Después de un rato, decidimos que era momento de irnos a casa, y Mat se ofreció a llevarme por que había empezado a llover, así que acepte, fueron unos minutos de silencio, me imagino que ninguno de los dos quería decir algo que arruinara lo que habíamos dicho en el parque, me sentía tan extraña, y diferente aunque a la vez ligera, no comprendía lo que estaba pasando conmigo, porque claro que me habían gustado otros chicos pero con Matías era diferente ¿por qué? Cuando al fin llegamos a mi casa, nos bajamos del auto y nos quedamos ahí en la puerta por unos minutos, hasta que decidí hablar.
-Bueno, gracias por el helado y pues por todo...
-Nada que agradecer Anne. -dijo- supongo que debo irme.
-Si, está bien, entonces... pues nos veremos hasta el lunes no es así?
-Si, yo... -era un momento incomodo, sobre todo para mí, un momento un tanto cliché ¿No?- Bueno, ¿quieres que te traiga mañana mi laptop?
-Si -me apresuré a decir.
-Oh, bien, entonces... hasta mañana Anne. -dijo y después besó mi mejilla, logrando que yo me pusiera colorada.
-Adiós Mat. -dije completamente penosa, debí sonar ridícula. Bajé del auto y me quedé frente a la puerta hasta que vi que sonrío y se fue. Pero esa sonrisa... ese beso... pueden no significar mucho, son simples detalles, tal vez solo es amable o yo que se, pero no podía dejar de pensarlo. Después de algunas relaciones fallidas, Mat llegó y derrumbó la fortaleza que había construído alrededor de mi corazón y eso era totalmente preocupante y fascinante como lo consiguió tan rápido.
Unos días después conseguí entender que la que actuó rápido fui yo y no él.
Después del comportamiento de Matías conmigo el viernes, de las cosas que dijo e incluso esa sonrisa y beso en la mejilla, pensé que el podía sentir simplemente algo por mi.
Pero yo me equivoqué al respecto y fingir que todo está bien, que no te duele, que es un simple amigo, una persona más, sin importancia, eso definitivamente duele.
El sábado llegó con la laptop en sus manos, me saludó e incluso lo invité a tomar un café aprovechando que no había nadie en mi casa, platicamos un rato, hasta que llegó mi hermano mayor Daniel, Matías se despidió justo como el día anterior, si, el beso y esa encantadora sonrisa, haciendo que mi cerebro trabajara a mil por hor creando en mi imaginación acontecimientos del futuro que no eran más qeu inventos que estaban lejos de la realidad, porque las chicas normalmente lo hacemos, imaginamos bellísimos momentos sin pensar que las ilusiónes rotas duelen muchísimo.
Caminaba por los pasillos hacia el salón de matemáticas donde vería a Matías, solo que no aparació, no hasta el final de la clase cuando salí a encontrarme con Mad, mietras me iba preguntando donde estaría, hasta que lo encontré, y juro que hubiera preferido no verlo.
Ahí estaba el, Matías, con una chica, besándola. Nunca había visto a la chica ni había escuchado de ella, Matías nunca lo había mencionado pero, ¿por qué lo haría? Matías estba recargado en la pared mientras la chica lo besaba y ponía sus manos en su nuca, el la tomaba por la cintura. Volví la vista a otra parte al percatarme de lo mucho que me dolía la escena y de que estaba mirandolos sin siquiera fingir que no lo hacía, indiscretamente los estaba mirando. Mad que iba a mi lado y vió lo mismo que yo, hizp una mueca y después me abrazó.
-Mad, y eso ¿por que? -dije haciéndome tonta
-Anne,no me ocultas nada, se que ver eso te afectó.
-¿Que? ¿a mi? no, para nada. -mentirle a Mad no era para nada sencillo, ella me conocía a la perfección.
-Anne... -insistió ella.
-No Mad, hablo en serio, estoy feliz por él, de verdad, -dije- es más, creo que se ve muy bien con esa chica, le deseo lo mejor, por que es un gran amigo, nada más.
-¿Estás segura? -dijo mi mejor amiga, aunque sabía que en realidad no creía nada de lo que decía.
-Claro Mad. -aseguré forzando a las palabras por salir de mi boca -ahora vamonos.
Salimos de ahí. Y aunque Mad me invitó a comer, le dije que me sentía mal y que mejor me llevara a casa, y no salí de mi cuarto. Y unas horas después de concentrarme en cualquier cosa menos en Matías o al menos intentarlo recibí un mensaje del chico.
Matt: Hola Anne.
Anne: Hey.
Matt: Hoy no te vi, ¿como estas?
Anne: ¿en serio? Yo si te vi.
Matt: ¿y por que no saludaste?
Anne: por que aunque lo hubiera hecho no creo que hubieras podido contestar.
Matt: ¿por que no podría?
Anne: por que según yo no se puede hablar mientras besas.
Matt: ¿de que hablas?
Anne: No tienes que evadirlo, te vi con esa chica, y no te preocupes, no pasa nada. :)
Matt: Anne... Yo no se que decir.
Anne: no tienes nada que decir.
Matt: Anne, ¿estas molesta?
Anne: No, ¿por que lo estaría? Somos amigos.. Sólo eso Pero ¿sabes que? Ya me voy, debo dormir.