Lena.
. Odio estar sola, cuando estoy sola siento que pienso en cosas que no tendría que pensar.
—Te aburríste de tu nuevo grupo de idiotas.
Me sobresalto al sentir como alguien se sienta a un lado de mi, después escucho su voz y lo reconozco.
—Oh rayos, me asustaste.
—Tranquila, soy solo yo.
—Eso es aún peor. Y simplemente estoy aquí por que me encanta estar sola—Miento.
—Odias estar sola.
Odio que me conozca tanto.
—Claro que no, no me conoces.
—Te conozco mejor de lo que tú te conoces, pero solo quiero decirte que mi grupo de idiotas siempre está para ti—me mira con una sonrisa, ruedo los ojos.
—Claro se me olvido que eres su rey y les das ordenes como si fueran soldados, hasta que sean mis amigos, por que ni siquiera puedo hacer eso por mi sola.
—Entonces tu eres su reina, y no los necesitas yo soy tu amigo.
No te sonrojes, prohibido sonrojarse.
Sabes que siempre te dice cosas bonitas, y después te trata como mierda.
—No somos amigos, ya no.
—¿Por qué tienes que estar ala defensiva?.
—Por qué no quiero volver a caer—me mira serio.
—¿Caer en qué?.
—En ti, en todo esto—lo señaló—No te das cuenta de todo lo que...—siento un fuerte mareo.
—¿De qué?.
—De nada, no quiero pelear, hoy no Nathan, no me siento bien.
—¿Qué tienes?—me miro preocupado.
—Nada, solo me duele la cabeza—pongo mis manos en mi cabeza.
—¿Quieres que te lleve al doctor?, ¿A la enfermería?.
—Mierda solo.... Cállate—no me gusta decir groserías, pero solo necesito que se calle.
—Vamos a mi casa—me mira serio, niego.
—Estas loco estamos a mitad de clases.
—Si, no te sientes bien, es mejor irnos, aparte no era pregunta.
—Ya vas a empezar—el mareo va disminuyendo.
—¿Empezar de que?—mueve mucho los brazos, como si estuviera desesperado, aquí la única desesperada soy yo—Lo único que intento es lo mejor para ti.
—No, me ordenas como si fueras mi padre. ¡No eres nadie para ordenarme!.
—Me canse.
Lo siguiente que sentí fue como ahora estaba entre sus brazos. ¡Me está cargando!
—¿Qué crees que haces?—intento safarme pero es imposible.
—Vamos a mi casa, duermes un rato, y cuando te sientas bien empezamos el proyecto.
—¡NO!, Nathan Graham juro, que si no me bajas ahora—hizo como que me dejaba caer nada más derrepente, así que puse mis manos alrededor de su cuello, para evitar caerme.
—¿No querías que te bajará?—me mira con burla—Lena, estas haciendo todo un show en medio del campus.
Es entonces cuando me doy cuenta de que todos nos están viendo. Dios santo que vergüenza.
—La única opción que tienes es que te relajes o que pasemos vergüenza de aquí a mi auto, por que pequeña créeme que no te voy a bajar—pequeña, tiene tanto tiempo que no me decía así.
Al final cuando llegamos al auto me bajo, estuve tentada a salir corriendo no lo voy a negar, pero no tenía tantos ánimos para hacerlo, y que podía pasar, solo iría a su casa. Durante todo el camino lo ignore, él intentaba llamar mi atención con la música, pero sé que me estoy olvidado de que él es así aveces es muy lindo y otras no tanto, no puedo seguir así. Después de un rato llegamos a su enorme mansión, todo es elegante, hermoso, algunos guardias están afuera, al ver el auto de Nathan los enormes portones se abren dejandonos pasar.
Su casa es tan hermosa y gigantes, que lastima que aquí dentro todos se la pasen tan mal.
Siento un mareo muy fuerte, pero intento disimularlo.
—¿Segura que estás bien?—me examina antes de abrir la puerta.
—¡¡Nathan!!, ¿No se supone debes de estar en la escuela—Escucho la voz de Nathe pero por más que lo vea tan cerca la escucho tan lejos, poco a poco todo se va apagando.

Nathan.
—Lena, pensé que. Mierda, agarrala—volteó rápido y alcanzó a tomarla entre mis brazos.
—Mierda—la llevó hasta el sofá.
—¿Qué es todo este alboroto?— escucho la imponente voz de Nahdia, volteó ligeramente y veo que Nathalie y Aleck están detrás.
La rubia baja corriendo y ahoga un grito al ver a Lena desmayada.
—¿Qué le pasó?.
—No sé, se desmayó en cuanto entramos, no sé que hacer.
—Despierta, Lena, despierta—le da unos pequeño golpees en la frente.
—Ah, claro como no se me ocurrió decirle que se despertara—le dijo con sarcasmo y me mira mal—y no la golpees.
—Alguien traiga el alcohol—Aleck salió corriendo. Hasta que sirve de algo el imbecil.
—Y si está embarazada—dejo de acariciar el cabello de lena para voltear a verla, la rubia solo se encoje de hombros.
—Mierda, cierra la puta boca—Por supuesto que no está embarazada nadie pudo....
—¿La embarazaste Nathan?.
—¿Qué?, yo no fui, si fue ese idiota lo voy a volver a golpear, hasta que nadie lo reconozca—Intento lentarme pero Nathe me detiene.
—¿Golpeaste a alguien?.
—Es que ese idiota que estaba con ella y yo..... ¿Dónde mierda esta Aleck?.
—Se pueden callar todos, por si no se dan cuenta tenemos a una lena desmayada justo aquí—Nahdia señala a la pobre chica inconsciente.
En ese momento Aleck entra corriendo con el alcohol en sus manos y un paquete de algodón.
—Hasta que llegas, fuiste a hacer el puto alcohol ¿o qué?—le entrega todo a Nahdia.
Esta se agacha para quedar ala altura del sofá y muve su cabello negro hacia atrás, abre la botella y moja el algodón con alcohol y lo pasa por su nariz un tiempo hasta que despierta.
Se endereza un poco y no le doy tiempo de hablar la abrazo, no responde a mi abrazo, de hecho me empuja un poco.
—Realmente me asustaste—intento ignorar el hecho de que todos se dieron cuenta que me rechazo y ahora me miran—¿Estas bien?.
—S-si, perdón por todo eso.
—No te preocupes, lo importante es que estas bien—Le da un sonrisa a Nathaniel, pero cambia en cuanto se dirige a mi.
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Editado: 22.12.2019