P1. Capítulo 6
Deseo Oculto
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En su interior Nicolás no podía dejar de sentir una enorme felicidad la cual trataba de ocultar tras una sonrisa tímida mientras miraba de reojo el sereno perfil de Ean. El camino de regreso se le hizo especialmente corto y como un anhelo secreto la idea de querer pasar más tiempo a su lado cruzó su mente.
Ean - llegamos
Nicolás - muchas gracias por traerme, disfruté mucho la cena de hoy
Ean - yo también; espero volver a repetirlo ¿tienes tiempo la próxima semana?
Nicolás no se esperaba una segunda invitación tan pronto ¿Debería aceptarla? La verdad no veía razón de una negativa y a esas alturas sentía que no tenía nada que perder, a él también le gustaría conocer un poco más de Ean.
Nicolás - si
Ean - perfecto, reserva el domingo desde medio día, nos vemos.
Tras esto le dedicó una sonrisa coqueta a Nicolás, quien un poco apenado asintió con su cabeza, pero al levantar la vista pudo ver como nuevamente Ean se le acercaba, ¿acaso quería volver a intentar besarlo? ¿Debería corresponder el beso? La verdad en ese momento Nicolás quería aceptarlo, deseaba sentirse más cerca de Ean y para ser sincero, le había sido difícil resistirse a esos encantadores labios. Nicolás con el corazón acelerado cierra sus ojos dispuestos a aceptar a Ean; sin embargo, lo que escucho fue el sonido del cinturón de seguridad siendo desabrochado.
Ean - ¿esperabas algo más? - dijo Ean con tono juguetón mientras volvía a su posición inicial sin quitar los ojos del apenado Nicolás, quien al entender la situación se excusó de forma muy rápida y acto seguido salió del carro.
Nicolás - ten un buen camino de regreso, nos vemos el domingo - dijo su tomatito
Ean siguió con su ruta, viendo por el espejo retrovisor a Nicolás todavía frente a ese decadente edificio despedirse con la mano. La verdad al recibir la dirección que le brindó Nicolás Ean estuvo a punto de cancelar esa cita; sin embargo, la memoria de esos grandes ojos esmeraldas lo motivaron a arriesgarse a siquiera acercarse a una zona que él consideraba vulgar y corriente. Más, sin embargo, ya había pactado otra reunión con el objeto de su deseo. Pero ¿Cómo es que se había empezado a sentir tan interesado por un hombre tan común cómo él?
Ean Walton es una persona que como un cuervo se siente inmediatamente atraído por aquello que considera bello y valioso, siendo el único heredero de Walton's Confort, una importante empresa hotelera con múltiples sedes al rededor del mundo.
Para él lo más importante era preservar el prestigio de tan destacada familia, por lo que Walton a diferencia de Nicolás era una persona egoísta y oportunista que detestaba siquiera acercarse a otros que estuvieran por debajo de su nivel social; sin embargo, desde su inesperado encuentro con Nicolás el deseo de poseerlo no hacía más que incrementar.
El desdichado día de su primer encuentro Ean volvía de una cita a ciegas que había acabado de forma desastrosa, dando como resultado una nueva disputa con su padre. Ean entendía perfectamente la preocupación de su progenitor por encontrarle una esposa que le pueda dar una descendencia apto de cargar con el importante y magnífico legado que traía consigo su apellido desde hace 3 generaciones, símbolo de honor y valía.
Por consiguiente, Ean no se iba a conformar con cualquier candidata de quinta presentada por su padre. Sin embargo ya era la tercera vez que pasaba en el mes; la pobre chica había sido dejada apenas le hechó un vistazo, simplemente consideraba que no era lo que él merecía, no era lo suficientemente bella como para siquiera dirigirle palabra.
Al dejarla atrás Ean se dirigía a reunirse con su padre, deseaba él mismo encontrar a la mujer que se convertiría en su esposa por lo que iba a pedirle un plazo de tiempo, no obstante este no atendía el teléfono.
Ean molesto seguía intentando contactarse con su padre, ignorando por completo que estaba siendo blanco de las perversas intenciones de un ladrón quien lo había estado siguiendo desde la cuadra pasada. Finalmente, cuando vio la oportunidad atacó y salió corriendo con su celular, en ese momento su indignación y enojo había sido tan grande que lo paralizó por unos segundos, hasta que fue sacado de ese trance por una persona de cabello castaño quien con la agileza de una gasela cruzó la calle para darle caza a ese desperdicio de la humanidad que se atrevía siquiera a respirar el mismo aire que él.
Pero al ver a este imprudente joven en peligro actuó por instinto y lo puso a salvo dejando huir al ladrón. Para su sorpresa el chico que ahora se encontraba sobre su pecho tumbado en la acera era un joven extremadamente atractivo y de contextura delgada; era tan hermoso como un muñeco de porcelana quien lo continuaba mirando con esos deslumbrantes ojos tan llenos de vida y energía que hasta el día de hoy mantenían cautiva a su memoria.
En ese momento Ean no lograba entender la razón de su deseo por acercarse a este hombre, por lo que sin pensarlo mucho le había dado su targeta de presentación acompañada con la rosa más hermosa que pudo rescatar de tan lamentable ramo, dejando su futuro en manos del destino.
De vuelta al presente Ean acababa de regresar a su casa, aún no sabía que hacer con su nuevo entretenimiento, sin embargo, ahora estaba más seguro de pedirle ese plazo de tiempo a su padre, después iba a aceptar a cualquier mujer pero, por el momento solo quería dar rienda suelta a sus nuevos intereses.
Ean se sirvió una copa de vino y se sentó en el sofá de la sala a ver una película a la cual no le prestaba atención pues su mente seguía perdida, divagando en el recuerdo de esa refrescante mirada verde, cuya aura pura e inocente avivaban la llama de la ambición que carcomía el oscuro corazón de Ean, para él, Nicolás simbolizaba su nuevo deseo oculto, un juguete hermoso sobre el cual anhelaba colocar sus manos.