He dicho que estoy dispuesta a ti.
He dicho que siempre estaría a tu lado.
He dicho que podrías llamarme a cualquier hora y respondería.
Sigo aquí.
Jodida, hundida, rogando por tus palabras de nuevo, por tus brazos, tu calor.
Ahora soy yo la que quiere llamar a las cuatro de la mañana.
Soy yo la que quiere cruzar el precipicio.
La sangre brota. El cariño escasea.
Las lágrimas caen. El amor se desvanece.
Las conversiones. Los sueños en una misma cama. En una misma alma.
Todo se ha roto, y yo sigo aquí, esperando.