Información importante: Estoy buscando a alguien que pueda hacerme una portada para WADE ©. Sí te gustaría hacerla, ponte en contacto conmigo, gracias!
Elizabeth
Estaba totalmente sola en la casa. Busqué por cada rincón, salí al jardín y ni rastro de Wade.
Cansada de tantas vueltas decidí ir a la cocina que había encontrado minutos atrás.
Era hermosa. Todo era blanco y negro. Ni un color más. Demasiado elegante para mi gusto.
Era abierta y tenía ventanales por todos lados. Se podía ver la gran piscina que estaba en el jardín rodeado de hamacas.
Abrí la nevera en busca de algo de comida. El estómago me sonaba cada cinco segundos exigiendo comida. Bufé cuando la encontré totalmente vacía.
— Hay que salir a comprar. – Informó una voz detrás mía.
Pegué un pequeño salto del susto. Jadeé sorprendida y me di la vuelta, enfrentándolo.
—¿Dónde estabas? –Exigí saber.
— No sabía que fueras la típica mujer que controla a los hombres, Brooks –Bramó Wade, juguetón. Se apoyó en la encimera mirándome de arriba a abajo. –
Estaba nerviosa, demasiado. Lo que pasó anoche no debería de haber pasado nunca.
Pero pasó
Y te dejaste, por tonta. ¿No ves que intenta jugar contigo?
— Me dejaste sola en una mansión que desconozco. – Anuncié totalmente seria. Me crucé de brazos esperando una explicación por su parte, pero este solo me miró. Seguía enfrente de la nevera, mientras que él estaba a cuatro zancadas de mí.
Odiaba tenerlo tan lejos, pero me molestaba tenerlo cerca.
¿Qué diablos ocurría conmigo?
— Igualmente no tengo porque darte explicaciones, nena. – Respondió escondiendo una sonrisa. Se acercó a mí y me observó de arriba a abajo.– Vístete, me acompañarás al supermercado.
Prácticamente solo llevaba mi ropa interior y la camiseta que me había quitado él.
Mis mejillas se tornaron en un color rojizo, haciendo sonreír a Wade. Odiaba cuando se burlaba de mi.
— Date prisa, Brooks. –Insistió dando la vuelta y yéndose por donde había venido.
Después de haber ido a la habitación y vestirme como el día de ayer, bajé las escaleras. Me había hecho una coleta para cambiar un poco mi aspecto y cada vez que bajaba un escalón la coleta se balanceaba de un lado hacia el otro.
Me encantaba esa sensación, es como si hubiera vuelto a mi niñez.
Sin decir ni una palabra, seguí a Wade hasta unas escaleras que bajaban.
Al llegar me vi rodeada de coches. Había de muchos colores, pero el principal era el negro y el blanco.
¿Por qué todo era blanco y negro? ¿Por qué no había mucho más colores que esos dos?
Wade se subió a un coche negro bastante grande. Era un todoterreno, eso se veía a simple vista.
Lo seguí y este arrancó el motor. El reproductor de música comenzó a sonar con la canción de The Chainsmokers & Coldplay Something Just Like This
Amaba esa canción. Juro que lo hacía. Comencé a tararearla mientras Wade salía del garaje.
— I'm not looking for somebody. With some superhuman gifts. Some superhero. Some fairytale bliss. Just something I can turn to. Somebody I can kiss – Canté en voz baja. Escuché una pequeña risita por parte de Wade, pero la dejé pasar.
— I want something just like this. Oh, I want something just like this. Oh, I want something just like this. I want something just like this –Canturreó él de vuelta haciéndome sonreír.
La canción rompió y comencé a bailar mientras reía. Es la canción que Diane y yo poníamos en el bar mientras lo limpiábamos.
Wade comenzó a golpear con los dedos el volante, siguiendo el ritmo.
— No sabía que te gustaba este tipo de canciones. – Confesé mientras veía como sus dedos seguían el compás.
— Hay muchas cosas que no sabes de mi, Brooks. – Reprimió una sonrisa y giro el volante, entrando a una autovía.
En este momento podía decir que me sentía un poquito más cerca de él. De lo que realmente era, no de lo que aparentaba ser.
Wade no era malo, y eso lo sabía. Lo que no entendía de él era sus malas respuestas. Su desconfianza.
Un golpe me sorprendió y miré a mi acompañante interrogante.
— Hemos llegado. Es hora de que bajes. – Ordenó mientras apagaba el motor.
Asentí y bajé al instante. Segundos después lo tenía a mi lado caminando hasta el supermercado.
Al entrar Wade se apresuró a coger un carrito mientras yo lo esperaba en la zona de cremas para el cabello.
— Coge lo que necesites. Estaremos una gran temporada en la mansión. –Informó mientras agarraba un desodorante.
Lo dejó en el carro y aproveché para mirar la zona donde estaban las toallitas intimas y los tampones.
Los necesitaba. Pronto me bajaría el periodo y por la mansión no había ni rastro de que había vivido una mujer.
El problema era simple. ¿Cómo coger unos paquetes de tampones y de toallitas intimas delante del chico que te 'gusta'?
Cogí la crema que minutos antes había observado y me acerqué a la zona de cremas para el cuerpo que estaba justo al lado del producto que realmente necesitaba.
— Ahora vengo, Brooks. –Avisó Wade poniéndose a mi lado con el carro.– Tengo que buscar unas cosas. No te muevas de aquí.
Dios escuchó mis plegarias. Con una sonrisa de satisfacción cogí dos paquetes de tampones y otros dos de toallitas íntimas.
Me di la vuelta y me encontré lo que menos esperaba.
Wade mirándome con una sonrisa de lado cruzado de brazos. Lo había hecho aposta.
Los colores me comenzaron a subir al instante. Me acerqué al carro y dejé los productos dentro.
— ¿Para eso querías que me fuera, nena? –Preguntó en tono burlón.–
Le saque el dedo medio y este sonrió aún más. Me alejé de él buscando otro punto de atención.
Tardaría años en olvidarme de esto.
—¡Oh vamos, Brooks! –Gritó Wade exagerando su voz. Llamó la atención de varias personas que estaban en el pasillo. Me puse más colorada aún. Lo miré y lo fulmine con la mirada.– ¡No me mires así! ¡Así que te ha bajado la regla!
Juro que en ese instante quería morirme. La gente nos miró sorprendidos. Una pareja comenzó a reír mientras que otra susurraban lo ineptos que éramos.
Lo me decía que venir al supermercado con Wade había sido un error.
Editado: 13.06.2018