Jorel se encontraba en el deshuesadero, esperando a Shawn, Samuel y Sara para poder entrenar con ellos y tomar notas de sus habilidades. Él estaba tranquilo, tomando café y leyendo un interesante libro de René Descartes, filosofo francés. No se imaginaba el horrible día que se venía para todos. Mientras leía, se sentía observado, había alguien cerca por lo que se puso a la defensiva y empezó a inspeccionar el lugar para ver quien andaba observándolo; mientras inspeccionaba, de la nada, le atacó un gran ola de agua pantanosa que logra esquivar de milagro, cuando se preparaba para la lucha, allí lo encontró.
—Ha pasado tiempo desde la última vez que nos encontramos, hermano —dijo una voz a lo lejos, encima de una pila de chatarra—. No tenía idea de que te gustaba estar entre chatarra.
Este ser, parecía un híbrido entre humano y pez, tenía branquias en el cuello, su piel o mejor dicho escamas, eran de colo verde oscuro, sus dedos de manos y pies estaban palmeados, como los anfibios, sus ojos estaban cocidos con hilos de sutura, estaba totalmente ciego, pero de alguna manera lograba saber la ubicación de Jorel sin muchos problemas, un pantalón desgastado le cubría de la cintura para abajo, tenía en su espalda dos objetos largos cubiertos en una clase de cinta, lo que evitaba que se supiera qué eran, en su torso, se podía ver claramente la palabra "envidia" un montón de veces, en distintos idiomas. Este ser, era el segundo príncipe del infierno, el pecado capital de la envidia.
—También es un gusto verte, Leviatán —dijo Jorel manteniendo la calma.
Leviatán dió un salto para bajarse de la pila de chatarra y una vez que cae al suelo, la tierra a su alrededor se agrieta como si hubiera caído un pequeño meteoro, este caído emanaba una cantidad obscena de Miasma, la energía diabólica es tal que logra intimidar a Jorel. De su espalda toma aquellos objetos cubiertos en esa cinta, revelando que se trataba de unas espadas gancho, un arma de origen chino.
Armado con sus espadas, se lanzó al ataque; Jorel hizo lo que pudo para esquivar los ataques, él nunca fue un ángel guerrero, pero aún así, sabía como defenderse. Tras esquivar los repetitivos ataques de Leviatán, este último cambia de técnica, juntando sus dos espadas por los ganchos y empezó a girar a gran velocidad para un ataque de amplio rango, Jorel intentó esquivarlo, pero es imposible, la cuchilla del mango lo alcanza y le realiza un corte profundo en el vientre. Tirado en el suelo, con una terrible hemorragia parecía que este era el fin de aquel que perdió su fe.
—Ha sido divertido, querido hermano. Ahora muere —dijo con crueldad antes de matarlo.
Justo cuando iba a aplicar el golpe de gracia, un milagro sucede; en el lugar se escuchó el sonido de un rayo y Leviatán recibió un potente golpe en la cara que lo manda a volar varios metros. El responsable de ese ataque fue Samuel, quien llegó justo a tiempo junto a Shawn y Sara.
—¡¿Qué te pareció cara de sardina?! ¡Ese fue mi puño relámpago, una técnica inventada por mi! —exclamo alardeando de sus poderes.
—Ya veo, tomaste impulso con tus dos piernas con tanta fuerza que el suelo provoco aquel sonido, esto solo puede significar una cosa: tu eres "El Espartano" y debo suponer que tu compañero es "El Mago", había escuchado de ustedes, mi hermano Azazel los derrotó en un combate —dijo de manera analítica—. Esto se volvió tedioso. Les diré algo humanos insignificantes: no tengo intención de matarlos, ustedes dos fueron reconocidos por mi hermano Azazel, no pienso cometer una falta de respeto hacía él con el simple hecho de matarlos, por lo que váyanse en paz y les perdonaré la vida.
—Lo siento, pero no te dejaremos ir después de que lastimaste a nuestro amigo —dijo Shawn con firmeza y valentía.
—Te enseñaremos una lección aquí y ahora —dijo Sara con una mirada desafiante.
—No pueden... ganar... él es demasiado poderoso —advirtió Jorel aún en el suelo.
—Que molestia más grande, supongo que esto se arreglará en otro momento, es hora de una retirada —dijo echándose a la fuga.
—No escaparas de aquí cara de atún ¡prepárate Shawn! —exclamó Sara, transformándose e invocando el Fuego Purificador.
—¡Entendido! Fuego eterno y sagrado, conviértete en un gran dragón que devore a mi oponente y se consuma en tus llamas.
Shawn lanzó un hechizo de alto nivel, pero al usar un fuego ya existente, hacer este hechizo no gastaba mucha Energía Kundalini. El gran dragón de fuego persiguía a Leviatán, pisándole los talones, él se vio obligado a usar un as bajo la manga.
—Esto es una molestia; esperaba guardar esto contra Uriel —pensó autoflagelandose por su descuido.
Antes de que el dragón lo alcance, se da vuelta para sorpresa de los presentes, tomando mucho aire, abre violentamente su ojo derecho, ya que estos estaban cocidos, al abrirlo, empieza a salir sangre y cuando su ojo finalmente esta abierto, reveló su arma secreta.
—Esta todo listo —dijo aguantándose el dolor— ¡La Envidia de Aglauros!
El dragón, de la nada, se convirtió en piedra y deshaciéndose en polvo. Todos los presentes se asombran, por primera vez, alguien había podido extinguir el Fuego Purificador. Ya sin obstáculos, Leviatán huyó de la escena. El trío de humanos decidió no seguirlo para ayudar a Jorel, por lo que lo llevan rápidamente de vuelta a la ciudad para que Raguel pueda sanar sus heridas.