SEIS MESES DESPUÉS
EN ALGÚN OTRO LUGAR
ANDREW
—Papá, por favor, no me puedes hacer esto, no puedes hablar en serio.
—Te di la oportunidad y no la aprovechaste, ¿Dónde está el dinero que te di? Para que pusiera el negocio, te dije que en seis meses me lo devuelvas o me iba a cobrar como sea.
No puedo creerlo, soy su hijo, sangre de su sangre, no me puede hacer esto.
—¿Debes estar bromeando, soy tu hijo, ¿cómo me vas a cobrar?
—Negocios, son negocios, eso si te digo. El auto es el primer paso, las tarjetas están cortadas. Te voy avisando, voy a vender esta casa y viajar por el mundo. Tu hermana se va a encargar de la empresa, de ahora en adelante.
¡Qué mierda es esto! Doy vueltas en su despacho, la sangre me hierve, no lo voy a permitir, tengo tanto derecho o más que ella, soy el mayor, soy el primogénito, el hijo varón que siempre quiso mi abuelo. Ella me va a escuchar.
—¿Dónde vas? — Me importa una mierda, sus gritos, sus cacareos, sus alaridos de viejo senil, esa traidora me va a escuchar.
—¡Leonora! ¿Dónde mierda estás?
—No le hables así a tu hermana.
—Yo le hablo cómo me da la gana a esa traidora, no me mires así, qué miedo no me das, ¡ahí estás!
—¿Por qué esos gritos? Estaba en mi examen final de francés, agradece que le dije a la profesora que era la televisión.
Ahí está la nerd, la niña perfecta, la señora en cuerpo de chiquilla, ella no me va a quitar lo que me pertenece.
—Dile a papá, que no vas a aceptar su absurda idea, díselo de una vez.
—De dirigir la empresa, ¿A eso te refieres? Lo siento, pero no puedo negarme a lo que me ha pedido. Después de todo, papá se ha ganado el disfrutar de su dinero, sin preocuparse por la empresa.
—Mira niña malcriada—La tomo del brazo, con brusquedad, sé que estoy siendo un animal, pero no puede hacerme esto.
—¡Suelta a tu hermana!
—Déjalo, padre, que se desahogue, al final no va a cambiar nada. Te recuerdo que nuestro padre no está muerto, goza de una salud envidiable, por lo tanto, él puede hacer con sus empresas y su dinero, lo que le venga en gana, yo orgullosa de cuidar su legado hasta que regrese.
—Eres solo una mocosa, una niña —la suelto y ella empieza a reír. ¿Se está burlando de mí? No lo puedo creer, ¿acaso estoy en un mundo paralelo? Y no me di cuenta por imbécil.
—Muy niña, pero con más cojones que tú y eso que ni los tengo, con veintitrés años, una carrera terminada, un master, tres, perdón cuatro idiomas con el de hoy, empecé en la empresa de papá desde abajo, sacando copias. Él no me regaló nada, yo me lo gané, en cambio, tú, ¿qué has hecho? Cuando papá te dio la oportunidad de demostrar que podías, ¿qué hacías? Lo sé todo, sé perfectamente lo que hiciste con ese dinero.
Yo retrocedo, su mirada me dice que lo sabe todo, maldita sea.
—¿De qué hablas, Nora? —La manera en que se lo dice, me hace ver que él no lo sabe, no puede ser, no lo puedo permitir.
—Cállate, Leonora, más te vale que no digas nada, te lo estoy advirtiendo—La amenazo, porque si él se entera, esta vez no tendré ninguna oportunidad.
—Lo siento, hermano, no puedo quedarme callada. Tienes que aprender, papá. Aquí, el junior este, formó una empresa fantasma y se dedicó a despilfarrar el dinero en viajes de lujo alrededor del mundo, fiestas sin control, hasta terminó en un hospital por beber tanto. ¿Crees que eso no sabía?
—¡Cállate, cállate! — Me le quiero ir encima, pero mi padre se interpone entre ambos, estoy viendo todo oscuro, de rabia, de odio, no puede traicionarme de esta forma, soy su hermano.
—Vete de mi casa.
—¿Qué dices? — No puede estar hablando en serio.
—¡Que te vayas de mi casa, de una maldita vez!! Estoy harto de mantener un parásito, un hombre sin pantalones, un gusano que aprovecha de mí. Eres una decepción como hijo, no mereces ser un Wilson. Menos mal, esa muchacha huyó en la boda, porque, cargar contigo, es como arrastrar un lastre.