Viviria Un Infierno a Tu Lado

Capitulo 3

¿Qué es lo que está pasando? Se preguntaba maría mientras ¿acaso estaba siendo besada por aquel chico extraño? Tenía que ser una broma ¿no? ¿Qué podía tener de divertido el besarla? Ni siquiera sabía cuáles eran las intenciones del chico, tal vez solo era para molestarla o en realidad tenía ideas o deseos pervertidos hacia ella. 
Al principio la joven no supo cómo reaccionar pues estaba en un completo estado de shock, pero después comenzó a sentir un leve movimiento de labios por lo que solo se tensó cerrando fuertemente sus parpados. Un continuo forcejeo se hizo presente mientras la joven trataba de apartarse de él, aunque la diferencia de fuerza era más que evidente y ni siquiera pudo zafarse de la muñeca la cual el tipo sujetaba fuertemente comenzando a hacerle algo de daño. 
Por lo que María levanto su otra mano posándola en el pecho del joven aplicando fuerza en este aun que fue totalmente inútil, se lograba distinguir que estaba muy bien trabajado debido a arduos entrenamientos. Era como tratar de alejar una pared y ni siquiera logro moverlo en lo más mínimo. 
Ahora los dos se encontraban totalmente empapados por el agua caliente, la cual soltaba un leve vapor haciendo que poco a poco la mente de maría se nublara por el agobio y la falta de aire. La mirada penetrante de J.B. analizo cada detalle en la mirada de aquella chica, se veía tan inocente y débil justo como la noche anterior, exceptuando el leve temblor de sus cejas. 
El contacto entre sus labios se detuvo unos segundos, realmente no se le podía llamar beso ya que la chica seguía con los labios cerrados sin mover un solo musculo. Pero al separarse la joven abrió los labios levemente en busca de aire, cosa que el chico aprovecho para volver a unir sus bocas, ahora tratando de devorarla. Su lengua entro sin permiso alguno en su boca encontrándose con la de la chica con gran intensidad. La mirada de sorpresa de María no se hizo esperar, en un movimiento involuntario arqueo su espalda tratando de alejarse de aquel chico, pero claramente este no tenía planes de alejarse. 
Por lo que solo logro que el metal frio del arma apoyada en ella hiciera contacto con su columna ¿qué debía hacer? Podría patearlo o morderle, pero ¿y si dispara? Era claro que no podía hacer nada estaba a merced del chico y este lo sabía. 
¿Qué podía hacer? Su cuerpo gritaba por aire pues su mente ya comenzaba a darle vueltas, ya que por la nariz le era completamente inútil recuperar el aire perdido. En un intento desesperado por empujar la lengua del chico hacia afuera no hizo más que unir sus lenguas en vaivén de movimientos salvajes, de no ser por el sonido de las gotas caer estaba segura de que se escucharía el sonido de su saliva mezclándose. 
Cosa que para María parecido una eternidad, pero realmente no fueron más que unos segundos. Lentamente el chico se despegó de la boca de la chica observándola con una mirada felina mientras se relamía sus labios limpiando un pequeño hilo de saliva en la parte inferior de sus labios debido a la saliva que escurrió de ambos. 
María se encontraba con el corazón acelerado latiendo a mil por hora, esto no significaba que le gustara. Simplemente sentía vergüenza al sentirse tan pequeña y vulnerable ante el acoso del chico, la expresión de Miedo y confusión en la joven le resultaba un tanto interesante al mayor incluso podía decir satisfactoria, por lo que no vio necesario subir de nivel del juego tan rápido. Solo quería que ella supiera que él podría hacerle lo que quisiera, cuando quisiera y donde quisiera, el miedo que la joven le expresaba al no saber lo que pensaba o lo que tenía en mente el joven le resultaba muy excitante. 
-¡ah! -soltó maría con una mueca de dolor al sentir como su labio inferior era mordido por el joven dejando un hilo de sangre que se desvaneció con el agua 
-Solo vístete y ve al sillón-susurro en una orden muy tranquila el joven regalándole una especie de sonrisa sádica y sin más se marchó dejándola sola en el baño. 
María soltó el aire que contenía dejando a sus músculos relajarse para comenzar a ponerse lo que el chico le había dado y tranquilizarse. Era claro que mientras estuviera ahí no podría hacer nada para impedir sus continuos abusos, ni siquiera podría impedir que aquel chico la tratase como quisiese. 
Si fue capa de meterse en la ducha con ella desnuda ¿de qué más cosas sería capaz? ¿sería capaz de hacer algo aún peor? Sacudió su cabeza tratando de sacar esos pensamientos de su mente, debía pensar en una solución y qué hacer cuando escapase de aquel joven, levanto dos dedos tocando aquella pequeña herida que el joven le había hecho recién en el labio, gradeció salir casi intacta de ese acercamiento, pero ¿Cuántos más sucederían? Miles de preguntas más se formaban en su cabeza y nuevamente ninguna tenía respuesta. Este juego no era para nada divertido, aún podía sentir sus labios siendo estampados contra los suyos, en un beso violento. 
Por otro lado el azabache se encontraba en la habitación cambiándose de ropa ya que sus ropas fueron mojadas al jugar con ella de esa forma, claro que aquello lo hizo por ver qué reacción tendría en su cara pues tener a esa pequeña e indefensa chica a su Merced le era irresistible, por lo que concluyó que el retenerla no había sido tan mala idea después de todo llevaba años sin sentir algo parecido aún cosquilleo.   
Al principio pensó en matarla y terminar con eso rápidamente ya que no podía dejar cabos sueltos pero al ver aquella expresión de miedo que le ofrecía decidió que deseaba ver aun más que sólo esa expresión. 
Maria por su parte al terminar de vestirse salió para recostarse en el sillón obedientemente como el chico le había pedido mientras miraba al techo sin nada que hacer contando los puntitos que había en el techo en busca de quitarse el aburrimiento. A los pocos minutos J.B. salió de su habitación con una carpeta llena de documentos sentándose en el otro extremo del sillón tachando nombres y revisando papeles ,mientras la joven se extendía como si fuera una especie de gato. 
-muerto……muerto-decía tachando nombres en la lista-creo que esté……-saco otra lista solo para ver una fotografía tachada con una “x” roja-oh no también está muerto-comento con gran satisfacción ganado se una mirada entre curiosa y temerosa por parte de la chica . 
Aun que sinceramente la chica no tenía nada de que preocuparse mientras no fuera ella una de las personas en aquella lista que sostenía el joven entre manos. Aquella lista era nada más y nada menos que una lista de personas peligrosas que no convenía que estuvieran vivas, iban desde personas que se dedicaban al tráfico de drogas, la trata de personas e incluso robo de armas. También habían personas de otras organizaciones o grupos que buscaban otra forma de asesinar a estas personas poderosas, se podría decir que eran malos contra malos y el solo se encargaba de limpiar las porquerías que ellos dejaban, pues bien era otro peón. 
-¿Qué haces?-pregunto la joven haciendo qué el chico levantará la vista de su lista solo para verla sentada frente a el de forma poco femenina 
-¿de verdad quieres saber?-pregunto este a lo que la joven lo pensó un segundo antes de negar-No deberías de sentarte así 
-Yo me siento como quiera-contesto la chica a la defensiva-además estoy aburrida, mínimo si voy a estar aquí dame algo para que me entretenga-decía mostrando gran fastidio 
-¿así que quieres algo para entretenerte?-comento el chico dejando los papeles que tenía en las piernas ahora en la mesa para acercarse peligrosamente a la joven logrando un gran nerviosismo a ella 
-o-olvídalo solo me sentaré aquí a observar el techo-decía rápidamente mientras se levantaba del sillón para colocarse en el que había a su derecha. 
En el barrio en donde se encontraban en la actualidad era más un refugio donde al joven se le facilitaría más hacer sus trabajos sin levantar sospechas ,pues tampoco había una gran seguridad en ese lugar no obstante no significaba que estaría libre de que la policía lo arrestara si se enteraban de lo que hacia. Aun que de todas formas no solían investigar mucho en esos sectores  además de que J.B. solía cuidar el orden para que a nadie se le fuera de las manos y mataran a gente inocente, podría ser un asesino pero siempre se encargaría de que dichas muertes fueran justas. 
Su trabajo se podría denominar como un sicario que mata a sangre fría a cambio de dinero aún que no siempre era el quien tenía que asesinar; a veces solo se encargaba de atraer al objetivo y sus compañeros se encargaban de terminar resto. Asesinarlos era su parte favorita no importaba que persona fuera siempre y cuando la persona fuera peligrosa o culpable. 
Si bien todos sabían que J.B. ya no tenía una identidad como ciudadano que le permitiera desenvolverse libremente pues ante la sociedad el ya no tenía ética y no era más que un asesino, ni siquiera recordaba en qué momento dejo de contar a las personas que mataba volviéndose sólo cadáveres para el ¿Cuándo fue que empezó a ser el él que se ofreciera para realizar esa clase de trabajos? No había marcha tras  en lo que había empezado, pues cada día era poseer un nombre y salir del país, al día siguiente hacer lo mismo y hacia consecutivamente. Sonaba sencillo pero realmente era una tarea difícil. Por ahora los problemas que tenía que tratar residan en esta ciudad pero la pregunta era ¿Había algún beneficio en esa clase de trabajo? Sí era cuestión de dinero, realmente no le faltaba incluso se podría decir que le sobraba, ya que era bueno en su labor después de todo no sentía lástima por aquellas personas a las que asesinaba. Tenía la libertad de divertirse con ello y no tener cargo de conciencia, podía hacer lo que quisiera pero ¿Eso era lo más importante? El no solo era un simple peón que nadie conocía, el era el que se encargaba de moverlos hilos a su conveniencia pues ser una marioneta no era para nada interesante. 
De pronto su móvil sonó sacándolo de sus pensamientos 
-¿Qué sucede?-comento el chico dejando su labor con los papeles 
-¿estás en casa?-al otro lado del teléfono se podían escuchar algunos murmullos de fondo 
-si ¿estás con los chicos?-pregunto viendo directamente a la joven la cual estaba en el otro sillón entretenida mirando hacia el techo, mientras el jugaba con una bala sobre su mano. 
--Perdiendo el tiempo como siempre-sonaba molesto-voy para allá-finalizo la llamada sin esperar a que esté le respondiera 
Si había algo que a J.B. le molestaba demasiado era que lo dejarán con la palabra en la boca ¿quién se creía para invitarse solo a su casa y encima colgarle el teléfono? Aún que bien sabía que esa era la personalidad del chico, siempre hacia lo mismo y nunca dudaba en retarlo. Suspiro para aventar el teléfono sobre la mesa haciendo qué María soltara un brinquito en el sillón quedando inmóvil. El chico hizo una seña con la mano indicándole que se sentará a su lado a lo que obedientemente la chica acepto 
-Escucha vendrá un amigo. Así que espero que te comportes y te mantengas en silencio como hasta ahora ¿entiendes?-decía el joven fijando su mirada en ella-creo que no hace falta aclarar que pasará si no obedeces 
-Si, ya entendí-hablo la chica fastidiada pues a pesar de tener un inmenso miedo al mencionar la sutil amenaza, no le mostraría debilidad o al menos eso quería aparentar pues debía ser valiente y no dar si brazo a torcer. 
J.B. sólo se dispuso a observarle algo entretenido pues a pesar de lo que le hizo experimentar en el María no lloraba, ni siquiera le suplicaba o se desesperaba ¿Quizá por orgullo? O tal vez porque sabía que nada de lo que hiciera le serviría para salir de ese lugar. Solo esperaba que siguiera con esa actitud por un tiempo más. 
La visita no se hizo esperar y a media hora unos golpes en la puerta se hicieron escuchar, por lo que un Inexpresivo J.B. se levantó para ir a abrir dicha puerta  
-¡ha pasado un tiempo!-decía entrando como Juan Pedro por su casa.  
Mientras María lo observaba algo curiosa ¿Qué clase de persona sería este chico? Con la descripción obtenida de J.B. no imaginaba algo bueno de una amistad suya; seguro debía ser otro sádico Psicópata 
-ya,, sólo siéntate antes de que me arrepienta-comento J.B.  
Así que el era el famoso “Marco” de la llamada que tuvo cuando estaban en la habitación, la verdad parecía todo menos un Psicópata incluso podría pasar como modelo en la industria de su padre. Sonriente el chico se hizo presente en aquella sala cambiando su expresión por una de sorpresa al ver a la chica sentada en la sala . 
El nuevo no parecía tener pinta de ser alguien peligroso, vestía unos jeans azules con una zapatillas y camisa negra, lucía bastante joven. Nadie imaginaria que sería un completo asesino o algo parecido pero como dicen no juegues un libro por su portada 
-¡hombre J.B. no te hubieras molestado en darme un obsequio!-decía entusiasmado el joven pero rápidamente fue golpeado en la cabeza por el otro 
-Idiota no es un regalo-contesto con molestia 
-¿entonces de dónde salió?-cuestiono el chico ahora mirando con curiosidad a la susodicha mientras tomaba asiento a su lado 
-No es nadie ¿a qué has venido?-J.B. trato de hacer que su atención estuviera completamente dirigida a el pero no lo logro el chico seguía mirando a la chica como si la fuese a devorar, cosa que le desagrado completamente. 
--y ¿Tu de donde saliste pequeña?-pregunto está vez directamente a la chica mientras J.B. buscaba una silla para sentarse frente de ellos 
María no sabía que responder ya que J.B. le había dejado en claro que no quería que hablara y este chico le estaba haciendo una pregunta, no sabía si debía contestar 
-Sabes es la primera vez que J.B. recoge un cachorrito, creo que esto será divertido-susurro con una sonrisa causándole un escalofrío a la joven 
A lo que está reafirmó sus sospechas “Las apariencias engañan” María no sabía dónde meter la cabeza ya que ambos chicos guardaron un silencio que le parecía eterno y ninguno de los dos despegaba la mirada de ella, no fue hasta que Marco acaricio su mejilla con sus dedos fríos que la chica volteo a verlo para intentar apartarse de él. No permitiría que esté chico la tocará como quisiera y menos si no lo conocía de nada. Ya bastante tuvo que soportar el insistente acoso de J.B como para que venga el a querer hacer lo mismo. 
Justo cuando se preparaba para golpearlo un ruido ensordecedor se escuchó en la habitación dejando congelada a la chica mientras que Marco se alejaba rápidamente de ella para sacar su arma 
-¡¿Pero que haces?!-grito Marco furiosos asimilando lo que acababa de pasar-¿Cuál es el problema?-se  acomodo mejor recargando la espalda en el respaldo está vez teniendo distancia con María la cuál aún seguía en un estado de shock, Miranda  hacia la nada negándose a ver directamente al chico-¡¿Eres tonto o que te pasa a ti en la cabeza?! 
-tu me ignoraste-contesto con simples a J.B. haciendo qué María desencajada la mandíbula es que ¿acaso esto era algo normal para ellos? ¿Qué hubiera pasado si le daba a alguno de ellos dos? 
-Bien entonces si la próxima vez lo hago yo no te molestaras ¿no?-el chico se mostraba furioso ante su acto de intervención 
-¡si claro, seguiré esperando!-decía con gracia J.B. 
-menudo idiota estás techo-decía ahora con fastidio para regresar a su estado de ánimo natural 
En cambio María luchaba por mantener su corazón latiendo tranquilamente ya que el imprevisto de hace unas horas casi hace que le dé un infarto ¿acaso esto era natural para ellos dos? Debía mantener la calma pero sus manos no paraban de temblar por lo que decidió respirar profundamente en un intento por calmarse mientras ellos conversaban. 
-¿ entonces me dirás a qué debo el honor de tu visita?-decía con sarcasmo J.B. 
-pues… primero que nada ya llegaron los paquetes-decía despreocupado observando a la chica que seguía tratando de calmarse-además ya hay nuevas ofertas de trabajo y muy bien pagadas y los chicos deben aprovechar las oportunidades 
-Ya sabes lo que voy a decir sobre eso. Cada quien es responsable de lo que hace; mientras no los atrapen pueden hacer lo que quieran. Tampoco seré su niñera para estar las 24hrs del día viendo si hacen algo mal o algo bien 
-Eres el más experimentado de nosotros, deberías retornar las antiguas misiones-decia molesto pero conservando su sonrisa-claro que por lo que veo te conformas con miserias-contesto observando el lugar con disgusto a lo que J.B. lo miró con rechazo 
-Esa clase de trabajos ya no son para mi y lo sabes. Prefiero seguir como hasta ahora-solto de golpe molesto dejando el arma en la mesa ocasionando un ruido fuerte haciendo qué Maria saltará en su lugar, marco solo suspiro  
-tanto  talento y lo desperdicias así-lo miro una última vez como si fuera la cosa más desagradable del mundo-que desagradable 




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