Vianca Blanco
La vida me da las razones para ser amargada, no soy yo.
¿Como podía ser esa una cámara de la ciudad?
-Tranquila Vi, tal vez haya sido su amiga que los filmaba desde un apartamento en lo alto.-Dijo Sofía, haciéndome sentir mejor.
-Pero ¿tú estás consciente de que eso me arruinaría la Maldita boda?–Dije muy enojada.
-Si, Vianca, lo se pero quien sabe y el destino no quiere que eso pase.-Dijo haciéndome obviar algo que siempre me retumbaba en la cabeza antes de dormir. - Vamos dime cuantas veces han pasado ¿como unas 10 veces?
-Han sido catorce veces. Pero Sofía entiende ambos ganamos en esto, yo gano no estar soltera y él... Gana Dinero para su campaña...
-Una mierda con lo de estar soltera, eres hermosa independiente y fuerte. - Dijo mi querida amiga pero eso no me hacia sentir bien.
-Sofi, linda tú me conociste aquí cuando ya tengo todo mi esplendor, pero no en la Universidad. Fui la nerd, fea y la tímida....
-Lo siento pero no te mortifiques porque yo tampoco fui tan popular... Y es mejor que descanses...
-Voy a terminar de ordenar mis cosas y voy directo al apartamento a dormir o al GYM. - Dije tomando otro sorbo de mi chocolate.
-Ve a descansar, y después habla con Patrick ya es demasiado pon le un alto.-Dijo levantándose del pequeño sofá que tenía en mi oficina. - Te quiero Vi. No estás sola. - Dijo abrazándome y correspondo a ese abrazo ya que ella es mi amiga.
Hubiera querido una hermana así. Sofía salió de mi oficina y vi las carpetas de quienes serían mis socios para mañana y uno de ellos me pareció muy interesante, Se llamaba Carlo Find, interesante tenía dinero y era joven dos meses menor que yo. Pero su negocio es la comunicación Global, no los diamantes, joyeria o exportaciones.
¿Que querría alguien así aquí?
Mi computadora se encendió, mostrándome un mensaje anónimo. Pero esta vez no es un video, es una foto del auto de Patrick estacionado frente a un Prostíbulo pero estaba adjunto con un mensaje el cual decía "Tenemos lo suficiente para mostrar, y queremos dinero. ". Tantas imágenes me ponían nerviosa debería hablar con Él para que valla con la zorra y le ponga un alto...
Collin tocó a mi puerta, y respondí con suave pase que ni yo escuche. Estaba tan enojada que ni la voz me salía, Decide pararme y abrir por mí la puerta.
—¿Que necesita señor Lemane?-Dije armada de valor ya que los nervios de esa foto me daban escalofríos.
-Señorita Vianca, disculpe por interrumpirla, pero enserio necesito que me de el día de mañana es muy urgente. - Dijo entrando a la oficina después de mi.
-Señor Lemane le había dicho que ese era un caso ya cerrado.-Dije sntandome en mi silla- Nisiquiera me ha dicho porqué se ausentaria.
-Señora Vianca, se que usted no es muy abierta con lo de la familia y la verdad es por mi familia. - Dijo como si estuviera implorando perdón. Y solo rode los ojos.
-Señor Lemane, si su hija tiene una gripe, sólo llame a una niñera y pague extra, si sus padres están enfermos, solo contrate un enfermero... Pero no falte.
-Vianca, Porfavor... - Dijo parándose del sofá de una pieza frente a mi escritorio mostrando una imagen de él que imploraba el día. Y enserio me gustaba.
-Señor Lemane tengo mis propios asuntos para encontrarle solución a los de mi asistente. Con algo que no lo haga faltar! - Dije demasiado alterada, en su misma posición frente a él. Pocos centímetros me llevaba de altura. Y su mirada tan dura y hermosa.
Nisiquiera me he percatado como estoy frente a él, o cuando llegue.
-Esta bien, pero sus reglas están detalladas... - Dijo frente a mi, escupiendo esas palabras con odio.
Se escucho el telefono de su oficina sonando y salió muy cabreado, dejando un portazo en mi oficina. Su comportamiento infantil es una total falta de respeto para mi persona pero estoy tan debatida que solo quiero irme a casa.
Prefiero no seguir en la oficina eliminó los correos anónimos, apago mi computador, la luz y guardo el dibujo hecho esta tarde. Son las 6:00pm. Y solo iré a casa. Patrick esta ahí, así que hablaré con él.
Salgo por los pasillos de mi oficina, y siento las miradas Curiosa de mis empleados, la señorita Klug está en su oficina así que no me ve. Llego al estacionamiento y veo mi coche una hermosa Land Rover, y me dispongo a ir a casa. Sin pensar en nada. Solo la fría noche de Chicago me recibe. La Noche siempre me ha dado miedo ya que es igual de fria y oscura que yo, por dentro. Veo en el transcurso del camino a esos amigos divirtiéndose y a esas parejas enamoradas, tomadas de la mano o dándose besos.
Quisiera saber lo que es, y no finjir la sonrisa, ni los besos.
Llegó al departamento y el portero me recibe.
-Buenas Noches, Señorita Vianca... Como le fue? - Dijo el amable hombre que bien podría tener la edad de mi padre.
-Buenas Noches Bruno, como siempre... y a ti? - Dije chequeando mi correo.
-Como siempre señorita, el señor Patrick ya llegó. - Dijo ayudándome a cerrar el buzón.
*Como puede ser eso algo que no podemos hacer, solo es cerrar con la manesilla*
-Gracias, pasa una buena noche y saludame a María. - Dije refiriéndome a su esposa.
Esa pequeña charla era de todos los días, hace exactamente 5 años y 12 días , cosa que siempre hacía aún así no tuviera correo y siempre eran las mismas palabras. Subo el ascensor y chequeo las pocas cartas, en su totalidad pagos que haré el viernes por la mañana.
Las puertas del elevador se abren y llegó a ese piso que comparto con mi futuro esposo.
Llegó y él está sacando las compras de Algo que cocinara. Cosa que pocas veces hace, solo lo ha hecho para dos de mis cumpleaños o para disculparse.
-Vi, que haces aquí? Es temprano!-Dijo acercándose y ayudándome con las cartas.
*Ni porque nos traiga un auto último modelo de oro lo perdonamos!*
Por primera ves coincidía con esa vocecita, así que bien, me da las cartas y le doy un golpe en la cabeza no tan fuerte, para después caminar por el apartamento, siento las manos arder el pecho subir y bajar, el corazón late a mil por hora. Y...