Tengo una inquietud. ¿Alguna vez has sentido que las personas cercanas a ti, que profesan una fe en Dios, intentan influenciarte para que compartas sus creencias y adoptes su forma de vivir?
En mi entorno familiar, la mayoría profesa una fe que considero poco saludable y distante de lo que entiendo como un camino agradable para Dios. Sin embargo, ¿quién soy yo para juzgar? Cada individuo tiene derecho a creer según su convicción. Pero, por favor, permítenos a quienes estamos buscando nuestro propio camino hacia Dios que lo hagamos a nuestra manera.
Jeremías 24:7 menciona: "Y les daré un corazón para que me conozcan, porque yo soy el SEÑOR; y ellos serán mi pueblo y yo seré su Dios, pues volverán a mí de todo corazón." Este pasaje nos recuerda que cada uno tiene su propio camino hacia Dios y que es un viaje personal y sincero.
Reflexión:
En la búsqueda de la fe y la conexión espiritual, cada persona sigue un camino único y personal. Aunque las influencias externas pueden ser poderosas, es importante recordar que la relación con lo divino es íntima y personal. Respetar la diversidad de creencias y permitir que cada individuo explore su camino hacia Dios en su propio tiempo y manera es esencial para cultivar una comunidad espiritual auténtica y comprensiva.