Su respiración en mi nuca me ponía los pelos de puntas, su voz retumbaba en mi cabeza y el solo pensar que su cuerpo estaba arriba del mío me generaban ganas de vomitar.
-Tanto tiempo esperé por tenerte, artemis
-Si me tocas un sólo pelo te matarán - escuche su risa retumbar por todo el lugar.
-Lo dudó cielo, ellos ya están muertos y es solamente tu culpa
-Estas mintiendo, dime que es mentira por favor- dije que con la voz entrecortada
-Cielo sabes que es cierto - algo dentro de mí sentía que no mentía.
Las lágrimas se apoderaron de mí y un sentimiento de culpa me invadió. Los habían matado por mi, dieron su vida para protegerme y no sirvió de nada. Empecé a golpear su cuerpo una y otra vez hasta que el sostuvo mis manos en un costado.
-sueltame bastardo, los mataste- forceje para que me soltara pero no sé movió.
- si no te calmas, tú serás la próxima- sabía que era capaz entonces tenía que tranquilizarme.
De repente todo a mi alrededor se puso negro y deje de escuchar cualquier ruido proveniente del exterior. Mi cuerpo estaba en una especie de trance dónde no podía sentir absolutamente nada. Estuvo así durante una hora o más. Pero luego de un rato pude sentir el ruido de las olas del mar y una luz tenue alumbrandome.
Junto a mí apareció una mujer pelirroja muy hermosa, con un pequeño farol y una cesta con rosas rojas.
-artemis debes huir, vendrán por ti - dijo
- ¿quien vendrá por mi?
-No puedo decírtelo solo no confíes en nadie, debes despertar se nos acaba el tiempo y no puedo protegerte- me extendió una rosa
- ¿que se supone que haga con esto?- dije sacudiendo la rosa
- cortate con la espina y despertarás del sueño- y así lo hice. mi cuerpo estaba temblando, agitado y sudoroso.