Aquel día 2 de noviembre parecía normal para Shawn y Samuel, sin embargo, esa mañana conocerían a alguien bastante peculiar.
—Muy bien clase, el día de hoy tendremos con nosotros a una nueva estudiante —al decirlo entró por la puerta aquella estudiante que rápidamente asombró a toda la clase—. Srta. García, ya hablamos de eso, no puede usar esa mascara dentro de la escuela.
Esa chica llamó bastante la atención por su look punk rock; Samuel no pudo evitar pensar que se parecía un poco a Shawn, no solo eso; su cabello estaba teñido de varios colores, sus zapatos eran de colores opuestos, tenía heterocromía, dos ojos de distintos colores, uno azul claro como el cielo y el otro de un marrón bastante oscuro, casi negro.
—¡Buenos días! Mi nombre es Sara García, espero que nos llevemos bien —dijo con una sonrisa.
Shawn de alguna manera estaba interesado en aquella chica, le llamaba mucho la atención. Sara García es en sí, la personificación misma de la rareza.
Después de clases, Shawn se dirigía a la biblioteca cuando en el pasillo vió como unos chicos estaban molestando a Sara, él pensó en intervenir cuando de repente, uno de aquellos chicos intentó levantarle la falda y Sara le agarró la muñeca con bastante fuerza, lo que le provoca al chico bastante dolor.
—Dejaré las cosas en claro: intenta manosearme de nuevo y te partiré tanto la mano que ya no podrás menear tu maraca ¿entendiste? —advirtió con una mirada intimidante, a lo que el chico asintió y Sara lo soltó—. ¡Bien! Espero que seamos amigos.
Todos esos chicos salieron corriendo asustados, Shawn en su cabeza pensó: "esta chica es peligrosa, quizás lo mejor sea no acercarme". Ya en la biblioteca, Shawn estaba leyendo un libro sobre leyendas urbanas de Nueva Orleans, cuando de pronto Sara se sienta junto a él en la mesa, mirándolo fijamente.
—¿Puedo besarte? —preguntó de sorpresa.
—¡Ugh! n-no —respondió Shawn bastante avergonzado.
—¡¿Eh?! ¿Por qué no? Ni siquiera sabes lo que pregunte.
—Cla-claro que lo sé —dijo sonrojándose cada vez más.
—¿Y qué fue? —preguntó Sara mirando con el ceño fruncido de forma tierna.
—"¡¿Puedo besarte?!" —dijo muy avergonzado hasta que se dio cuenta del truco.
—Si tu insistes —dijo mostrando una tierna sonrisa.
Shawn estando rojo como un tomate se largó de allí y se sentó en un sillón apartado para seguir leyendo, pero es alcanzado por Sara que de un jalón lo recuesta en su regazo, le pone su suave mano en la mejilla y se acerca más a él.
—"Valles de sombra y aguas apagadas y bosques como nubes que ocultan su entorno en un fluir de lagrimas" —recitó mientras mostraba su dulce sonrisa— ¿Te gusta? Es algo con lo que soñé una noche
—B-bueno es bastante bello —respondió sonrojado y apartando la mirada.
De pronto, Sara beso a Shawn en los labios, esto sorprendió bastante al chico, era su primer beso y nunca antes alguna chica se había interesado en él. Usualmente solían evitarlo por su rara apariencia, pero ahora, una de gran belleza se había fijado en él. Cuando se separaron, trató de decir algo, pero Sara le puso su dedo índice en sus labios.
—Me gustas y quisiera salir contigo, si aceptas, ven a buscarme el lunes —musitó con tono seductor y cautivante.
Sara se levantó del sillón y salió corriendo de la biblioteca. Shawn intentó alcanzarla para poder saber lo que estaba pasando, pero nunca se imaginó que ella podía correr tan rápido y los deportes nunca fueron su fuerte. La había perdido de vista, decidió que lo mejor sería verla de nuevo el lunes para pedirle una explicación.
Esa tarde después de su trabajo, Shawn fue a su casa junto con Samuel para ver unas películas, durante el camino Shawn le fue comentando a su amigo todo lo que había sucedido en la biblioteca.
—Primero conocemos a un arcángel y ahora una chica super sexy te roba un beso, nuestras vidas se están convirtiendo en una serie de televisión —bromeó Samuel, cruzado de brazos.
—Todo en esa chica es raro, debiste ver la fuerza y rapidez que tiene, ninguna chica en nuestra clase es igual.
—La verdad cuando la vi pensé que se veía demasiado mayor para estar en primero de preparatoria.
—Bueno, de todas maneras tendré todo el día lunes para conocerla mejor —Shawn se puso cabizbajo y se sonrojó levemente—, la verdad es que ella me terminó gustando.
—¡Mírate amigo, eres todo un suertudo! Eres mi ídolo —exclamó Samuel con humor.
Al llegar a casa se encuentraron con una escena peculiar, estaban Lucifer, Lilith y Gabriel sentados en la sala de la casa, comiendo y riendo.
—Y entonces yo le dije: "le digo la verdad oficial, no es marihuana es orégano" —todos volvieron a reírse por la personalidad carismática de Lucifer.
—¡Vaya Sr. Pride ¿usted ha considerado ser comediante?! —exclamo el abuelo de Shawn—. ¡Shawn, Samuel! Pasen, saluden a nuestros invitados. Son familiares de Gabriel.
—Ya veo, familiares... —dijo Shawn mirando a Samuel, sabiendo lo que esto significaba.
—Joe, ayúdame a lavar los platos.
—Claro querida, los dejamos para que se conozcan —dijo Joseph levantándose de la mesa de la sala para ir a la cocina.
—Shawn, Samuel; ellos son mis dos hermanos, dos de los siete príncipes del infierno —presentó Gabriel como si fuera algo natural—. Lucifer y Lilith.
—¡¿Los príncipes del infierno?! —exclamó Shawn sorprendido y siendo callados por sus amigos para que no llamara la atención de sus abuelos.
—Oye, no, esto... ¿es en serio? ¿Esto es lo que hay en el infierno? —cuestionó Samuel sorprendido por cómo visten ellos dos—. ¿Una marimacha y el lobo de Wallstreet?
—Créeme, no querrás ver como es que nosotros nos vemos en realidad —dijo Lucifer en tono sarcástico.
—¡¿Acaso piensas que mi ropa es fea?! —preguntó Lilith molesta.
—¡Claro que no! Es solo que... bueno supongo que las cosas se ven diferentes a lo que uno cuenta —dijo Samuel cambiando de tema.