Vidas Paranormales.

Capítulo 11-La Mujer Alta.

Aquel día quince de diciembre, Gabriel se encontraba en una mezquita musulmana de Nueva Orleans, escuchando el tradicional Al-adhan, el llamado a la oración.

 

El canto era simplemente hermoso, le traía mucha paz a Gabriel y le recordaba los buenos días que pasó junto a un viejo amigo, casi se le sale un lagrima por escuchar tan magnifica voz; al terminar de orar en la mezquita y de despedirse de sus compañeros musulmanes, salió del lugar y se encontró con su jefa, Samantha Zepelli. Gabriel notó inmediatamente por su rostro de que había tristeza en ella y esas sospechas se confirmaron en poco tiempo.

—¿Qué sucede jefa? ¿Hay algo que aflige su corazón? —preguntó Gabriel con delicadeza y discreción.

—Tu hermano mayor es detective privado ¿verdad? —preguntó con una voz entre seria y melancólica—. Mi hijo menor, Lucas, desapareció; desde ayer que no regresó a casa y la policía no tiene muchas pistas ¿podrías pedirle a tu hermano que investigue, por favor?

—Claro, ¿tiene alguna foto de Lucas?

Samantha sacó de su billetera la foto de Lucas, un chico como de nueve años, chimuelo, con una sonrisa dulce como la de cualquier niño. Gabriel guardó con cuidado la foto en el bolsillo de su pantalón. Se despidió de su jefa y se fue para dirigirse a la oficina de Uriel, entrando al lugar con una copia de la llave que tenía debido a que nadie respondía; en la oficina no había nadie, buscó por todas partes, pero no encontró a sus hermanos hasta que vió una nota en el escritorio de Uriel.

"Querido Gabriel. Raguel y yo estaremos fuera unos días; con la aparición de Azazel nos preocupa que hayan aparecido más pecados capitales por lo que nos fuimos a investigar todo el estado de Lousiana, regresaremos dentro de unos cuatro o cinco días, dependiendo que encontremos. PD: Raguel dice que no toques sus palomitas".

—Que mala suerte —se decía para si mismo Gabriel dejando la nota de nuevo en el escritorio—. ¿Qué puedo hacer ahora?... ¡Ya lo tengo! Llamaré a Shawn y a los demás para que ayuden.

 

Aquella mañana Shawn, Samuel y Sara se encontraban en el trabajo de Lucifer ya que los había invitado a pasar para ver la reformas que habían hecho a la empresa y al mismo tiempo presumir de ello.

—¡Mis amigos, mis queridos amigos! Pasen, pasen —dijo con cordialidad y una sonrisa carismática—. Gracias por aceptar mi invitación, quería mostrarle esto a mis hermanos, pero ya saben como son ellos de estirados, no saben divertirse.

—No es nada, nosotros ya tenemos vacaciones de navidad —dijo Samuel—. ¿Qué es lo que hacen en esta empresa en especial?

—Esa es una maravilla —dijo Lucifer con algo de soberbia mientras les daba un tour por el lugar—. Como saben, este lugar antes se especializaba en el mercado del petroleo, pero con el tiempo invertí en nuevos negocios para dejar atrás eso del petroleo, que no hace nada de bien al medio ambiente. Volví este sitio en una compañía agropecuaria, vendemos los mejores productos orgánicos en el mercado, no utilizamos ningún producto dañino y además, pienso invertir varias de las ganancias para el cuidado del medio ambiente.

Al terminar todo el tour, los chicos llegaron a la oficina de Lucifer en el último piso, donde se encontraba Lilith, recostada en el sillón y jugando con su teléfono.

—Hola chicos —saludó y al levantar la mirada del teléfono se dio cuenta de la presencia de Sara—. Oye chica linda, ¿nos habíamos visto antes?

—¿Nosotras? —preguntó Sara algo confundida—. Creo que no, solo conocía a tus dos hermanos mayores.

Mientras tomaban asiento, Shawn recibió una llamada de Gabriel, la cual atiende.

—Hola Gabriel ¿qué pasa? ¿De verdad? aja, aja... ok yo les pregunto —colgó la llamada—. Oigan, Gabriel dice que el hijo menor de su jefa ha desaparecido, como Raguel y Uriel no se encuentran en la ciudad quiere que lo ayudemos a buscar por allí.

—¡Por supuesto! —dijo Samuel con entusiasmo.

—Pueden contar con mi ayuda —dijo Sara con su tierna sonrisa.

—¿Qué hay de ustedes, chicos? —preguntó Shawn a Lilith y Lucifer.

—Bueno, no tengo nada más que hacer, supongo que me apunto —aceptó Lilith con algo de indiferencia.

—Lo lamento chicos, hoy tengo planes, no puedo ayudar—Lucifer en un principio estaba a punto de rechazar, pero nota como es que Sara le suplica con ojos de cachorrito y decidé tomar su teléfono para llamar a su asistente—. Veré que puedo hacer. Carla ¿que tengo para la tarde y la noche de hoy?

En la tarde iba a designar al nuevo gerente de ventas y a la noche tenía un juego de póquer con el alcalde y su hijo.

—Hazme el favor, linda, cancela todo eso para mañana, tengo asuntos más pendientes que atender este día —pidió con amabilidad para luego colgar el teléfono—. Bien, ¿qué tenemos que hacer?

—Gabriel me dijo que nos encontremos en el Burger Queen —respondió Shawn.

Todo el grupo se reunió en el lugar acordado, donde Gabriel les dió copias de la foto del niño y se dividieron en grupos para que investiguen por toda la ciudad. Shawn y Samuel, Sara y Lucifer y por último Gabriel y Lilith; estos últimos decidieron buscar por el aire.

Fue así como es que buscaron por varios lugares, Shawn le preguntaba a algún que otro espíritu de la ciudad para ver si habían visto al niño, pero no hubo muchos resultados, hasta que hablaron con el espíritu de un soldado como del siglo XIX.

—Disculpe, ¿ha visto a este niño? —inquirió Shawn mostrando la foto con discreción para que la gente alrededor no lo vea hablando solo.

Lo siento joven, no lo he visto; aunque, últimamente ha habido un espíritu bastante peculiar rondando por el lugar.

—¿"Peculia"r? ¿de que forma? —preguntó Shawn intrigado por la declaración de aquel espíritu.

El espíritu de una mujer sumamente alta, no parece ser de aquí, tiene rasgos de... ¿como era que se llama aquel país? Lo llamaban "la tierra del sol naciente".




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