CAPITULO XXVII

Estos últimos tres meses han sido como el viento, lo sientes, pero no te das cuenta como pasó. Solo ocurrió un hecho importante. No conseguí el trabajo part time en la tienda de libros debido a que Ellie decidió postergar sus estudios un año. Le pregunté la razón, pero parecía ser un tema delicado por lo cual decidí no seguir preguntando. 

Entonces estos últimos meses se ha reducido en ir clases, salir de compras con Teresa e ir de cine con mis amigos.

En casa Mark sigue siendo el mismo, hablamos más e incluso tenemos nuestras noches de tragos, algo que se ha hecho costumbre entre nosotros. E incluso la presencia de sus amigos en casa ya no me molesta como antes.

Por otro lado, mamá y Robert demuestran su cariño y su amor frente a nosotros y ya no se me hace tan extraño verlos acaramelados, de hecho, me hace desear que alguien (preferiblemente Theo) me mire de la misma forma en que Robert mira a mamá…con amor.

—Tierra llamado a mi mejor amiga—dice la voz de Teresa mientras yo dejo de ver mi comida para alzar mi mirada y dirigirla hacia los hermosos ojos grises de mi mejor amiga.

— ¿He? —pregunto con una pisca de vergüenza.

— ¿Qué te sucede? Estas súper distraída últimamente—dice con el ceño fruncido.

Me encojo de hombros. Yo menos sé a qué se debe esta melancolía y distracciones estúpidas, o más bien si lo sé, solo que no soy capaz de hablarlo en voz alta.

—Creo que sé lo que te preocupa—dice Teresa.

Abro los ojos ¿en serio soy tan fácil de leer?

—Estas preocupada por Theo ¿verdad?

Río sin pensarlo. En estos momentos Theo es lo último en lo que pienso. No es por ser cruel o pesada, a veces pienso y sueño con sus lindos y tiernos ojos azules, pero el escoger universidad es lo que ocupaba más espacio en mi cabeza en estos momentos.

—Si pienso en Theo, pero en estos momentos tengo que pensar en mi futuro, y por más que me gustaría que ese futuro fuera con él, debo pensar sobre qué universidad tendré que escoger.

Teresa abre su boca formando una gran O

—Eso tiene sentido—dice con vergüenza.

Me encojo de hombros como en forma de disculpa.

—Yo ya tenía la universidad escogida desde antes de nacer. Iré a la misma que mamá y a la misma que mi abuela, tu sabes lo que quiero decir—dice ella con una sonrisa.

Y lo sé. Recuerdo que su madre ha vivido mencionando eso, pero en cuanto a mí, no sé a donde ir. Al principio, como que ya tenía la universidad escogida, pero ahora ya no estoy tan segura.

Al escuchar a mamá decir que debía de aprovechar su tiempo antes de que ambos nos vallamos, en cierto sentido me rompió un poco el corazón, y ya no estoy tan segura de querer dejarla.

Teresa puede sentir mi conflicto, después de todo yo soy bastante descifrable.

—Ya verás que escogerás la adecuada, ahora debes concentrarte en poder graduarte—ríe tratando de consolarme.

—Le estas diciendo eso a alguien que saca mejores calificaciones que tu—río de vuelta.

—Auch, eso fue un golpe muy bajo—dice entre risas.

—Solo espero que no se estén riendo de mi—dice la voz de Theo.

Teresa y yo le dirigimos una mirada y nuevamente reímos.

Theo se acomodó al lado de Teresa y comienza a comer su almuerzo.

— ¿Por qué has tardado tanto? —pregunta Teresa.

Theo se encoge de hombros.

—Tuve que resolver un pequeño asunto para más tarde, pero no es nada que merezca la pena contar.

Mi amiga me mira y yo solo respondo con un encogimiento de hombros.

Teresa y yo ya hemos acabado nuestro almuerzo, pero nos quedamos para hacerle compañía a Theo. Por alguna razón ya no siento los mismos nervios que antes, creo que después de todo por fin me he acostumbrado a su presencia, algo que he logrado controlar después de casi un año.

***

Las clases concluyen y me quedo en la entrada esperando a mis amigos, no acordamos ir a casa juntos, pero me siento con el suficiente humor como para invitarlos y convencerlos de que vallamos por un helado.

— ¿A quién esperas? —Mark se sitúa junto a mí.

Coloco los ojos en blanco.

— Habiendo cientos de estudiantes en este sitio ¿Por qué siempre me topo contigo? —pregunto con falsa molestia.