Capítulo 7: Miedo

Jace
Abro la puerta con el arma en la mano, al hacerlo todos se quedan quietos mirándome y yo quedo en shock, mi casa está llena de niños, de globos y de dulces por todos lados, incluso hay hasta un payaso y pintura en las paredes, mis ojos buscan a la persona que se es responsable de todo esto

— Guarda esa arma Jace— murmura Katy que ha llegado a mi lado, yo obedezco, ya que todos los niños miran la pistola, pero no dejo de mirar a Beatriz . 

Camino hacia esta con paso rápido y agarro fuerte su brazo

— Tienes muchas explicaciones que darme — mascullo caminando con ella lejos de todos

— Me haces daño, suéltame— se queja removiéndose

— Papá! — me detengo en seco cuando mi hijo se para delante de mí— estás aquí — grita y se abraza a mis piernas, no sé cómo actuar o que decir — soy el niño más feliz del mundo— vuelve a gritar sin dejar de abrazarme

— James — lo llamo, él deja de abrazarme y su enorme sonrisa me hace soltar a Bea

— Miren chicos— les dice a sus amigos— mi papá vino a mi cumpleaños, gracias papá, te amo— me vuelve a abrazar 

— Al menos abrázalo no? — musita Bea, la miro con mala cara

— Me traes un regalo? — miro a James, un regalo, por Dios, ¿ahora que le digo? 

— Tu papá dejo el regalo en tu habitación James — responde Beatriz, la cual al parecer lo tenía todo planeado, incluso compro un regalo a mi nombre 

— Vamos papá, vamos a abrirlo juntos— toma mi mano y me arrastra hacia las habitaciones, Bea nos sigue de cerca

— Que es papá? — pregunta al ver una caja sobre su cama, yo también me pregunto qué es y miro a Bea

— ábrelo y sabrás — es lo único que logro decir

— Waw — mi hijo toma el helicóptero que había en la caja, parece un juguete a control remoto— es perfecto papá, te adoro — vuelve a abrazarme y está ves sus ojos están llenos de lágrimas, me pongo a su altura

— También te amo, ahora ve a jugar hijo— sonrío mirando su mirada ilusionada y luego sale corriendo con el juguete de la habitación 

— Jace yo

— Me desobedeciste Bea— me acerco a ella

— Ni a mi padre obedezco — es su respuesta con una sonrisa burlona en su rostro

— Te dije que nada de fiestas y llenas mi casa de niños

— Solo quería hacer feliz a tu hijo Jace, cosa que deberías hacer tu, pero que no haces — la acorralo contra una pared— de nada por cierto

— Que sea la última vez que hagas algo así sin contar conmigo

— Es en serio? — me grita cuando salgo de la habitación y la miro— me dices eso luego de ver a tu hijo tan feliz? luego de hacer que el único deseo que tenía en su vida se volviera realidad? Solo le hice a tu hijo el regalo que quería para su cumpleaños número seis

— ¿Un helicóptero? — alzó una ceja, Bea ríe

— Eres tan idiota que no te das cuenta de nada — se acerca más a mí— lo único que James quería era a su padre junto a él este día, el problema es que él no sabe que su padre lo odia

— no lo odio

— y por qué negarle sus fiestas? por qué hacer esto si

— Mi esposa— digo bajando la mirada— el día en que James cumplía un año encontré a mi esposa muerta — miro los ojos de Bea que me mira confundida — por eso odio este día Beatriz, porque cada vez que llega y estoy en esta casa la recuerdo a ella, porque cada vez que veo a James me recuerda a ella

— Lo lamento, pero James es un niño, no tiene la culpa de nada— Bea pasa por mi lado y se aleja de mí. 

Luego de unos minutos vuelvo a la fiesta, James al verme se pone tan feliz que no puedo evitar reír junto a él

— Quien lo diría — me acerco a mi jefe de seguridad— un hombre con entrenamiento militar y 35 años vestido de payaso— Héctor ríe 

— Bea me lo pidió — ahora lo miro incrédulo

— De cuando acá le llamas Bea a mi esposa? 

— Ella me lo pidió — me mira sonriendo, yo por dentro muero de los celos, conociendo el pasado de Bea como lo conozco no me sorprende que le haya coqueteado

— Haces todo lo que mi esposa te pide Héctor? 

— Estás celoso Jace? — miro a mi amigo de la infancia y mi hombre de confianza 

— Claro que no, es mi esposa falsa

— Eso mismo me dijo ella — Héctor se aleja de mí cuando James lo llama, yo busco a Bea con la mirada y no me asombra verla mirando al payaso, pero si me causa rabia. 

★★★
Beatriz
— Tía, por qué todo lo compras a control remoto? — pregunta Samy, me encuentro en la cocina pensando en las palabras de Jace sobre su esposa, no sabía que ella había muerto en este día aunque lo que más curiosidad me causa es de que murió 

— Yo no sé qué le gustan a los niños Samy— la miro, ella ríe 

— Bueno, yo le regalé uno de mis perros y estuvo feliz, iré a jugar con todos ellos— deja un beso en mi mejilla y se va 

— Alicia — sujeto el brazo de la empleada — necesito saber que pasó con la esposa de Jace

— Señora yo

— Dime Bea y dímelo por favor— me siento, ella se sienta frente a mi

— Lo haré solo porque me caes bien, Marian era encantadora — comienza diciendo y ya siento celos— era inteligente y

— Solo háblame de su muerte por favor— Alicia me mira con mala cara pero asiente 

— Cuando James nació todo en esta casa se volvió un infierno — eso si llama mi atención — Jace y Marian discutían todo el tiempo, aveces él ni llegaba a dormir o aveces pasaba semanas sin venir, el día antes de que  encontraran muerta a Marian tuvieron la peor de las discusiones, fue terrible, al otro día la señora amaneció muerta en la bañera, según los médicos se suicidó — me quedo sin palabras, sin entender casi nada

— Pero tú no crees que se suicidara verdad? 

— Claro que no, Marian amaba a James, jamás se hubiera ido lejos del bebé, pasaba horas con él y nunca dejaba de sonreír cuando le miraba

— Y entonces? que crees que pasó? — Alicia se pone de pie

— Eso no lo sé, pero había rumores, por lo que escuchaba de las discusiones Jace creía que ella tenía un amante, incluso.. — baja la mirada

— incluso que? 

— incluso creía que James no era hijo de el — y esto si me deja con la boca abierta

— Entonces tu crees que Jace— dejo la pregunta en el aire

— Solo te digo lo que sé, un día antes de su muerte discutieron bien feo, y motivos pues él creía que tenía, Beatriz — ella se acerca más a mí— si yo fuera usted me iría ya de esta casa y me alejaría de Jace, es peligroso, no es bueno— la empleada sale de la cocina y yo no sé ahora que pensar o que hacer, debo irme de esta casa. 

Camino hacia la habitación con los pensamientos a mil, Jace no es bueno, pero sería capaz de algo así? 

— Bea— el payaso aparece frente a mí — me ayudas a quitarme el disfraz? 

— No sé aún tu nombre

— Héctor — me extiende la mano, cuando le doy la mía, la besa

— Héctor ahora no estoy para quitarte el disfraz, hazlo solo

— Cuando salimos? — él se acerca más a mí, demasiado para mi gusto.

— Cuando quieras — logró decir y mi mirada viaja a su boca, él sonríe

— Mañana entonces — deja un beso bastante cerca de mi boca y luego se va, yo entro a la habitación 

— ¿ Qué fue eso? — el grito de Jace me asusta

— De que hablas? 

— No llevas una semana aquí y ya coqueteas con Héctor? — se acerca a mi y sí, con todo lo que he escuchado siento miedo— Eres una descarada — mi mano impactando en su rostro no se hace de esperar 

— No coqueteaba con nadie

— Claro y hasta cita tienes, waw, tres días casados y ya eres infiel

— No soy tu difunta esposa — le grito sin pensar, Jace se abalanza sobre mí y caemos a la cama 

— Repite eso otra vez y juro que te arrepientes — lleva una de sus manos a mi cuello 

— suéltame — grito removiéndome bajo él, mirando unos ojos llenos de odio e ira, siento miedo, y las frases de Katy diciendo que si le conociera le tuviera miedo vienen a mi mente, también pienso en la conversación que tuve con Alicia, todo se me junta y sin pensarlo tomo el arma que Jace traía en su espalda, el miedo, sus ojos y mis manos temblorosa son las causantes de que le dispare. 

— Bea — murmura cuando el disparo resuena aún en mis oídos, frunce el ceño y se deja caer a mi lado, me levanto de la cama y ver la herida, la sangre y su desconcierto me asustan aún más 

— Dios mío! ¿Qué he hecho?