Walpurgisnacht

Capítulo 6. La marca del compañero de baile.

Io nunca se cansaba de pasar tiempo con su amiga Inés Ros, siempre que estaba con ella algo interesante sucedía, por ejemplo cuando su amiga se dormía completamente un espectáculo nocturno comenzaba, del cuerpo de Inés pequeñas esferas de luz brotaban como si fueran luciérnagas. Al inicio esto la desconcertó un poco, pero con el tiempo llegó a aceptarlo como algo normal. (Este extraño fenómeno incluso era desconocido para Seni, pero se debía a la técnica de convertir al cuerpo en un segundo reservorio de mana, cuando él estaba consciente la energía estaba bajo control pero cuando se dormía y la conciencia se hacía débil, el mana que no había sido absorbido y asimilado completamente por el cuerpo se escapaba, lo que daba lugar al extraño fenómeno que presenciaba Io).

 

Io también tenía presente lo que sucedió con el unicornio; como este eligió a Inés como su legítima ama, a pesar de que Inés solo era nivel E, no es que a ella le interesarán los niveles, era simplemente que los unicornios por lo general elegían brujas poderosas. Otra cosa que le llamaba la atención es que de vez en cuando encontraba a Inés y al gato negro que rondaba la escuela conversando, lo extraño de esto era que dicho gato ignoraba a todas las demás estudiantes incluyéndola cuando alguna quería acercársele. Y hoy al abrir la puerta de su habitación lo primero que ella vió fue a su compañera vistiendo una armadura completa de cuerpo mientras dormía profundamente acostada en su cama. Al inicio quiso despertarla pero sin importar que hiciera su amiga no reaccionaba, Inés estaba profundamente agotada, sin más opción la dejó dormir así, solo quitó el casco para que Inés pudiera respirar mejor.

 

La mañana siguiente llegó y ahora sin ninguna otra opción para despertar a su compañera Io tuvo que arrojar a Inés fuera de la cama.

 

-¿Eh? ¿Qué pasó? ¿Quién soy yo? ¿Por qué existo?-.

 

Seni despertó totalmente desorientado, quiso ponerse de pie desde donde estaba y enseguida se dio cuenta de que tenía puesto una armadura pesada que le dificultaba levantarse, su mente enseguida se puso a trabajar y le hizo recordar lo que había pasado el día anterior, ya con mas tranquilidad lentamente se reincorporó.

 

-Buenos días Inés. Tuve que botarte de la cama porque no despertabas y no falta mucho para que las clases inicien, espero no haberte molestado-.

 

-Ah. No. Gracias por despertarme-.

 

-¿Quieres que te ayude a quitarte la armadura?-.

 

Io se ofreció a ayudar a su compañera y está accedió.

 

-Te lo agradecería mucho-.

 

Con cuidado ayudó a quitar pieza por pieza, el peso de cada una le sorprendió bastante pero no dijo nada. Cuando terminaron, Inés le agradeció y se fue a alistarse. Ella esperó a que su compañera estuviera lista y las dos salieron juntas.

 

“Que agradable aroma”.

 

Mientras caminaba lado a lado con su compañera, el aroma característico de Inés llegó a su nariz. Tal vez se debía a que ella fabricaba pociones que el olor de las plantas y raíces que utilizaba se habían pegado a su cuerpo o por alguna otra razón, pero ese aroma era algo que a Io le gustaba.

 

Las primeras clases pasaron sin problemas no hubo ninguna novedad pero en la clase de pociones una conmoción tuvo lugar.

 

-¿Qué fue lo que dijo, Profesora?-.

 

Eso fue lo que su compañera Inés preguntó con incredulidad en su voz.

 

La profesora Elsa Parac había iniciado su clase diciendo que tenía buenas noticias y estás eran que una de sus compañeras había presentado el examen oficial de alquimia y lo había aprobado con excelentes notas, como tal esa persona había adquirido el título oficial de Alquimista de segundo rango, esa persona era Inés Ros, quién no podía creerlo.

 

-Como dije Señorita Ros, ahora es oficialmente una alquimista de segundo rango, Los exámenes que le apliqué ayer fueron la prueba oficial-.

 

-Ya veo…-

 

Eso fue todo lo que alcanzó a decir su aturdida amiga. Anastasia Io estaba feliz por el logro de su amiga, pero al parecer solo ella pensaba así, el resto de sus compañeras la veían con recelo, mofa y desdén. A la hora de la comida como era usual los comentarios de las otras señoritas llegaron a sus oídos.

 

-Como no puede con la magia decidió irse por el camino de las pociones-.

 

-Eso era de esperarse para alguien sin talento en la magia-.

 

- Como viene de una familia de campesinos supongo que se entiende bien con las raíces y plantas-.

 

Como de costumbre Io les fulminó con la mirada. “Celos, dicen eso porque le tienen celos” Eso era lo que pensaba Io, su amiga no había hecho algo para molestar a las demás y siempre se esforzaba, mientras que las demás señoritas probablemente nunca se habían esforzado en toda su vida como lo hacía su amiga.



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En el texto hay: brujas. secretos. comedia

Editado: 01.07.2018

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