Vivir en las nubes

¿Qué sigue?

Un rato después Mad ya sabía todo lo que había pasado con Matías, lo conté la peculiar historia de como lo había conocido, el incidente en la clase de matemáticas y el examen, le conté sobre nuestro trato y que simplemente se nis hizo tarde con los mensajes. 

-Wow, pues ahora si que te encontraste con un chico bastante guapo, no como los demás. 

-Vaya, ¡miren quién lo dice! -le dije yo -Tienes pésimos gustos para los chicos. - Ambas reímos. -Además, no estoy saliendo con Matías, no de esa manera. 

-Por supuesto todo es parte de un trato. -sabía que estaba usando el sarcasmo. 

-Hey ya basta -le dije riendo con ella. 

-Bien, pero me debes algo por no contestar mis mensajes. -aseguró. - Y por abandonarme

-Mad eso es demasiado tonto. -le dije- No te debo nada. -Mad hizo una de sus caras con las que fingía tristeza. -Bien Mad, bien. -cedí y su cara cambió a una sonrisa. -¿Qué es lo que tengo que hacer?

-Iremos mañana de compras, me acompañaras, ya sabes quiero estar bonita para Nick. 

-¡No Mad! -le dije disgustada -¿Por qué eso? Sabes que odio ir de compras. 

-¿Por qué?

-Porque tardas una eternidad en cada tienda Maddison - y era verdad, ir de compras con esta chica significaba estar en el centro comercial toda la tarde. 

-Eso no es cierto. -dijo ella, la miré con los ojos entrecerrados. -Bien, pero no será tanto tiempo mañana, lo prometo. Además debes hacerlo. 

-Pero Mad, tu eres una chica hermosa, no necesitas ropa para eso, además tienes muchísima. Y en todo caso deberías arreglarte para ti, no para ese tipo. -Mad me miró mal, pero es que conocía a Nick y simplemente no me fiaba de él. Mad estaba por replicar y entonces cedí. -Bien... Iremos. 

-¡En serio! -dijo emocionada y dándome un pequeño abrazo como si acabara de decirle que viajaríamos a París las dos. 

-Claro Mad. -dije- pero ahora debo irme, Matías esta esperándome.

-Claro, le enseñas muchas matemáticas -la miré mal- Matemáticas -siguió ella-¿A eso vas que no?

Rayos.

-Bueno...en realidad hoy vamos a por un helado.

-Mmm -me miró picara. - ¿Computadora? ¿Matemáticas? ¿Helado? ¿Qué sigue Anne? 

No tenía idea de que decirle y ella tenía razón ¿a que iba el helado? no eramos precisamente amigos, a penas lo conozco y no estudiaremos mientras comemos, de por si, estando en su casa nos gana la platica.

-Solo es... es... ¡Madison!

Y viendo que no sabía que decirle, se echó a reír, y yo empece a caminar hacia la puerta.

-Suerte Anne -dijo aun riendo y yo negué con la cabeza. Caminé hasta el estacionamiento de la escuela, me encontré con el auto de Matías. Me paré ahí a esperarlo, y unos minutos después apareció.

-¿Nos vamos? -dijo refiriendose al auto.

-No pienso irme a pie -le contesté con ironía.

-Ja, andas muy graciosa hoy ¿no? -dijo- ya anda, sube.

Nos dirigimos a la heladería, y pedimos nuestro helado, decidimos sentarnos en el parque que estaba por ahí y como no había bancas donde sentarnos, buscamos un lugar apartado y nos sentamos bajo un árbol. 

El silencio permanecía entre nosotros haciéndome sentir bastante extraña entonces decidió hablar él.

-Y... ¿esta rico tu helado?

-Eh si, gracias...

La conversación era penosa, poco fluida, así que dispuesta a quitar la tensión dije yo

-No me has dicho de que escuela eras.

-Ah, pues en realidad no creo que la conozcas, no vivía aquí, me mudé en las vacaciones, para acá, junto con mi prima.

-Oh, ya veo -fue solo el principio de la plática, después nos encontramos hablando y riendo de cosas sin mucho sentido, como ya lo habíamos hecho en los días anteriores. 

-¿Novio? 

-¿Eh? -contesté.

-Si, que si tienes novio.

-No, no tengo novio, y en realidad no es algo en lo que piense mucho, solo creo que por ahora estoy bien así.

-Vaya. -dijo y ambos nos quedamos callados. 

-¿Y tu? -me atreví a preguntar. -¿Tienes novia?

-No, en realidad, -me dijo- tenía antes de mudarme aquí, pero... no funcionaban las cosas y menos funcionarían a distancia.

-Lamento oír eso.

-No tienes porque hacerlo. -afirmó. -era mejor así, al final ninguno de los dos se sentía bien. Así no pueden ser las cosas. 

-Cosas demasiado complicadas creo yo, incluso innecesarias. 

-Yo no lo veo asi Anne, pero... no puedo contradecirte, nunca he sentido algo tan fuerte como para decir que estoy enamorado.

-Bueno, en eso, estamos de acuerdo. -dije yo.

-¿Sabes Anne? - dijo- Creo que al final nos estamos entendiendo.

Sonreí.

-Si, creo que si. 




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