la novia se subo un poco el vestido y se va ¿corriendo?

 

Cuando reacciono es tarde, ella se ha marchado, mi padre discute con la que supongo era su madre, maldita sea, me dejo en ridículo, esa mujer horrible, hizo que quedara como un completo y total estúpido y encima se gira enseñándome el dedo del medio. Esa mujer está loca de la que me he librado.

 

VICTORIA

 

Corro como si mi vida dependiera de ello, un viejo amigo me espera a la vuelta, me subo a la parte trasera de su camioneta, junto con las gallinas y los patos, me siento feliz entre ellos, la libertad, lo silvestre, sin embargo, no me puedo quedar, no debo estar más tiempo aquí, Virginia me espera en el terminal de autobuses, debe estar muy nerviosa.

 

Finalmente, Pancho me hace una señal de que llegamos, le grito que gracias y corro ¿Cómo, novia? No, en realidad también me facilitó unos overoles y una vieja camiseta suya, así que pasó desapercibida por así decirlo.

 

—Hola Vic— ¡Diablos! Digo para mis adentros, no sirvo como agente encubierto, yo solo sonrío    y sigo mi camino, hasta que la veo ahí, en una esquina, algo pálida y comiéndose las uñas, típico de mi amiga.

 

—¡Por fin, Jesús bendito! Pensé que no venías.

 

—¿Y casarme? Ni que fuera boba, ¿Tienes todo?

 

—Si—En cuanto me lo dice, escuchamos la llamada de la estación para la salida de nuestro bus, nos subimos y suspiramos profundo, de pronto, a lo lejos veo llegar una camioneta, por la pita que te partió,

 

—Virginia, no gires, pero mi madre está ahí, está furiosa, parece que le sale humo hasta las orejas.

 

—Es una locura.

 

—Tú no te apures, tranquila, recuerda a mi sobrino ahí—Le respondo, segundos después, suspiramos aliviadas, cuando el bus arranca, dejando solo polvo a su paso, podría llorar y empezar a lamentarme de mi destino, de alejarme de todo lo que conozco como mi hogar, de mi vida, sin embargo, me contengo, no voy a ser débil, no me voy a mostrar que esto me afecta, mucho menos teniendo a mi mejor amiga en una condición peor que la mía.

 

Varias horas después, llegamos a la gran ciudad, aquí no hay vaca u ovejas cruzando la pista, aquí hay autos, personas y uno que otro animal, como el que casi nos choca.



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En el texto hay: comedia, venganza, amor

Editado: 05.08.2024

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