Era el día que más he estado esperando, por el que no he conciliado mi sueño a causa de los nervios que siento.
Era el cumpleaños de Máximo.
Desde temprano estuve arreglando lo que le daría en la noche y aunque es un poco embarazoso me pareció el regalo perfecto para él, se que significa mucho para mí ya que lo creé en mi clases de artes.
Y si, me refiero al retrato que hice de él, solo que lo mejoré un poco y le puse resina encima para que nunca se eche a perder.
Estaba en mi escritorio delante de mi ventana viendo a la ciudad jugando con mi lápiz de tinta mientras pienso que más añadirle al regalo.
¡Una carta!
Cojo una hoja de brillantina que tenía entre mis carpetas de la universidad y un lápiz bonito de color rosado, y comienzo a escribirle lo importante que es para mí y lo mucho que lo amo.
Querido Modelito.
Espero que después de ver mi obsequio aún me quieras ya que no se iguala al resto que has recibido, pero quiero que tengas presente que lo hice con mucho amor y aunque no sea gran cosa para mí significa mucho que lo tengas.
Quiero que si algún día falto a nuestra promesa de estar juntos siempre veas el cuadro e imagines que estoy a tu lado tomándote de la mano, y diciéndote lo mucho que te amo y lo agradecida que estoy por haberte conocido. No es mi intención bajar tus ánimos con eso pero quería decirlo, quiero que jamás me olvides cuando yo me vaya y que siempre, siempre me tengas en tu vida.
Máximo, te pido que cuando muera busques ser feliz con alguien más, no quiero que llores mi muerte o que te escondas del resto solo para guardarme luto. Si tanto me amas como siempre dices ve y se feliz con alguien más, aunque eso implique que yo desde el otro lado me muera por dentro.
Te amare durante toda mi vida y durante toda mi muerte, ella es eterna así como el sentimiento que experimento por ti lo es.
Feliz cumpleaños, Max.
Te amo, mi modelito estrella.♡
Guardo la carta en el empaque que hice para el cuadro, ya hecho y viendo que no tenía más nada que hacer, voy hacia el balcón de la casa donde me siento en una silla a mirar la ciudad.
Quisiera que durante estos últimos años que me quedan con vida pueda ser feliz, pueda sentir que hice algo bien mientras seguía aquí, que pude conocer a personas increíbles, que pude amar sin restricciones.
Y aunque me duela la idea de perder a Elida y a Max se que debo marchar, que no seré eterna.
—¿Otra vez atormentando tu cabecita con pensamientos? —. Elida me desordena mi azulado cabello para ocupar la silla a mi lado.
—Solo pienso.
—¿En qué?
—En mi lecho de muerte. —. Ella ahogó un sollozo.
—Sienna no pienses en eso ¿Bien?, estás sana y es lo importante.
—Elida… sabes que no será por mucho tiempo.
—Si lo será. —. Vuelve a ser terca, yo no entiendo que tanto le cuesta aceptar que moriré antes que ella.
—¿Podrías prometerme algo? —. Susurré tímida y nerviosa bajé la mirada a mis manos, jugué con ellas.
—Sienna…
—Por favor, Elida… —supliqué y ella suspiró ruidosamente.
—Bien. —. Murmuró cediendo.
—Quiero que me prometas cuidar de Máximo cuando yo muera, que no lo dejaras solo en ningún momento y que… Y que vuelva a ser feliz.
—Es imposible que cumpla lo último ¿Sabes?, Max te ama mucho y dudo que después de ti vuelva amar.
Entendía eso pero no quiero morir sabiendo que él estará triste, quiero que después de mi vuelva a ser quien fue antes de yo aparecer.
—Elida promete que harás lo imposible para que él sea feliz.
Hablar de mi muerte parece ser insoportable para mí amiga pero era necesario hablarlo, quería saber que él estaría bien y se que Elida es la indicada para esa misión. Ella siempre cumple sus promesas.
—Bien Sienna, lo prometo. —. Sonreí agradecida, pero antes ella giró su cabeza a mi dirección.—, con una condición.
Lamo mis labios nerviosa
—¿Cuál? —. Murmuré.
—Que lucharás por vivir. —. Mis ojos se inundan en lágrimas y los de ella igual.
—Elida sabes que eso… —. Me interrumpió.
—Si lo prometes te juro por Dios que haré todo lo que tú me pidas al momento de tu muerte.
Convincente…
—Lo prometo, Eli.
Elida me ayuda a elegir lo que usaría para la fiesta de mi novio en casa de sus papás y ella como sabe que me encuentro muy nerviosa vendrá conmigo, por lo que ahora somos dos quienes nos estamos maquillando y peinando. Ondula mi cabello azul para dejarlo caer sobre mi espalda, el vestido que usaría está noche cubre muy bien las imperfecciones de mi espalda y las cuales son mis manchas, era de manga larga por lo que también esconde la de mis brazos.
Elida usaría un vestido cubierto y su cabello rubio suelto, a la media hora ya estamos en su coche en dirección a la casa de Max.
Estaba realmente nerviosa por conocer a mis suegros pero a la vez emocionada, Max no es de hablar de mucho sobre su familia pero nunca dice que son malos, en realidad son unidos solo que no frecuentan mucho por su ajetreado trabajo. Y creo que también tiene una hermana mayor que ahora está de viaje y no sabe cuándo regresará, está triste porque ella no lo acompaña pero lo oculta.
Al verme aparecer por la puerta su mirada se ilumina y no duda en abandonar a sus amigos para venir a dónde yo me encuentro parada viendo con nerviosismo a todos lados, me abraza fuerte mientras que besa mi mejilla.
—Eres mi invitada especial de esta noche.
Era tan perfecto.
Sujeta mi mana y me lleva al interior de la casa donde comienza a presentarme a su familia, a sus primos, abuelos, tías y por último sus padres.
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Editado: 26.06.2024